Ser multitasking ya no está de moda

Mar, 09/22/2015 - 15:00
Hace unos años tenía la mala costumbre de hacer mil cosas a la vez, o sea, que me sentía ansiosa por terminarlas en el mismo momento y lo que me generaba a mi misma era estrés.
 
Me sentía orgullosa porque creía que era súper productiva.
 
Por ejemplo en el trabajo, si me llegaban 5 correos a la vez los abría todos e iba respondiendo pedazos pensando que así iba a avanzar o salir de todos los pendientes. Eso reflejaba el estado de aceleración de mi mente. ¿Te ha pasado?
 
La mente también la mantenía activa y preocupada por todo lo que tenía que hacer y lo que me faltaba por terminar. Esos pensamientos no me permitían ni sentarme bien en mi silla y hacer las cosas apurada, a veces se me escapaban algunas y para ponerle la cereza al pastel, durante todo el día de trabajo tenía un nudo en la espalda del estrés.  Me di cuenta que inconscientemente  pensaba que sentada más cerca de la silla lograría avanzar más rápido como si estuviera “corriendo”… lo peor es que trataba de relajarme y seguía pasando lo mismo siempre, que mal estaba.
 
Lo que te conté arriba era lo que me pasaba en un día promedio de trabajo, en la parte profesional. ¿Cuantas veces nos pasa esto en nuestro rol como mamás y en nuestra vida entera? 
 
Por estar haciendo mil cosas a la vez no nos enfocamos en nada y damos migajas de tiempo a nuestros esposos e hijos y vivimos el tiempo presente estando ausentes. 
 
Quizás dirás, somos mujeres y por naturaleza somos multitasking, es cierto, pero en el fondo las acciones salen en automático; no estamos disfrutando el momento y ni estamos comprometidas  en poner el corazón en ellas, tampoco estamos concentradas si es algo que requiere más  de nuestra atención.
¡Sé que difícil porque la vida hoy en día es tan agitada! Por eso decidí bajar las revoluciones y hoy te invito a que hagas lo mismo.
 
 Cuando me convertí en esposa y en mamá ya había cambiado el “chip” en mi mente, por lo menos en el lado laboral, a veces en el día a día de mi casa sin querer me pasaba  la descripción de mamá multitasking que acabo de describir arriba, y todavía hay días que empiezo en automático a hacer varias cosas a la vez y tengo que llamarme la atención.
 
Ahora compartiré contigo algunos secretos que me funcionaron luego de practicarlos repetidamente, para poder bajar mis niveles de estrés y tratar de enfocarme en hacer lo que en su momento amerita mi atención:
 

1. Reprograma tu mente

Para cambiar este estado de ansiedad, empecé a hacer pequeños cambios. Me di cuenta que tenía que analizar el momento y la situación y si no podía atender algo en algún momento específico debía dejar de sentirme ansiosa ¿acaso soy superwoman? Descubrí que no. De ahí todo cambió.
 
 

2. Organízate

Con la organización diaria podrás determinar que cosas prioritarias tienes que hacer en tu día para tu trabajo y tu vida familiar (casa, esposo, hijos) y debes enfocarte en esas cosas específicamente y hacerlas una a la vez. Recuerda una a la vez, respira y no te estreses, aunque el mundo entero quiera otra cosa, tu no podrás hacer maravillas.
 

3. Delega

A veces está en nuestro ADN querer controlarlo todo, pero debes aprender a delegar. Elige bien a las personas que les pondrás ciertas tareas en tu oficina (si puedes) y en tu casa, inclusive pide ayuda de tu esposo o algún familiar si necesitas algo que humanamente no puedes hacer. Confía en esas personas, te quitarás un peso de encima.
 

4. Sé egoísta

Suena feo, pero lo digo para transmitir la idea ya que a veces hay que olvidarse de los demás. Especialmente en esos momentos cuando también tienes necesidades, proyectos y muchas cosas pendientes que realizar. También me pasaba que surgían reuniones de último minuto o amistades / familiares me pedían favores de último momento y eso me generaba ansiedad porque trastocaba mis planes, sin pensarlo decía que si y luego cuando llegaba a mi casa exhausta cumplía con los demás pero me frustraba porque lo mío quedaba colgado y lo seguía dilatando siempre por la misma razón. Al final me di cuenta que yo en ese tiempo dejaba de hacer cosas importantes para mi, por cumplir con otros y que en mi lista de prioridades de última estaba yo. Error total.
Así que te recomiendo que pongas tu organización y tu paz por delante y si otros te sacan de tus planes a último momento, tienes derecho a decir no. Si se sienten porque no has podido cumplir con ellos recuerda que no siempre quedarás bien con todo el mundo.
 

5. Desconéctate

En esta era de las telecomunicaciones, la tecnología, la inmediatez, automatizado, todo pasa tan rápido que si es viejo ya no interesa y pasó en el justo momento hay que publicarlo enseguida para que otros lo vean, pero ¿ y los que están al lado de nosotros, con nosotros? ¿disfrutamos ese momento que no volverá con ellos? Un ejemplo es dejarnos llevar por subir la foto en Instagram justo en el instante que nuestro bebé está dando su primera sonrisa en lugar de mirarlo y devolvérsela.
 
Este punto tan importante se nos está olvidando  porque nos dejamos llevar por lo que fluye en el ambiente, por ver a otras personas y no lo niego me pasa muchas veces. Tengo que darme un pellizcón muchas veces para desconectarme. Una práctica que puede servirte y que he hecho es dejar el celular en la cartera si estoy en algún lugar, para poder compartir con las personas que están allí. Si quieres concentrarte en el trabajo puedes apagar el Internet del móvil y te aseguras que nadie te interrumpa, ni WhatsApp, Redes Sociales, correos, NADA. Necesitas olvidarte de todo y concentrarte en lo realmente importante en ese preciso momento.
 
Para terminar quiero recordarte que la clave de todo está en estar conscientes que  solo tú tienes el control de tu vida. 
 
Debes poner los límites adecuados y no exigirte demasiado, recuerda: una cosa a la vez. De esta manera te sentirás más relajada y tendrás más energía para desarrollar tus sueños y disfrutar cada día de todas las etapas junto a tus hijos.
 
¿Piensas que debes cambiar el chip de tu mente para hacer una cosa a la vez? Si tienes alguna otra práctica que te haya servido anímate a compartirla en los comentarios de abajo.
 
Un abrazo,
 
Maria Lorena.
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