Bordeando el litoral Pacífico

Jue, 04/23/2015 - 20:52
Un grupo de jóvenes de diferentes disciplinas nos invita a adentrarnos en la frontera entre Darién y el Chocó

¿Qué pensamos o imaginamos al escuchar sobre la provincia panameña del Darién y el departamento colombiano el Chocó? Ambos territorios son fronteras, del lado del océano Pacífico, entre Panamá y Colombia y encierran una serie de complejidades a las que habría que dedicar más que unas cuantas páginas, o bien, habría que introducirse en el territorio, además (ambas) han sido marcadas y delimitadas como zonas de peligro. Lo cierto es que hay mucho por decir y conocer.

En este sentido se realizó una serie de charlas los días 5, 6 y 7 de marzo, con un formato distinto: mesas de radio transmitiendo en vivo desde el Centro Cultural Casa Soldado, ubicado en el Casco Antiguo. El nombre del evento era “Hacia el Litoral, bordeando la frontera: Darién y Chocó. Un territorio vivo” y se invitó a especialistas que han trabajado tanto en Jaqué, Darién, como en el Chocó colombiano a que expusieran diversos temas del área fronteriza.

Para navegar más a fondo me reuní con Yolanda Chois, quien estuvo de visita en nuestro país y es la gestora del grupo “Hacia el Litoral. Acción Colectiva”, y Stephanie López, de NoísRadio, ambas comprometidas con el proyecto en aras de compartir la otra cara del litoral Pacífico. Pero ¿qué es específicamente? A lo que Yolanda respondió que “Hacia el Litoral. Acción Colectiva” es una plataforma que nace con la idea de realizar prácticas artísticas. Explicado desde otra perspectiva y con bases sería: Desde el mundo del arte hay una línea de acciones en la que los artistas (pintores, escritores, etc...) se plantean un trabajo más con miras a la sociedad”, así “el arte también es una herramienta para abordar temas sociales”, manifestó Yolanda. Ejemplos de estas prácticas son otros trabajos realizados en las fronteras entre Estados Unidos y México.

De Cali a Saboga

Después de un café, le consulté sobre cómo había iniciado esta idea, a lo que ella (Yolanda) respondió que las conexiones se fueron generando poco a poco. Sin embargo, todo se inició cuando estuvo en el pueblo de Jurado del Chocó, “en ese momento pensaba en hacer un proyecto en el que la radio fuera un puente conector entre los jóvenes de los poblados del litoral”, sin embargo, es en 2012-2013 cuando se va a vivir y trabajar en un proyecto comunitario al archipiélago de Las Perlas para Almanaque Azul, con el que decide que debe ser más grande y centrarse en las regiones de frontera y en otros medios aparte de la radio. Viviendo en Saboga desarrollaron la construcción de un horno para el pan (ya que el pan es escaso en la isla), lo que concluyó debido a que la comunidad no estaba receptiva para recibirlo. Tanto Yolanda como Stephanie están de acuerdo en que para trabajar dentro de una comunidad esta debe tener necesidades puntuales, es decir querer resolver algunos de sus problemas, por tal razón, elaboran proyectos bajo esta premisa.

Hablando de fronteras

Las últimas noticias y agitaciones políticas respecto al tema de emigración hacia Panamá han abierto el debate sobre fronteras. Estos límites entre nación siempre han estado involucrados en revuelos a nivel mundial, con opositores a la apertura, mientras que otros favorecen la división. No obstante, al hablar específicamente de la frontera colombo-panameña existe poca información sobre lo que realmente pasa en dichas zonas, o al menos todo está dirigido hacia una sola línea: violencia, narcotráfico, secuestros, incluso, el hecho de mencionar Darién es equivalente a frases como: “allá te secuestran”, “es muy peligroso”, “solo es selva”, pero es mucho más… al igual que el Chocó… (claro, con las problemáticas sociales que ya se le conocen, pero hay más por contar). Stephanie, del colectivo NoísRadio, ha viajado a estos lugares y menciona: “Antes de hacer el viaje, estudiamos mucho las noticias por parte de ambos países; si nos hubiéramos dejado llevar por todo lo que dicen, no hubiéramos puesto un pie, ya que la mayoría de la información está tratada desde un enfoque sensacionalista”. Lo cierto es que la gran mayoría de las personas, sin distinción, tienen la idea concebida de ser solamente una zona roja, a lo que Yolanda opinó: “para mí, todas las fronteras tienen su grado de dificultad”. Pese a esto, la experiencia de haber visitado la zona anteriormente le permitió “darse cuenta de que ahí pasaban cosas que pocas personas se han detenido a mirar con detenimiento, como es el desplazamiento de un pueblo a otro por el tema de violencia en Colombia, la situación de los emigrantes indocumentados y otras”, fue esa una de las razones que la llevó a dichos limítrofes y a profundizar desde las residencias artísticas.

Límites contrastados

Toda la vertiente es rica en vegetación, abarcando una rica biodiversidad; aun así, las diferencias se aprecian de un poblado a otro, son bastantes notorias, cuentan las dos chicas del proyecto. Dichas notoriedades son causa de diversos factores, así también el cierre comercial del puerto que existía en Jaqué incrementó las dificultades; Para Yolanda y Stephanie, en Jaqué es de notar gran diferencia con lo que se vive en Jurado (pueblo al otro lado de la frontera), donde se percibe que hay mucho dinero, “cuando pasas a Jaqué es todo lo contrario”, para mí —dice Stephanie— “Jaqué es la idea del control porque Senafront ejerce un control sobre la población” y es que, según informan ellas, en el pueblo hay letreros de orden por todas partes. Además, no se puede estar en la calle a determinadas horas, no se puede poner música en volumen alto. Algo muy distinto a lo que sucede en Jurado, donde es el desmadre. También, dice Stephanie, que dentro de los relatos de la gente, muchos dicen que Jaqué es un territorio de paz, pero para otros es un lugar donde los cohíben, “los negros no pueden andar como son, no pueden salir a la calle sin camisa y eso también es contradictorio, porque hay una represión”, agregó.

La Radio Va-Llena

Además de las charlas, todo el equipo se dirigió a diferentes barrios de la ciudad en búsqueda de la población chocoana radicada en el centro. Este colectivo se dedica a abordar a la gente a partir de sus relatos, sus historias de vida, sus mensajes, las cuales son grabadas y compartidas a través de lo radiofónico, la cartografía y la fotografía. Es así como llegaron a El Valle de Urracá, en San Miguelito, donde hicieron una caminata por todos los caseríos, invitando a las personas a que enviaran mensajes a sus familiares; “en una cuadra había 15 casas de chocoanos”, -indica Stephanie- sorprendida por la cantidad. Todos salieron de zonas de conflictos en busca, quizás, de una mejor vida. “Hacia el Litoral” culminó sus charlas y caminatas radiofónicas en Panamá, fueron tres días en los que nos sentimos tan cerca de su compleja realidad como de sus tambores.

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