- Mente y Cuerpo
Estos pensamientos pueden aparecer a menudo, conócelos para combatirlos.
Cuando hablamos de ansiedad, solemos enfocarnos en los sentimientos que surgen debido a este trastorno. Son muchas las personas que viven el día a día con ansiedad, sin ni siquiera identificarla como tal o sin haber tenido un ataque de pánico. Es porque solemos solo enfocarnos en los síntomas físicos, y no en los mentales. La ansiedad es un conjunto de tres factores: lo que pensamos, lo que sentimos y cómo reaccionamos a lo previo (he ahí la posibilidad de tener un ataque de pánico si lo demás no se ha trabajado por mucho tiempo).
Sin embargo, los pensamientos pueden llegar a ser más fuertes e imponentes que nuestros sentimientos. Estos suelen ser automáticos. Pueden ser palabras, imágenes, memorias, sensaciones o sonidos, entre otros, que aparecen sin darnos cuenta y nos activan la ansiedad. A su vez son persistentes; se repiten una y otra vez hasta convertirse en “verdad”. Como si lo que pensamos “es lo que es”. La verdad absoluta es que a través de los años, todo hábito se vuelve costumbre, y nuestros pensamientos se acomodan en nuestra mente.
Para reducir la ansiedad en nuestra vida, una de las tareas está en que debemos identificar los pensamientos que no nos dejan estar tranquilos. He aquí 5 pensamientos no útiles, muy comunes, que nos causan ansiedad o malestar emocional, y algunas preguntas que te puedes hacer para pararlos, cambiarlos o eliminarlos.
1) “Debo” y “tengo”: Pensar o decir “yo debo o no” y “yo tengo” nos pone mucha presión, con muchas expectativas irreales. Pregúntate: ¿Estoy poniéndome más presión o expectativas casi imposibles? ¿Qué sería algo más realista?
2) Lectura mental: Asumir que sabemos lo que los demás están pensando (muchas veces acerca de nosotros). Entonces te preguntas: ¿Estoy asumiendo que sé lo que los demás están pensando? ¿Cuál es la evidencia?
3) Predicciones: Pensar que sabemos lo que va a pasar en el futuro. ¿Puedo predecir el futuro? ¿Qué tan probable es que esto ocurra?
4) Ser crítico: Ponernos a nosotros mismos por debajo; autocriticarnos, echarnos la culpa por eventos o situaciones que no son totalmente nuestra responsabilidad. ¿De verdad hay algo que hubiese podido hacer? Las personas que me rodean, ¿dirían eso que estoy pensando de mí?
5) Montaña de toperas: Exagerar el riesgo, el daño o lo negativo. Minimizar lo positivo o las probabilidades de cómo las cosas se van a resolver. ¿Estoy exagerando riesgo o peligro? ¿Estoy minimizando lo positivo? ¿Cómo lo vería alguien más? Si identificas los pensamientos que más utilices y logras cambiarlos por unos más útiles, verás cómo esa presión o ansiedad disminuye y puedes vivir el día a día más sanamente.
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