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El misionero tiene como ventaja el hecho de que te pone frente a frente con tu pareja durante el acto sexual, permitiendo que se miren, hablen y besen
¿Sabías que existen más de 600 posturas sexuales documentadas en el Kama Sutra? Eso no quiere decir que las tienes que aplicar todas en una sola noche, lo importante es realizar las que más te llamen la atención, empezar a ser creativa e inventar tu propio libro sexual. El misionero se considera como la postura sexual de inicio de las parejas y la más cómoda para las mujeres, no requiere de mucho esfuerzo ni ser una acróbata para lograr placer y llegar al orgasmo.
Esta es la clásica postura sexual en la que el hombre se coloca sobre la mujer obteniendo mayor placer, y la mujer, supuestamente, no tiene mucha movilidad. Muchas féminas a quienes les preocupa su peso o su figura la consideran una favorita, porque al estar acostada boca arriba se aplana la barriga, se disimulan los rollitos, nos vemos más delgadas y desaparecen hasta las arrugas de la cara. ¡Casi una obra mágica!
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El misionero tiene como ventaja el hecho de que te pone frente a frente con tu pareja durante el acto sexual, permitiendo que se miren, hablen y besen. Al momento de iniciar esta escena de sexo romántico, podemos tener una buena comunicación sexual utilizando los sentidos e ir subiendo el ritmo, exitándonos y dejándonos llevar. Es ahí cuando agregamos algunas variaciones a las bondades del misionero.
Técnicas para encontrar excitación:
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Durante la excitación sexual debes contraer deliberadamente los músculos de tus piernas, brazos, abdomen y pies. La tensión corporal a veces es una respuesta automática, y el aumento voluntario de ella a menudo facilita el orgasmo.
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Contrae tus músculos vaginales ya que este movimiento eleva la excitación y te mantendrá enfocada en las sensaciones genitales.
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Juega con la respiración. Intenta aguantar la respiración por un momento, respira profunda, rápida o llanamente.
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Mueve la pelvis acorde a tu ritmo o aplicando tu respiración.
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Di palabras sexis en voz alta, para que tú misma te escuches.
Las variantes del misionero para convertirte en una diosa en la cama:
Para que las posturas sexuales sean placenteras para la mujer se deben incluir las técnicas de excitación antes mencionadas. En algunas ocasiones queremos dejar que solo el hombre sea el creativo y que te mueva como una marioneta, ¡de eso no se trata! Practica las siguientes variantes del misionero, de forma fluida, sin quedarte por muchos minutos en cada una, y llevando el ritmo.
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Variante 1: Dobla las rodillas y súbelas al pecho, pero ¡no te quedes tirada en la cama! Trata de arquear un poco el cuerpo, sube la cabeza y continúa besándote con tu pareja o indicándole lo que vas hacer. Puedes facilitar esta movida sosteniendo tus rodillas por detrás, con sus brazos. Esta variante hará que la penetración sea más profunda y que se pueda estimular el punto 'G' con cada bombeo coital.
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Variante 2: Levanta una pierna y, de acuerdo con tu nivel de flexibilidad, súbela hacia tu pecho, engánchala alrededor de su espalda o descánsala contra su hombro como si estuvieras haciendo con tus piernas la forma de tijeras, la otra pierna queda estirada. Juega con ambas piernas según tu ritmo y jugando sobre tu tensión sexual. Esta variante permite que acaricies el clítoris manualmente o con un juguete sexual durante la penetración.
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Variante 3: Si eres lo suficiente flexible, levanta ambas piernas y colócalas sobre cada uno de sus hombros, pero recuerda tratar de arquear el torso junto con la pelvis y subir la cabeza un poco ya que recibirás una penetración sumamente profunda. Luego puedes juntar las piernas, lo cual aumentará la fricción. Levantando la pelvis, cada penetración te ayudará a mover las caderas de manera circular; concéntrate en apretar tus músculos vaginales para generar aún más fricción.
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Variante 4: Esta variante puede llevarte a subir las piernas; el hombre debe estar en condiciones para levantarte agarrándote los tobillos, él debe ponerse de pie y colocarte en el borde de la cama para facilitar el movimiento. Si quieres sorprenderlo, lleva el control y abre las piernas lo más extendidas que puedas levantando la pelvis, torso y cabeza; en esta posición la tensión de tus piernas serán un espectáculo, él solo tiene que seguir agarrando los tobillos y la fricción será muy placentera, pudiendo lograr incluso orgasmos múltiples. Esta variante puede combinarse con la número 3.
Es importante recordar que distintas posturas les sirven a distintas parejas, por un sinnúmero de razones. La estatura, el estado físico y la flexibilidad de cada cual hacen que algunas posturas sean ideales mientras que otras no satisfagan para nada. ¿Aprendiste un par de cosas nuevas sobre esta clásica postura? ¡Ponlas en práctica y coméntame cómo te fue!
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