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¿Por qué es que muchas mujeres experimentan cierta incomodidad cuando les toca pronunciar la fría y dura palabra ‘no’? ¿Por qué existen dudas, incluso cuando sabemos que los límites que estamos trazando son correctos?
Aprender a decir no es una tarea compleja. Entender cómo y cuándo poner límites en nuestro entorno laboral, personal y social es de suma importancia para mantener una buena calidad de vida.
Los límites son líneas imaginarias que separan dos cosas o ponen fin a algo. A veces se reconocen como el punto hasta el que se puede llegar con algo. Ellos son los responsables de comunicar hasta donde llega un individuo en una situación X.
Según la psicóloga Myriam Serracín, “los límites son de suma importancia, todos necesitamos tener nuestro espacio personal. Hay que conservarlos e incluso es super importante ponérselos desde pequeños a nuestros hijos”.
Pero si son tan necesarios, entonces ¿porqué es tan complicado lidiar con ellos?
Detrás de la palabra no, existen distintas realidades. Muchas mujeres tienden a creer que al decir no o al establecer límites desagradarán a alguien, lo que en realidad se traduce en miedo a ser rechazadas o a sentirse culpables por defraudar a otras personas.
Para superar estos miedos y aprender a tomar decisiones correctas, “hay que estar muy conscientes de quiénes somos y lo que queremos, para poder seguir nuestro norte y saber qué cosas queremos hacer y cuáles no. Hay que tomarnos muy en cuenta y respetar lo que queremos. Muchas veces decidimos más en función de otros, sin tomarnos en cuenta a nosotras mismas”, aclaró la psicóloga Serracín.
Algunos psicólogos también recomiendan una técnica llamada comunicación asertiva, aplicada comúnmente en la administración de empresas. Este tipo de comunicación implica exteriorizar tus pensamientos y necesidades sin agresividad, respetando a la otra persona. La comunicación asertiva siempre tiene en cuenta los deseos de ambas partes y pretende resolver el conflicto con soluciones y negociaciones. Deberás conseguir un perfecto balance entre el respeto y el coraje. La comunicación no debe ser ni muy pasiva ni muy agresiva.
Una persona asertiva generalmente tiene buena autoestima y confianza en sí misma. Siempre buscará explicar y dar razones válidas y claras de por qué está diciendo que no. Para lograr una comunicación de este tipo, deberás estar atenta a varias cosas. Según el portal About.com, son necesarias cuatro cosas:
Utiliza frases en primera persona: debes aprender a asumir responsabilidades y a no acusar al otro. Por ejemplo, puedes reemplazar frases como “estás equivocado” por “yo pienso de otra forma”.
Practica el decir no con mayor frecuencia: no busques excusas válidas; cuando surja la posibilidad, utiliza expresiones como: "no me apetece", "prefiero no hacerlo".
Cuida tu lenguaje corporal: debes entender que tu cuerpo habla por sí solo. Es importante que lo que estás comunicando sea correspondiente con lo que tu cuerpo refleja. De lo contrario, la persona te presionará hasta que cedas.
Generalmente, lo correcto es mantener una postura erguida, mirar a los ojos directamente, mostrar confianza y serenidad al momento de hablar.
Controla las emociones: si tratarás un tema que es emocionalmente complejo, es preferible que pienses antes lo que dirás; es importante que puedas mantener la calma y siempre encontrar la mejor forma de comunicar tus ideas. La comunicación asertiva no solo te ayudará a sentirte bien contigo misma y a aumentar tu autoestima, sino que también podrás contemplar el respeto de los que te rodean y podrás rodearte de gente positiva.