- Entérate
Esta es la primera vez en 150 años que una compositora suena en el programa principal
Tras 150 años de historia, la Ópera de Viena celebra este domingo su primera velada con una partitura compuesta por una mujer. Orlando, una vanguardista revisión de la novela transgénero de Virgina Woolf en 1928, se estrena como una defensa de la libertad individual y contra las normas y el patriarcado. "La venerable institución de la Ópera de Viena tiene dos caras: Una, la historia de una maravillosa creación musical. La otra, una historia de inmovilismo", afirma a preguntas de Efe Olga Neuwirth, que ha creado la música y coescrito el libreto en inglés.
Mujeres protagonistas
Este primer gran estreno de una compositora tiene a más mujeres como protagonistas. La franco-estadounidense Catherine Filloux es coautora del libreto; la inglesa Polly Graham se ocupa de la dirección escénica; el vestuario es obra de la japonesa Rei Kawakubo, creadora de la marca Comme des Garçons, y la dramaturgia es obra de la austríaca Helga Utz.
Neuwirth, colaboradora habitual de la Nobel de Literatura Elfriede Jelinek, ha anunciado que con este estreno mundial quiere romper esquemas, mezclar géneros y "sacudir" ese inmovilismo de la Ópera de Viena.
Fundir los plomos
Para empezar, ya le ha fundido, literalmente, los plomos al teatro. En un encuentro con los medios previo al estreno, la artista cuenta que al hacer pruebas de sonido con un órgano, la luz se fue en todo el edifico, en una anécdota que simboliza el temblor que puede causar el domingo una pieza para la que ya no hay entradas.
Leer más: Central Park contará con la primera estatua de una "mujer real"
Woolf ya rompió esquemas en 1928 con la publicación de una novela que desafió los límites del género y la identidad sexual y criticó a la sociedad patriarcal, a través de la vida de Orlando desde su condición de joven noble en la Inglaterra del siglo XVI hasta su transformación en una mujer escritora de principios del XX.
Cuestionar las normas...
Neuwirth describe la obra como "una historia entre la ficción y la realidad" y a Orlando como "un ser que cuestiona todas las normas impuestas y que no se deja encasillar en ningún unívoco sistema binario o en estereotipos, un ser que se define a sí mismo". "Trata de la libertad de expresión de las personas y de la fluidez de la identidad. No hay normas fijas, ni en el arte ni en la vida", sentencia la compositora sobre una ópera que también tematiza el machismo y la marginación y límites impuestos a las mujeres.
Neuwirth, de 51 años, tuvo una mala experiencia con la Ópera de Viena en 2004, cuando la institución rechazó una obra sobre un pediatra austríaco condenado por pedofilia, escrita por Jelinek. Cuando en 2014 la nueva y modernizadora dirección de Dominique Meyer encargó a Neuwirth una ópera, la artista eligió inspirarse en Orlando, una novela que le fascinó cuando la leyó con 15 años.
...Y los géneros
Su creadora advierte de que esta pieza no es una "ópera habitual" sino que fusiona música, texto, vídeo y vestuario. Si la novela termina en octubre de 1928, Neuwirth ha extendido ahora la historia hasta nuestros días. Durante dos horas y media Orlando, interpretado por la mezzosoprano Kate Lindsey, pasa de ser un noble en la Inglaterra de 1598 a poeta, enamorado rechazado y, tras una misteriosa transformación, mujer en las asfixiante moral victoriana.
Se casa, es testigo de los horrores de la I Guerra Mundial y del Holocausto judío, de la decepción de 1968; es rechazada como escritora, es madre de una "persona tránsgenero no binaria" (interpretada por el artista transgénero Justin Vivian Bond), trabaja de cajera de supermercado, ve surgir nuevos movimientos intolerantes... "Nada cambia. El hoy y el pasado son siempre lo mismo. El amor, el dolor, la pérdida, la violencia, el racismo, la muerte, la tristeza. Nunca cambiará nada", afirma una Neuwirth que, eso sí, reconoce que siempre queda la esperanza. "No vengo con el mazo a decir que tienen que escuchar ni entender esto", dice al ser preguntada sobre qué reacción espera del público ante una obra que, advierte, es tan compleja como el ser humano.
Sintentizadores y violines
De hecho, reconoce que todos los implicados en este montaje deben "superar sus propios miedo" y salir de su zona de confort. "Uno no puede tampoco entender una sinfonía de Franz Schubert o un cuadro de Mark Rothko", afina al respecto Matthias Pintscher, quien dirigirá a la Filarmónica de Viena en este desafío musical en el que hay guitarras eléctricas, música de los 60 y electrónica, sintetizadores y violines que deben ser afinados un cuarto de tono por debajo de lo normal.
Leer más: La trampa de ser una 'supermujer'. ¿En realidad nos liberamos?
Respecto a lo que significa ser la primera compositora en sonar en el programa principal de la Ópera de Viena en sus 150 años, (en el año 2015 se estrenó una ópera para niños en horario matutino), Neuwirth afirma que "nunca es demasiado tarde".
Mujer y música
Con todo, la compositora no acaba de ser optimista respecto a la situación de la mujer en la sociedad actual. Por un lado, la creadora reconoce que la situación ha mejorado desde "el ambiente enmohecido" en la Austria de hace 30 años, cuando no había modelos de mujer en el mundo de la música, a la existencia hoy de muchas jóvenes compositoras en todo el mundo.
"Pero creo que muchos derechos por los que hubo que luchar en los últimos siglos se ponen, de repente, en cuestión cuando llega un cuello de botella económico o religioso, una situación social en la que el individuo en la sociedad siente que se le quita algo, y le entra miedo", alerta. "Por eso no puedo decir si ha mejorado, porque no sé lo que pasará mañana", reconoce. Tras el estreno del domingo, esta ópera se representará los días 11, 14, 18 y 20 de diciembre. EFE
- Etiquetas:
- Actualidad
- Cultura
- Mujer
- Música