El emprendimiento como estilo de vida, requiere principalmente de un propósito que le dé sentido a lo que haces, más allá del dinero y los lujos.
El emprendedor tiene claro que éste estilo de vida requiere un alto grado de convicción, de responsabilidad y, sobretodo, de una tolerancia inimaginable al fracaso que le ayude a soportar los momentos difíciles (que, con toda seguridad, serán muchos).
El emprendimiento requiere de una enorme iniciativa propia. No vas a tener a alguien encima diciéndote que tienes que entregar el trabajo, tampoco un reloj indicándote cuando puedes levantarte de tu escritorio… Tu mentalidad emprendedora te permite saber hacia dónde quieres ir y la manera cómo piensas hacerlo. Y más importante aún, no descansarás hasta que lo logres.
El emprendimiento como estilo de vida requiere pasión. La pasión te hace soportar los momentos difíciles, la presión de no lograr los objetivos, la incertidumbre, la desconfianza y la poca fe de tus familiares y amigos… La pasión constituye un pilar fundamental de éxito, ya que es la que te sostiene cada vez que quieres renunciar.
El emprendedor más que ser un entusiasta y un soñador, debe ser un vendedor innato. Un emprendedor debe estar en capacidad de vender no solo sus productos o servicios, si no su visión, sus sueños y objetivos, debe saber vender una concepción de vida a los demás. ¿Sabes por qué necesitas tener habilidades sociales? Porque si quieres construir algo grandioso, tendrás que rodearte de personas que sean mejores que tú, que complementen tus habilidades y debilidades.
El emprendedor no es que sea una persona terca, obstinada o difícil; simplemente es una persona enfocada hacia un objetivo claro, que no tiene pensado renunciar y mucho menos desconcentrarse de su meta hasta que no sea alcanzada. Con base a esto, cada vez que un emprendedor recibe un no por respuesta, esta decisión no sólo lo anima a buscar una alternativa diferente, sino que lo compromete, aún más, a sacar su proyecto adelante. Los emprendedores, a diferencia del resto, han aprendiendo a lidiar con el “No” y a utilizarlo a su favor.
El emprendimiento es una invitación a hacer las cosas distintas. El emprendimiento es tener la capacidad de soñar con los pies en la tierra. Si eres de los que vive pensando en cómo hacer las cosas de una manera distinta, si no te conformas con lo que hace todo el mundo, si te cuestionas los dogmas y paradigmas, si te imaginas el mundo funcionando de una manera diferente, y encima estás dispuesto a trabajar para que esto ocurra, tienes una parte esencial del emprendimiento, que es la capacidad de soñar con los pies en la tierra.
¿Estás dispuesto a mejorar tus debilidades y fortalecer tus habilidades? Un emprendedor entiende la importancia del cambio y la innovación, es consciente que este mundo se va transformando minuto a minuto, y que cada vez se requieren habilidades nuevas para ser competitivo en el medio que te desempeñas. Aquello que no se mide, nunca tendrá la posibilidad de ser mejorado.
Muchas personas dicen que el éxito no consiste en trabajar duro, sino en trabajar inteligentemente. Falso. El éxito es la combinación de ambas, del trabajo duro e inteligente. Y tú, que sientes que tienes lo necesario para ser emprendedor, estás dispuesto a trabajar de ambas maneras. Tienes un perfil emprendedor cuando estás dispuesto a trabajar los fines de semana, cuando encuentras tiempo para dedicarte a tu idea de negocio a pesar de la jornada laboral, la universidad, tus hijos, el televisor o cualquier excusa que puedas tener.
Recuerda que el emprendimiento es un hábito y un estilo de vida que puedes desarrollar, y sólo necesitas tener la disposición y convicción necesaria para llevar una vida según tus propios términos.
Emprende hoy, así tengas una, dos o ninguna señal que indique que tienes lo necesario. Emprende hoy porque es la única forma que tienes de asegurarte de vivir una vida que valga la pena recordar.
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