
Benjamin Franklin solía decir que si el tiempo es lo más caro, su pérdida es el mayor de los derroches. Como mujer, probablemente, debes cargar con muchos roles sobre tus hombros y con tareas cotidianas que debes cumplir. Ser madre, esposa, tía, hermana, hija, profesional, ama de casa, etc., puede ser a veces un poco agobiante. Por esta razón, es importante que aprendas a manejar el preciado elemento del tiempo.
Según Jaime Raúl Rodríguez, creador del programa de entrenamiento “Logra Optimizar Tu Tiempo”, la administración del mismo es de suma importancia para tu vida personal, ya que te permitirá alcanzar determinada libertad individual y la capacidad de elegir con mayor precisión una actividad de la otra.
Además, Jaime señala que favorecerá tus reacciones ante imprevistos, que podrás desarrollar la reflexión y elevar tu productividad. El manejo adecuado del tiempo es también un elemento importante dentro del núcleo familiar. Según lo señala Jaime, “el tiempo también es para dedicarlo en compañía de las personas que quieres y te quieren”.
Existen varias guías que pueden ayudarte a organizar mejor tus tareas diarias y a cumplir de manera exitosa con los roles que desempeñas.
- Establece metas: es importante que sepas qué quieres lograr y cuánto tiempo vas a dedicarle a eso. En muchos casos, se pueden elaborar listas o cuadros para asignarle el tiempo adecuado a cada actividad.
- Conoce tus prioridades: en muchos casos puedes llegar a perder el tiempo en actividades irrelevantes. Es necesario que conozcas lo que realmente es importante para ti. Así podrás escoger mejor tus tareas.
- La organización es vital: decide de qué manera distribuirás tus horas. Quizá puedas dedicarles mayores periodos a tus metas personales y luego continuar con las otras.
- Arma listas: todas aquellas cosas que consideres pendientes, anótalas. Es importante que encuentres alguna forma de recordar las tareas que te faltan cubrir durante el día.
- Clasifica la naturaleza de las tareas: ahorra tiempo agrupando tus tareas, puedes comenzar el día resolviendo todos tus quehaceres laborales y después los de casa.
- Pide ayuda: si ves que no puedes con todo lo que hay que hacer, lo más sensato es delegar alguna que otra tarea, pues así podrás concentrarte en aquellas que realmente necesitan de tu persona.
- Ubícate en el espacio: es necesario tratar de separar lo laboral de lo concerniente al hogar. Los conflictos deben permanecer en el lugar donde se desarrollaron. Si llegas a casa con mucho estrés después del trabajo, probablemente el tiempo que pases allí tampoco sea provechoso para ti o para aquellos que te rodean.
- Una buena alimentación: es importante que establezcas horarios para tu alimentación. Este es un hábito saludable. Tu alimentación incide directamente en el rendimiento físico que vayas a tener.
- Descansa lo suficiente: los largos periodos de concentración sin descanso provocan fatiga, irritación y estrés. Es importante que puedas aprender a programar periodos de relajación y distracción.
- Evalúate: cada cierto periodo es bueno que puedas re- flexionar acerca de las metas alcanzadas y de aquellas que quedaron inconclusas. De esta forma podrás hacer los ajustes o cambios pertinentes.
Existen otros consejos que puedes seguir, como planificar tus actividades la noche anterior y enfocarte en una cosa a la vez para evitar confusiones y pérdidas de tiempo. Si eres una mamá que labora fuera de casa, es recomendable que puedas fijar especial atención en tus hijos pequeños, si los tienes. Procura ser una madre que se preocupa por sus intereses y los valora. El poco tiempo que quizás puedas invertir en ellos, debe ser compensado por su calidad. Tu misión es poder encontrar un equilibrio integral.
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