- Mente y Cuerpo
Debes permanecer atenta a este tipo de sintomatologías, ¡tu cuerpo puede estar diciéndote otra cosa!
La menopausia es un proceso natural que pone fin a los años reproductivos de la mujer al suspenderse los períodos menstruales. Por lo general, ocurre en la década de los 40 o 50 años, con una edad promedio de 51 años en Estados Unidos. Clínicamente, se la define como un período de un año sin menstruaciones.
A medida que la menopausia se acerca, no solo es común sino que se anticipa que las menstruaciones se vuelvan irregulares, etapa conocida como perimenopausia. En ese período, la menstruación generalmente desaparece un mes y luego reaparece, o desaparece por varios meses y después empiezan los ciclos regulares otra vez durante algunos meses. En la perimenopausia, las menstruaciones también tienden a presentarse en ciclos más cortos, por lo que podrían ser más seguidas de lo normal para usted.
Pasada la menopausia, presentar manchas de sangre puede ser motivo de preocupación. No es normal tener sangrados después de la menopausia y es preciso que un médico evalúe el asunto.
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Los sangrados posmenopáusicos pueden deberse a varias causas.
Una de las afecciones ocultas más graves que pueden llevar a este tipo de sangrados es el cáncer. Por ejemplo, el cáncer que empieza en el útero, llamado cáncer de endometrio, generalmente provoca sangrados vaginales anormales. En muchas mujeres que padecen ese tipo de cáncer, el sangrado es el único síntoma, motivo por el que es tan importante evaluar lo antes posible un sangrado posmenopáusico.
Si el médico sospecha cáncer de endometrio, posiblemente recomendará extraer una muestra del tejido del revestimiento uterino, mediante un procedimiento llamado biopsia endometrial. Ese tejido extraído luego se examina en el laboratorio, en busca de signos de cáncer. La biopsia endometrial puede llevarse a cabo en el consultorio del médico y, por lo general, no requiere anestesia.
Otros tipos menos comunes de cáncer que también pueden provocar sangrados anormales son el cáncer del cuello del útero o de la vagina, así como el sarcoma uterino. Entre otras enfermedades ocultas que pueden llevar a sangrados vaginales después de la menopausia están las afecciones que afinan el tejido que reviste al útero o a la vagina, llamadas atrofia endometrial y atrofia vaginal, respectivamente. En algunos casos, los fibromas o los pólipos uterinos también pueden provocar sangrados.
De igual manera, el sangrado puede ser producto de una afección conocida como hiperplasia endometrial, donde se observa un crecimiento excesivo y precanceroso de las células que componen el revestimiento uterino. Se sabe también que una infección, una lesión u otro traumatismo pélvico, así como ciertos medicamentos provocan sangrados posmenopáusicos.
Pese a toda esta lista de posibilidades desconcertantes, tenga siempre presente que su sangrado puede ser inocuo, sin que ninguna enfermedad oculta y grave lo esté provocando. De todas maneras, lo recomendable es acudir al médico para descubrir qué ocurre.
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