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Quedó demostrado que en Panamá hay mucho deporte pero hay que saber qué hacer con él.
Se va el 2016, un año de mucho deporte para Panamá. Pareciera que cada año hay más deporte, más eventos, más ligas, más ligas que quieren salir en la televisión, y más panameños y equipos participando en grandes eventos deportivos. Eso siempre es bueno porque el deporte reúne a las masas y une a la nación. Y eso es un sentimiento lindo.
Este año tuvimos varios sentimientos lindos, pero también otros sentimientos no tan lindos. A veces me pregunto si tenemos demasiado deporte, una sobresaturación de eventos deportivos. Somos un país tan pequeño, sin embargo hay tantas personas queriendo hacer tantos eventos, que terminan viéndose vacíos, y ese impacto es negativo. Menos es más dicen algunos sabios.
El fútbol no inició muy bien. Estábamos molestos con Bolillo, y la Liga Panameña de Fútbol parecía venirse abajo luego de lo que fue una batalla campal en el Maracaná. Pero fuimos felices jugando contra Argentina y Chile en la Copa América Centenario, la LPF se puso las pilas para el Torneo Apertura, la selección clasificó a la hexagonal y cerró el año con 4 puntos. Pero no olvidemos el fracaso de la Sub-20, y la falta de apoyo al fútbol femenino.
El baloncesto parecía agarrar auge, el Centrobasket fue la sensación. La arena Roberto Durán se veía sensacional, pero el equipo panameño no dio lo prometido y terminó de 4.° en casa. El espectáculo fue bueno, pero el desempeño en el tabloncillo se quedó corto. Se inició la segunda temporada de la LPB, baloncesto en varios canales de TV, y por radio, pero la asistencia no ha sido la mejor.
Los juegos Olímpicos despertaron pasión, buena y mala. Dio para el debate que nos dividió, mientras la esperanza de Alonso Edwards en una final nos unió. Los juegos nos hicieron recordar que a los dirigentes hay que vigilarlos siempre, y a las disciplinas menos favorecidas no las podemos olvidar por 4 años.
Los peloteros panameños en la MLB tuvieron actuaciones modestas, los más pequeños en Williamsport nuevamente nos hicieron emocionar, pero mientras tanto, en casa el béisbol nacional pierde su título de “deporte rey”. No pueden dejar que eso suceda.
Otras disciplinas mantuvieron sus fieles seguidores, la gente de triatlón siempre llena sus eventos, en la gimnasia, los padres de familia siguen muy apasionados. Y del otro lado, al atletismo le falta cariño, y a la natación también.
Este año quedó demostrado que en Panamá hay mucho deporte, pero hay que saber qué hacer con tanto deporte. En el 2017 se viene otra avalancha de eventos deportivos, escoge el tuyo y apóyalo.
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