Isabel II exhibe apoyo al príncipe Andrés en tributo al duque de Edimburgo

Mar, 03/29/2022 - 13:13
Todo ocurrió durante la ceremonia de homenaje a su difunto marido, el duque de Edimburgo, fallecido hace un año.
 La reina Isabel II, a quien es cada vez más difícil ver en público, dio este martes una inesperada muestra de apoyo a su hijo el príncipe Andrés al entrar de su brazo en la ceremonia de homenaje a su difunto marido, el duque de Edimburgo, fallecido hace un año.
 
 

En el interior de la abadía de Westminster, que reunió a lo más selecto de la nobleza europea y de la sociedad británica, se respiraba un ambiente de emoción antes de que comenzase el servicio religioso, después de que la salud de la reina se haya deteriorado de forma evidente en los últimos meses.

 

 
 
Por eso, la sorpresa al ver a la soberana, de 95 años, entrar apoyada en su hijo el príncipe Andrés, provocó el murmullo en el templo.
 
 
Según el programa, Andrés debía de haber entrado acompañado por su hija, la princesa Beatriz, antes del heredero a la Corona, el príncipe Carlos, y del segundo en la línea de sucesión, el príncipe Guillermo.
 
 
Si complicado ha sido recientemente ver en público a Isabel II, aún más lo ha sido con el príncipe Andrés, quien en marzo alcanzó un arreglo multimillonario con la mujer que lo acusaba de abuso sexual cuando ella era menor, Virginia Giuffre.
 
 
El acuerdo evitó el juicio, pero no le ahorró el oprobio. La monarca ya le había retirado en enero sus títulos militares y sus patronazgos, si bien nunca le despojó del ducado de York.
 
 
Con su gesto de hoy, Isabel II, a juicio de los expertos en la realeza británica, recuerda que Andrés sigue siendo su hijo -tradicionalmente se le ha considerado su vástago favorito-, pese a que ya no desempeñe obligaciones reales.
 
 
 
 
Pese a todo, no se prevé que Andrés participe en junio en las celebraciones por el Jubileo de Platino por los 70 años de reinado de su madre: una manera más de marcar la raya por Palacio entre su papel público y la persona privada.
 

 

Una reina emocionada 

Con el acto de acción de gracias de hoy, la reina pudo de alguna forma paliar el doloroso funeral con el que tuvo que despedir el año pasado a su marido, donde sus imágenes sentada sola debido a las restricciones sociales dieron la vuelta al mundo.
 
 

Esta vez sí se pudieron cantar los himnos elegidos en vida por Felipe que en el funeral del año pasado no pudieron escucharse por las normas anticovid.

 

 
 
Hoy se pudo ver por momentos a una monarca afligida y muy conmovida, pese a que pareció en todo momento estar en control de la situación.
 
 
El entorno de Isabel II limita al máximo sus apariciones, aún más después de haber atravesado recientemente la covid, por los problemas de movilidad que sufre. 
 
 
El "Dios salve a la reina" con el que los asistentes despidieron la ceremonia sonó más contundente que nunca: a nadie se le escapa que es posible que no haya muchas oportunidades similares en el futuro para demostrar su devoción por una reina que sigue contando con niveles muy altos de popularidad. EFE
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