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Consumir ocasionalmente cerveza o vino con la cena, o algún otro licor por la tarde, para la mayoría de la gente no representa un problema de salud. Sin embargo, cuando el consumo de alcohol se convierte en una actividad diaria, existe la posibilidad de que aumente la cantidad y que eso plantee más riesgos de salud.
Beber alcohol con moderación no suele ser un motivo de preocupación. Según el Instituto Nacional para el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo, se considera que un consumo de alcohol moderado, o de bajo riesgo, en las mujeres es de máximo 3 bebidas en un día y 7 en una semana, y en los hombres es de máximo 4 bebidas en un día y 14 en una semana.
Esas pautas se basan en bebidas de tamaño estándar que contienen alrededor de 14 gramos de alcohol puro y equivalen a: 150 ml (5 onzas) de vino, 350 ml (12 onzas) de cerveza, 230 a 260 ml (8 a 9 onzas) de licor de malta, y 44 ml (1,5 onzas) de licor fuerte con graduación alcohólica de 80.
Por lo tanto, es fácil consumir bebidas que superen el tamaño estándar, pues muchas copas de vino, por ejemplo, contienen más de 150 ml (5 onzas). Fácilmente podrías beber una copa de 230 ml (8 onzas), y si bebes dos o más copas durante la cena, entonces estarías consumiendo alrededor de 3 bebidas estándar al día.
Pese a que es común que la gente crea que no embriagarse sirve como medida de cuánto alcohol puedes consumir, dicha medida posiblemente sea inexacta. Los investigadores que estudian el abuso del alcohol dicen que las personas con alta tolerancia alcohólica, aquellas que no sienten los efectos del alcohol después de consumir varias bebidas alcohólicas, en realidad tienen más riesgo de problemas relacionados con el alcohol.
Además, es importante anotar que aunque tal vez no sientas los efectos del alcohol, igual consumes la misma cantidad que quien empieza a sentirse embriagado después de una o dos bebidas. El hecho de que no presentes respuesta ante el alcohol puede relacionarse con la mayor tolerancia al alcohol desarrollada por su cuerpo con el tiempo. Algunas personas nacen con más tolerancia y muchas otras, en cambio, la desarrollan con el consumo regular de alcohol.
Excederse de los límites recomendados por el Instituto Nacional para el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo te coloca dentro de la categoría de consumo alcohólico “riesgoso”. Eso significa que corres más riesgo de consecuencias negativas debido al consumo de alcohol, incluido problemas de salud y sociales, así como más riesgo de caer en una adicción al alcohol.
El alcohol puede dañar los órganos corporales y conducir a muchos problemas de salud. En las mujeres, ese daño ocurre con dosis menores de alcohol porque el cuerpo femenino contiene menos agua que el masculino. Por ello, las pautas para el consumo moderado de alcohol son diferentes en hombres y mujeres. El daño a un órgano específico provocado por el excesivo consumo de alcohol varía considerablemente de una a otra persona. Los efectos más comunes para la salud incluyen daños al corazón, al hígado y a los nervios, así como problemas de memoria y de disfunción sexual.
A menos que notes alguna consecuencia negativa de su consumo alcohólico, quizás no sea necesario que deje de beber completamente. No obstante, le recomiendo que ajuste la cantidad a las pautas para consumo moderado de alcohol. Hacerlo protegerá su salud a largo plazo.