¡Ay señora felicidad!

Jue, 12/07/2017 - 11:58
Photo by Lesly Juarez on Unsplash

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Alguien en una conversación me decía aférrate a aquello que te llama. Hay días buenos y otros no tan buenos. Pero eso es así mujer… así. Hay momentos que el mar esta picado, otras no tanto, a veces verás animales marinos acompañándote mientras esperas sobre la tabla en calma, otras veces cuando te zambullas  al agua observaras un mundo increíble que está sumergido debajo  que alucinará tu vista y otras veces te tropezaras con medusas que te quemarán la piel…pero esto es así, así…

Hay que entender que sólo de nosotros depende el aferrarnos a lo bueno que representa buscar una ola y todo lo que conlleva entrar en un perfecto tubo de agua que te refresca la cara. Sólo nosotros somos los responsables de nuestra transformación y sólo nosotros podremos  avanzar o dejar de hacerlo. 

Nadie tienes las respuestas para nuestra felicidad que a fin de cuenta es tras lo que todos estamos. Hay señora felicidad, que tan añorada eres en estos tiempos de guerra y discordia. Siempre me pregunto si tenemos el poder de construir ¿por qué elegimos destruir?  Si queremos algo ¿por qué no salimos a buscarlo? ¿Por qué tenemos que llevarnos por las imposiciones sociales o las expectativas de otros? ¿Quién sabe qué es lo que  me conviene? ¿Por qué si podemos sembrar no lo hacemos? ¿Por qué escogemos hacer la guerra y no la paz?

Hay tantos por qué rondando en el aire que me hacen cuestionarme mi razón de ser y espacio en este mundo. Debo admitir que dentro de las vicisitudes que puedan existir en la vida de una niña  pequeña que creció dentro de lo que cabe en una “familia normal” en una tierra maravillosa y especial llena de colores y gente alegre. El mundo a pesar de los sin sabores siempre brindaba una oportunidad a buscar lo bueno y majestuoso que habitaba en él. ¿Por qué no volvemos a esos momentos en donde a pesar de las tormentas siempre nos levantábamos buscando la calma? Y en donde no existía la enemistad sino la hermandad. Nos apoyábamos y todo aquel que se cruzaba en nuestro camino tenía algo que regalarme o enseñarme. Quiero que volvamos a recuperar esa bondad que nos caracteriza y confianza en la raza humana que nos hace únicos, valientes, irrepetibles y necesarios.

 
 
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