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Expertos en ginecología nos aclaran la duda
No es necesario hacer exámenes pélvicos ni análisis de Papanicolaou en las adolescentes sanas que no tienen actividad sexual y que tampoco presentan síntomas ginecológicos ni otros problemas. La edad recomendada para empezar con los exámenes de Papanicolaou en las jóvenes a quienes nunca se les ha hecho ese análisis es de 21 años. El examen lo puede realizar el proveedor principal de atención médica, sea en medicina familiar o en medicina interna, así como también algún especialista en ginecología.
Anteriormente, muchos médicos solían recomendar que las adolescentes se hicieran exámenes de Papanicolaou a los 16 o 18 años. Ahora, en cambio, el Colegio Médico Estadounidense no recomienda hacer ningún examen ginecológico de rutina a las adolescentes con bajo riesgo de contraer el virus del papiloma humano (VPH) u otra infección de transmisión sexual.
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El examen de Papanicolaou es un procedimiento que se hace con el fin de recolectar células del cuello uterino para revisar si presentan cambios que pudieran ser una señal de cáncer y para buscar la presencia de los tipos de alto riesgo del VPH que se sabe causan cáncer del cuello del útero.
El VPH es la infección de transmisión sexual más común en Estados Unidos. Pese a que la mayoría de los casos de VPH no provocan síntomas ni conducen a problemas, algunas cepas del VPH de transmisión sexual son consideradas de alto riesgo y pueden derivar en cáncer; además, cuando se las deja sin tratar, conllevan el potencial de ser mortales. Este virus tiene dos cepas que causan el 70 por ciento de todos los tipos de cáncer del cuello del útero. La vacuna contra el VPH puede reducir enormemente tanto el riesgo de infección por ese virus como el cáncer del cuello del útero y es muy eficaz para crear inmunidad cuando se la administra entre los 9 y los 14 años de edad.
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Cuando una joven no es sexualmente activa durante la adolescencia, en la mayoría de casos no es necesario hacerle un examen de Papanicolaou porque el riesgo de cáncer del cuello del útero es bajo y tampoco tiene riesgo de contraer VPH ni otra infección de transmisión sexual. Al empezar la actividad sexual de la joven, lo adecuado es hacerle un examen de Papanicolaou; sin embargo, hasta en muchos de estos casos, los exámenes de Papanicolaou no tienen que empezar hasta los 21 años.
Tradicionalmente, antes de recetar métodos anticonceptivos, algunos médicos requerían un examen pélvico o una evaluación de cualquier anomalía en la vulva, la vagina, el cuello del útero, los ovarios, el útero, el recto y la pelvis; pero ese ya no es el caso ahora, pues no se necesita un examen pélvico para solicitar métodos anticonceptivos. En la mayoría de las mujeres sanas, el primer examen pélvico también puede esperar hasta los 21 años.
En las mujeres jóvenes cuyos antecedentes médicos las ubican dentro de una categoría mayor de riesgo para infección o cáncer, se podría recomendar hacer el análisis de Papanicolaou o el examen pélvico a menor edad. Esos factores de riesgo incluyen: sistema inmunitario debilitado debido a quimioterapia, trasplante de órgano o consumo prolongado de corticosteroides; exposición antes del nacimiento al medicamento dietilestilbestrol (DES) e infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Por otro lado, algunos síntomas también pueden propiciar un examen pélvico, tales como menstruaciones fuertes y dolorosas, dolor o presión en la pelvis, secreción o sangrados anormales, así como comezón, dolor o lesiones en la vulva o en la vagina. Aunque en estos casos se podría necesitar un examen pélvico, no es requisito hacer el análisis de Papanicolaou.
Cuando llega el momento de hacer un examen pélvico y un análisis de Papanicolaou, lo mejor es buscar un médico conocido y de confianza. Antes del examen, pregúntele al médico qué ocurrirá durante el mismo y qué debe anticipar. Algunos médicos tienen modelos anatómicos con los que pueden explicar el procedimiento por adelantado para que usted vea claramente qué ocurrirá durante el examen. Si bien estos exámenes son importantes, no necesariamente tienen que ser una fuente de ansiedad ni de temor. Si tiene alguna pregunta o duda, hable con el médico.
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