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Aunque la revolución femenina está cobrando fuerza, en el deporte las cosas no cambian mucho.
Con la aprobación de la Ley 420 en Panamá, el 30% de los puestos de juntas directivas de instituciones estatales del país debe estar conformado por mujeres. Por un lado, esto me alegra, pero por otro lado me pregunto: ¿Por qué es necesario tener una ley que les da un lugar a las mujeres, cuando ese lugar debería ser dado naturalmente? y ¿por qué es necesario forzar algo que debería correspondernos obviamente y justamente por mérito? Lastimosamente, las oportunidades para las mujeres no son naturales ni obvias. Y en el mundo deportivo que me corresponde, también se toman medidas para reforzar la presencia femenina en un ámbito dominante masculino.
En el 2016, Fifa aprobó reformas en su Congreso Extraordinario posescándalo Blatter, y dentro de esas reformas había reglas para forzar la inclusión de mujeres en un organismo repleto de sacos y corbatas. Su nuevo consejo de 36 miembros debía incluir un mínimo de 6 mujeres. Y Fatma Samoura se convirtió en la primera mujer nombrada en el cargo de secretaria general de la Fifa, después de 112 años. Increíble pero cierto. Mientras tanto, Concacaf decidió otorgar un puesto de 8 a una mujer en su Comité Ejecutivo.
Fifa, a través de todos sus canales, intenta empujar y reforzar el fútbol femenino. Ejemplo Panamá, hace años no teníamos una liga femenina en nuestro país, también se eliminó la Selección Nacional Mayor Femenina, y poco a poco se ha ido regresando al fútbol femenino con categorías menores, aunque con pocos recursos. Pero una liga no regresó hasta hace unas semanas. El programa Forward de la Fifa otorga a las federaciones que gestionen una liga femenina, dinero anual para el desarrollo de la misma. También otorga dinero a la federación si promocionan el fútbol femenino.
Para ser justos, el programa también otorga una suma anual para gestionar otros proyectos, pero me enfoco en las gestiones del fútbol femenino, ya que han sido tan carentes en los últimos años, y ahora gracias a programas específicos de la Fifa, que prácticamente los exigen con sus reformas, han vuelto a aparecer en nuestro país.
Presencia femenina también hace falta en la federación panameña de fútbol, donde si bien es cierto hay más puestos dentro de la federación donde se ven mujeres, ninguna ocupa un puesto en su comité ejecutivo que resulta ser meramente masculino. Hay mujeres capacitándose dentro de la federación con los nuevos programas de liderazgo femenino de la Fifa, pero tampoco escuchamos información con bombos y platillos de esto.
Así me respondo a mi pregunta que inició esta columna. Sí, sí es necesario que existan leyes y reglas que garanticen la oportunidad de mujeres en juntas y comités ejecutivos, porque la historia y el presente nos demuestran que sin ellas, difícilmente nos dan un lugar. Ojalá en unos años esas leyes, reglas, reformas puedan ser eliminadas y realmente sea evidente que la mujer tiene el mérito y la capacidad para ocupar lugares y posiciones, y esos puestos se den naturalmente y no por obligación.