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Es importante conocer las necesidades que cada etapa del crecimiento presenta para así suplirlas con una alimentación adecuada
Cuando iniciamos un nuevo año y llega el verano nos proponemos a bajar de peso para lucir bien en vestido de baño, pero mantener una dieta equilibrada requiere de disciplina y desear un cambio real que se convierta en un estilo de vida a largo plazo. La Dra. Débora Arosemena, especialista en nutrición y fisiología del ejercicio, del Hospital Paitilla, explica que la dieta saludable debe ser dirigida por un profesional en la rama, y debe tomar en cuenta características del paciente como: sexo, edad, estatura, enfermedades, nivel de actividad física y si tiene alguna discapacidad que le impide hacer ejercicio.
“Si tienes un patrón de vida saludable y un día te sales de la regla principal no perjudicará tu salud; en cambio, si la excepción se vuelve la rutina es donde viene el sobrepeso y las enfermedades relacionadas a esta condición, como las cardiopatías y la hipertensión”, explica la Dra. Arosemena.
La dieta balanceada y saludable tiene características fijas siempre, debe seguir la pirámide de los alimentos aprobada por el Colegio Americano de Cardiología. En la base de la pirámide alimenticia se encuentran los carbohidratos que representan entre el 50 al 60 por ciento de la dieta, como los granos (arroz y legumbres), los panes y pastas integrales, los tubérculos (papa y camote), señala la Dra. Débora.
“La fuente de energía del cuerpo son los carbohidratos, el individuo le tiene miedo por los azúcares, tendríamos que hacer lo mismo que con las grasas buenas (aceite de oliva, aguacate) y hablar de los carbohidratos buenos y tal vez de los malos”, menciona la especialista en nutrición.
Las proteínas se encuentran en el segundo escalón de la pirámide de alimentos, representando el 25 por ciento de lo que un individuo debe consumir en una dieta saludable. En la que deben predominar las proteínas de origen vegetal y después las de origen animal, especialmente el pescado (salmón por su alto de omega3) y el pollo, y limitar el consumo del huevo y de las carnes rojas, como la punta palomilla y el lomo.
En el ápice de la pirámide están las grasas saturadas y azúcares que representan el 15 por ciento de la dieta. El consumo de estas se debe evitar en lo más posible, menciona la especialista. Además, se recomienda consumir de dos a tres porciones de frutas al día, beber abundante agua y acompañar la dieta con actividad física, pues al mejorar el metabolismo muscular ayuda a acelerar el metabolismo basal.
La Dra. Arosemena dijo que hay que tener en cuenta que a lo largo de la vida hay ciertos períodos como la infancia y la adolescencia en los cuales hay demandas alimenticias especiales, debido al crecimiento y desarrollo, en tanto, el varón adulto tiene una dieta más estable porque no tiene embarazos ni lactancias.
Embarazo y lactancia materna
La mujer debe tener prudencia en su alimentación, durante el desarrollo, el embarazo, la lactancia materna, y la menopausia. La embarazada debe traer al mundo a un bebé sano y de buen peso, por eso debe mantenerse activa, llevar una dieta balanceada, controlar el azúcar para evitar la diabetes gestacional, y evitar el consumo excesivo de sal para controlar su presión arterial, recomienda la Dra. Arosemena.
Una vez nace el bebé se promueve la lactancia materna, la madre debe estar consciente que todo lo que come pasa al bebé a través de su leche.
Etapa escolar y adolescencia
A partir de los seis meses el bebé inicia con la alimentación complementaria, el pediatra dirige dicha alimentación hasta aproximadamente los cuatro años de edad, y si este lo considera es referido a un nutricionista, cuando el niño tiene bajo peso o sobrepeso. Cuando el niño inicia la etapa escolar su madre debe enviarle alimentos saludables en la lonchera, especialmente frutas, la merienda debe ser acorde con las actividades físicas que va a hacer, estas son imprescindibles para su desarrollo óseo, señala la experta.
“Durante esta etapa las madres prestan poca atención a la alimentación de los niños, estos no deben comer en cada recreo y la merienda no debe ser un almuerzo, sino que deben comer balanceado y supervisado durante el desayuno, el almuerzo, la cena y evitar los dulces”, recomienda la especialista. La Dra. Arosemena explica que durante el desarrollo de la mujer aparecen los estrógenos y estos llaman a la grasa, por eso muchas niñas que eran delgadas suben de peso repentinamente, es un círculo que hay que aprender a medir.
Recomienda que en esta etapa las adolescentes no deben tener cambios drásticos en su dieta. “Los padres no deben permitir que su hija de 14 años quiera llevar de un día para otro una alimentación vegetariana, por ejemplo”, dijo la especialista.
Adulto mayor
La dieta del adulto mayor es especial, pues por la edad y las enfermedades pierden el apetito producto de los medicamentos que toman, el sabor de los alimentos no se siente igual, y algunos tienen dificultades para tragar. “Se debe tratar que lo poco que comen los adultos mayores sea rico en nutrientes y los suplementos son importantes en esta etapa”, explica la Dra. Arosemena. A lo largo de toda la vida es importante tener un estilo de vida saludable y la dieta balanceada es primordial.
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