Manifiesto de la Mujer

Mar, 04/04/2017 - 14:39

“Mezquita, ojalá lucharas por causas realmente importantes como lo haces por tu supuesta causa de la igualdad”. Así me dijo en estos días una persona que conozco hace muchos años, hombre, y que creyó en mí y me ayudó muchísimo cuando me inicié en esta carrera, mientras muchos otros no daban ni un centavo por una mujer ex “miss” en los deportes. Esta frase, como muchas otras frases machistas que me toca escuchar en esta profesión (y en esta vida), me dolió. 

Siempre he sentido que luchar por la igualdad es una causa importante porque he vivido la desigualdad en carne propia por el simple hecho de ser mujer. Desde tonterías como que no querían venir a mi casa a venderme una aspiradora porque no tengo esposo, y al parecer el hombre es el pudiente de un hogar y yo mujer soy pobrecita. Me compré otra aspiradora más económica y con la diferencia me compré una cartera, para que sean serios y respeten mi poder adquisitivo. En otra ocasión, me sugirieron que no contratara a una mujer  porque podía salir embarazada y eso es más trabajo para los demás, y con un hombre no tendríamos esos problemas. Contraté a una mujer, a los años salió embarazada, les tocó trabajar, pero el trabajo permanente 24/7 lo tiene ella.

Se refieren a esta lucha como supuesta, como si no existiera, como si fuera una creación de la imaginación de uno. Básicamente, yo estoy loca. Pero la estadística a nivel mundial me da la razón: de 900 millones de personas analfabetas en el mundo, más del 60% son mujeres; en el mundo, 1 de cada 3 mujeres ha sido víctima de violencia física o sexual, y en gran parte de los países, las mujeres ganan entre el 10% y el 30% menos que los hombres solo por ser mujeres. Puedo seguir, pero se me acaba el espacio.  Así es que sí, es una lucha importante porque va más allá de lo superficial o de mis quejas cotidianas por cosas pequeñas, que al final suman en corregir hábitos patriarcales que ocasionan efectos mayores en la forma en que se trata a la mujer.

Es importante porque es frenar la violencia contra la mujer y los altos índices de feminicidios en América Latina. Es importante porque necesitamos a más mujeres en posiciones de poder y toma de decisiones. Es importante porque es darle a una niña de bajos recursos la misma oportunidad de ir a la escuela y recibir una educación que su hermanito. Es importante porque tiene que haber roles más completos para las mujeres en los deportes que vayan más allá de adornar una pantalla. 

Tengo la fortuna de haberme criado con el ejemplo de mujeres fuertes y luchadoras, y en un hogar con 3 hombres (un papá y dos hermanos), quienes ejercen la caballerosidad y el respeto, y si bien es cierto que siempre me han cuidado, también me han ayudado a ser fuerte e independiente  y apoyan mi lucha por la igualdad. Porque la lucha no es solo de las mujeres, es de todos por igual, por alcanzar una sociedad en armonía, dígase el equilibrio de las proporciones entre las distintas partes de un todo cuyo resultado siempre connota belleza. ¡Por eso el papa Francisco no se equivocó al decir que la mujer pone la armonía en el mundo! 

 
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