Mié, 04/10/2019 - 12:32
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Un informe que presentó el Fondo de Población de Naciones Unidas revela que hasta 214 millones de mujeres en países menos desarrollados que quisieran prevenir un embarazo no tienen acceso a información, servicios y métodos anticonceptivos modernos.
La desigualdad de género limita la capacidad de las mujeres de decidir de manera libre sobre cuándo y con quién tener relaciones sexuales, sobre el uso de métodos anticonceptivos o de atención médica y sobre cuándo o si buscar trabajo o realizar estudios superiores.
Así, la desigualdad de género es el principal obstáculo para hacer cumplir y aplicar los derechos humanos, incluidos los relativos a la reproducción, según se desprende de un informe que presentó este 10 de abril en Berlín el Fondo de Población de Naciones Unidas, encargado de la salud sexual y reproductiva.
De la misma manera, las normas de género limitan los derechos reproductivos de los hombres al ejercer una fuerte presión social para hacer muestra de su fertilidad, asumir conductas de riesgo y tener muchos hijos, agrega el documento.
Cifras que denotan retos por asumir
El informe arroja números muy importantes que denotan el impacto de la desigualdad en la salud reproductiva, pero también algunos avances. Por ejemplo, sólo el 57 % de las mujeres casadas o en una relación de los 51 países con datos al respecto tienen la capacidad de tomar sus propias decisiones en la totalidad de tres áreas clave: las relaciones sexuales con su pareja y el uso de métodos anticonceptivos y de servicios médicos.
Aún así, la prevalencia del uso de métodos anticonceptivos modernos en estos países registró un incremento del 3.600 %: si en 1969 era del 1 %, en 1994 era del 15 % y en 2019 del 37 %.
Mientras, en países más desarrollados, el aumento fue del 74,3 %, de una prevalencia del 35 % en 1969, al 57 % en 1994 y al 61 % en 2019.
En términos globales, en 1969, la tasa de prevalencia de métodos anticonceptivos modernos era del 24 %, en 1994, del 52 % y en 2019, del 58 %, lo que supone un aumento del 141,7 %.
El informe analiza los avances en materia de salud reproductiva coincidiendo con los aniversarios de dos importantes hitos: la creación hace cincuenta años del UNFPA y los 25 años desde la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (ICPD) en El Cairo, en la que 179 gobiernos abogaron por el acceso universal a amplios servicios de salud reproductiva.
Así, si la media de nacimientos por mujer era de 4,8 en 1969, en 1994 pasó a ser de 2,9 y hoy en día se sitúa en 2,5, lo que supone un descenso del 47,9 %.
La tasa de fertilidad en los países menos desarrollados cayó de 6,8 en 1969 a 5,6 en 1994 y hasta 3,9 en la actualidad, lo que se traduce en un descenso del 42,6 %.
Mientras, esta misma tasa en los países más desarrollados decreció un 26,1 %, de 2,3 en 1969 a 1,6 en 1994 y 1,7 en 2019.
Por otra parte, la cifra de mujeres que moría por causas relacionadas con el embarazó descendió de 369 por cada 100.000 nacimientos en 1994 a 216 en 2015, un descenso del 41,5 %.
El informe denuncia también que las minorías siguen siendo las más afectadas por la falta de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, particularmente las étnicas, adolescentes, personas solteras, la comunidad LGTBI, los discapacitados y la gente más pobre de las áreas tanto rurales como urbanas. EFE
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