Obsesión por el físico

Jue, 10/06/2016 - 12:31

Te invito a que hagas el siguiente ejercicio: vete al baño más cercano o un área en donde haya un espejo. Mírate bien por unos diez segundos. Reflexiona sobre lo que mirabas y los pensamientos que surgieron. En ese corto tiempo, ¿Te enfocaste en las partes que te gustaban de tu cuerpo. ¿Surgieron pensamientos positivos acerca de tu apariencia? O estabas buscando: ¿Qué odiabas o quisieras corregir, cambiar, reducir o desaparecer? ¿Qué tan severa fuiste contigo? 

Son pocas las mujeres (y hombres) que hoy día no tienen algo negativo que decir sobre sus cuerpos o ganas de poder cambiar algo (o todo). Hemos ido en contra de la biología, del tiempo, de lo natural y nos hemos obsesionado por la capa superficial de nuestros cuerpos buscando siempre cambiar su forma y ser más delgados, con “medidas perfectas” para sentirnos “felices”.

Cada día más y más son las personas que terminan buscando ayuda de un profesional de la salud mental relacionado con su apariencia física. La obsesión por nuestro físico nos ha creado un malestar psicológico constante que nos empuja a dañarnos por dentro inclusive a morir por ello. 

Los trastornos más comunes relacionados con el físico son:

Trastorno Dismórfico Corporal: Preocuparse de manera excesiva por un defecto físico (real o imaginario) al punto que te cause ansiedad o depresión. 

Anorexia Nerviosa: Buscar a toda costa estar por debajo del limite normal de peso, privarse de comida si necesario y tener miedo a aumentar de peso.

Bulimia Nerviosa: Episodios repetidos de atracones de comida seguidos por conductas compensatorias como vomitar, usar laxantes, hacer ejercicio excesivo entre otras.

 Si crees que no son graves, estos mismos han llegado a disfrazarse de personajes en páginas de Internet (Ana para Anorexia y Mia para Bulimia) para promoverlas y normalizarlas entre adolescentes. Pero eso no es todo. Hoy en día, existen otras “etiquetas” que aunque no se encuentren en el DSM-V (Manual de Diagnóstico de Enfermedades Mentales) se utilizan para reflejar nuevas conductas obsesivas para alcanzar ese físico deseado:

Vigorexia: Obsesión por obtener más y más músculos arriesgándose con tratamientos peligrosos para la salud. 

Potomanía: Tomar más de 6 litros de agua por día para intentar bajar de peso o engañar el cuerpo del hambre descompensado el mismo.

Anorexia: Obsesión por tener el cuerpo bronceado y exponerse riesgosamente a baños de sol y salas de bronceado hasta provocarse quemaduras.

El peligro está en que no logramos asociar esta obsesión con un detrimento de nuestra salud. Las personas obsesionadas por su físico deben hacer el largo recorrido de aceptar que estas conductas tienen consecuencias y pueden dejar poner en peligro su salud. Debemos como sociedad parar esta propaganda y promover una actitud más gentil y aceptante de nuestros cuerpos. Un cuerpo saludable por dentro y por fuera no tiene un modelo prescrito tal cual una muñeca en cajeta. Es más, las medidas de las “barbies” son inalcanzables en la vida real sin alguna alteración quirúrgica. Obsesión no es determinación; es enfermedad.  

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