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Si te importa tu salud, también te importan los ecosistemas, porque la salud humana está estrechamente ligada a la salud de los ecosistemas, al fin y al cabo son el sustento de nuestra vida en el planeta.
Este año, el Día Mundial del Medio Ambiente, 5 de junio, tuvo como protagonistas a los ecosistemas y su restauración.
Tanto la OMS como Naciones Unidas explicaron que disponer de ecosistemas más saludables, con una biodiversidad más rica, aporta mayores beneficios como suelos más fértiles, mayor disponibilidad de recursos como la madera o el pescado.
Y de manera indirecta los cambios en los servicios de los ecosistemas afectan a los medios de ganarse el sustento, los ingresos y la migración local; en ocasiones, pueden incluso ocasionar conflictos políticos.
También hablaron sobre la seguridad económica y física, la libertad, el derecho a elegir y las relaciones sociales, y tienen efectos muy amplios en el bienestar y la salud, así como en la disponibilidad y el acceso a los servicios de salud y los medicamentos.
Pakistán fue el país anfitrión de este importante día. Su elección se debe a su ambicioso proyecto con el que planea plantar 10.000 millones de árboles en un plazo de 5 años.
Se trata de uno de los esfuerzos más ambiciosos en torno a la forestación realizado hasta la fecha.
Según datos de la ONU, la restauración de 350 millones de hectáreas de ecosistemas terrestre y acuáticos degradados podría ayudar a eliminar de 13 a 26 gigatoneladas de gases de efecto invernadero.
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Esta recuperación se puede realizar de diferentes formas, bien a través de la plantación activa o eliminando cualquier presión para que la naturaleza pueda recuperarse por sí sola.
Pero la organización internacional es consciente de que devolver un ecosistema a su estado original no siempre es posible o deseable.
Por ejemplo, seguimos necesitando tierra agrícola e infraestructuras en terrenos que solían ser bosques, y los ecosistemas, al igual que las sociedades, deben adaptarse a la evolución del clima.
Si te importa tu salud, te importan los ecosistemas
De aquí a 2030, la restauración de 350 millones de hectáreas de ecosistemas terrestres y acuáticos degradados podría generar 9 billones de dólares estadounidenses en materia de servicios ecosistémicos.
También podría eliminar de la atmósfera de 13 a 26 gigatoneladas de gases de efecto invernadero. La restauración de ecosistemas grandes y pequeños protege y mejora los medios de subsistencia de las personas que dependen de ellos.
También ayuda a controlar las enfermedades y reducir el riesgo de desastres naturales.
Desde la página del Día Mundial del Medio Ambiente (World Enviroment Day.global) nos invitan a reimaginar, recuperar y restaurar.
Bajo el epígrafe, es nuestro momento, explican que no podemos volver el tiempo atrás, pero sí podemos cultivar árboles, reverdecer nuestras ciudades, repoblar nuestros jardines con especies silvestres, cambiar nuestras dietas y limpiar ríos y costas.
Y añaden: “Somos la generación que puede hacer las paces con la naturaleza”.
También advierten de que es nuestra última oportunidad para corregir el rumbo: prevenir la catástrofe climática, detener la creciente ola de contaminación y desechos, y frenar la pérdida de biodiversidad.
“Tú también puedes proteger lo que queda y reparar lo que ha sido dañado. Seamos activos, no ansiosos. Seamos audaces, no tímidos”. Y concluyen: Es nuestro momento. Es tu momento. Únete a #GeneraciónRestauración.
¿Qué puedes hacer por los ecosistemas?
Y después de todo esto, la web de Naciones Unidas nos inquiere: Quizá te estés preguntando: ¿qué es exactamente un ecosistema y cómo puede restaurarse?
La respuesta a la primera pregunta: un ecosistema es un lugar donde las plantas, los animales y otros organismos, junto con el paisaje que los rodea, se unen para formar la red de la vida.
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En las últimas décadas, el hambre de la humanidad por la extracción de recursos ha llevado a muchos ecosistemas al límite.
La web nos brinda algunas acciones que podemos hacer por los ocho principales tipos de ecosistemas:
1.- Tierras de cultivo
El uso intensivo del suelo, la erosión y el exceso de fertilizantes y pesticidas están agotando muchas tierras de cultivo.
Las formas de restaurarlos incluyen la reducción de la labranza, el uso de fertilizantes y mecanismos de control de plagas más naturales, y la introducción de cultivos más diversos, incluidos los árboles.
¿Sabías que? El nitrógeno de los fertilizantes utilizados en la agricultura industrial no solo contamina el aire y el agua, sino que también contribuye al cambio climático.
2.- Bosques
Para satisfacer el hambre de la humanidad por tierras y recursos, se destruyen bosques ininterrumpidamente.
La tala, el corte de leña, la contaminación, las plagas invasoras y los incendios forestales están dañando lo que queda. Los sistemas alimentarios son uno de los principales factores que afectan la pérdida de bosques.
Reconsiderar la forma en que las personas cultivan y consumen alimentos puede ayudar a reducir la presión sobre los bosques. Las tierras de cultivo degradadas y en desuso pueden ser ideales para la restauración forestal.
¿Sabías que? Los bosques proporcionan un hábitat para 80 % de las especies de anfibios del mundo, así como para la mayoría de las aves y mamíferos.
3.- Lagos y ríos
El agua potable y abundante se ha convertido en un lujo. Los ecosistemas de agua dulce se han degradado por la contaminación, la sobrepesca y la infraestructura, así como por la creciente extracción de agua para el riego, la industria y los hogares.
Restaurar significa detener la contaminación, reducir y tratar los desechos, gestionar la demanda de agua y peces y reactivar la vegetación por encima y por debajo de la superficie.
¿Sabías que? Muchos peces comen insectos, por lo que los ríos pueden restaurarse permitiendo que crezcan más plantas amigables con los insectos en sus orillas.
4.- Pastizales y sabanas
Los matorrales, los pastizales y las sabanas están siendo sobrepastoreados y erosionados, convertidos a la agricultura e invadidos por especies exóticas. Podemos ayudarlos a recuperarse limpiando la vegetación leñosa y volviendo a sembrar pastos nativos.
Las plantas y animales perdidos pueden reintroducirse y protegerse hasta que sus poblaciones se recuperen.
5.- Montañas
En las regiones montañosas, eliminar la vegetación de las pendientes para la agricultura o la vivienda puede provocar una erosión peligrosa y contaminar los ríos en su origen.
Las altas temperaturas están obligando a las especies, los ecosistemas y las personas a adaptarse o moverse. Los funcionarios pueden planificar presas y carreteras para evitar la fragmentación de ríos y otros hábitats.
¿Sabías que? Al menos 600 glaciares han desaparecido en las últimas décadas, lo cual afecta el suministro de agua para miles de millones de personas que viven río abajo.
6.- Océanos y costas
Los ecosistemas marinos están siendo atacados por la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación. Pero las soluciones son tan comunes como las amenazas.
Los gobiernos y las comunidades pueden hacer que la pesca y el uso de los manglares sean más sostenibles. También pueden tratar adecuadamente las aguas residuales y otros desechos y evitar que la basura plástica ingrese al agua.
Los arrecifes de coral, los manglares y los pastos marinos deben gestionarse con cuidado y restaurarse activamente para que los océanos sigan sustentando miles de millones de medios de vida en todo el mundo.
¿Sabías que? El pasto marino es un campeón climático oculto, ya que captura carbono hasta 35 veces más rápido que el bosque tropical.
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