- Familia
La época escolar de los niños debe de ser un plan de familia, un ajuste en el estilo de vida de grandes y chicos, pues afecta a todos en el hogar.
Quizás muchos se identifiquen con mi confesión, pero, si pudiera elegir tener un poder en el mundo, sería el darle la capacidad a todos los padres para que educaran el paladar de sus hijos y los alimentaran, como mis padres y mis abuelos lo hicieron conmigo. En ocasiones, nos dejamos llevar por el apuro y el bolsillo, olvidándonos de que la buena cocina es parte de nuestros valores, de nuestra salud y de nuestra herencia, sobre todo entre nosotros los hispanos.
La época escolar de los niños debe de ser un plan de familia, un ajuste en el estilo de vida de grandes y chicos, pues nos afecta a todos en el hogar. Así que inspirado en eso, te comparto algunas sugerencias que espero te ayuden en tu día a día.
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Las hora de ir a dormir debe ser ajustada. Así como las horas de video juegos o juegos en el teléfono.
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Haz tiempo para el ejercicio físico, sobre todo si tus niños no hacen deporte adicional en la escuela.
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La buena alimentación se relaciona con la conducta y eso empieza por el desayuno.
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Prepara un menú en el fin de semana. Y así adelantas algunos platos de la semana.
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Evita todo lo procesado, los jugos que no sean 100% natural y controla las azúcares.
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Compra panes, snacks, jamones y quesos que sean lo más natural posible.
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Hazlos comer más frutas y vegetales. Llévalos a la lonchera y al plato en casa.
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Cuando hagas la cena, cocina el doble y que se lleven un poco en la lonchera.
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Hazlos comer más granos, prepara más arroces y sopas como lo hacían nuestras abuelas.
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Prepara proteínas frescas. Pollo, cerdo, pescado, huevo, atún, pero todo hecho en casa, nada de bolsa o congelado y si es orgánico o free range, mejor todavía.
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Compra ingredientes que te duren mucho y te ayuden a resolver en cualquier momento.
Las ideas siempre sobran. Permíteles crecer con un buen paladar, lleno de antojos por ingredientes frescos, de calidad y dejando afuera todo lo procesado. Recuerda, no somos más inteligentes comiendo rápido y barato. Tanto para tí, como para ellos, aplica el dicho somos lo que comemos.