- Farándula
Un momento muy emotivo en el que la ahora reina consorte ha querido rendir su peculiar homenaje a su difunta suegra a través de un complemento muy significativo.
No cabe duda de que Camilla Parker Bowles está siendo uno de los grandes apoyos del rey Carlos III en estos días de luto en los que se entremezclan los actos solemnes para conmemorar la memoria de Isabel II con sus nuevas obligaciones como monarca del Reino Unido.
Concretamente, en la mañana de este lunes, ha tenido lugar el cortejo fúnebre en el que se han trasladado los restos mortales de la monarca hasta la Catedral de St Giles, un momento muy emotivo en el que la ahora reina consorte ha querido rendir su peculiar homenaje a su difunta suegra a través de un complemento muy significativo, puesto que, entre los accesorios que ha elegido destacaba un broche de brillantes en forma de ramo de flores, una pieza familiar que en un principio pertenecía a la colección privada de la Reina Madre.
Tras el fallecimiento de la reina Mary en el año 2002, pasó a ser parte del joyero habitual de la monarca, llegó a convertirse en uno de sus abalorios favoritos y lo solía lucir en sus visitas oficiales prendido del sombrero. Si bien es cierto que no se conoce la fecha exacta en la que el broche pasó a ser propiedad de Camilla, su primera aparición en público con él se remonta a 2015, este regalo supone un gesto que demuestra la buena sintonía que compartían suegra y nuera a pesar de las muchas dificultades que tuvieron que atravesar ambas a lo largo de las décadas, especialmente durante los 90 tras la entrevista de la princesa Diana en la que apuntaba hacia Camilla como la tercera integrante de su matrimonio.
En lo referido al resto del atuendo, totalmente apropiado al luto riguroso al ser sobrio y discreto, la reina consorte ha optado por el mismo vestido que llevó durante el funeral del duque de Edimburgo. En esta ocasión, ha acompañado el traje con un gran sombrero adornado de plumas, un bolso de mano de cuero, zapatos de salón de tacón medio, y, sobre todo, sus inseparables perlas, que ya se han convertido en uno de sus signos de identidad, con un luminoso collar formado por múltiples hileras unidas con un broche central de brillantes.
Si bien es cierto que el recorrido de Camilla al trono ha sido de todo menos sencillo, bajo ella siempre se ha cernido la alargada sombra de Lady Di, con el paso del tiempo ha conseguido ganarse el cariño y el respeto de los miembros de la familia real y del pueblo británico. Buena muestra de ello, es la decisión de Isabel II de nombrarla reina consorte, aceptando así por completo el gran amor de su primogénito por ella; los gestos de complicidad que ha compartido con el príncipe Guillermo en el acto de proclamación de su padre o los calurosos saludos que ha recibido en los distintos actos públicos que se han celebrado en esta última semana.