- Para Padres
Cada etapa en la vida trae sus desafíos y uno de los más sonados es: cómo estar preparado para afrontar la pubertad.

Ah, la adolescencia, aquella palabra que causa terror a todos los padres que tienen hijos pequeños. ¿Cierto o no? No hace falta quien diga: “¡prepárate para lo que te espera!”. La adolescencia, al igual que las “películas de tiburón”, ha quedado asociada como algo de terror.
Primero, ¿cuándo se inicia?
La adolescencia se divide en varias etapas, nos dijo la psicóloga panameña Geraldine Emiliani; sin embargo, si tu hijo o hija hace la pregunta, se le puede explicar que no es igual en todos, hay quienes inician más temprano y otros más tarde. Por otro lado, en relación con las fases son: pubertad, comienza a los 10 años o antes, en las niñas, y 11 años en los niños, hasta llegar a los 15, aproximadamente.
La adolescencia media o tardía se extiende de los 18 a 19 años, que es la etapa de la juventud, que abarca de los 21 hasta los 25 años. No obstante, hay que hacer una distinción entre pubertad y adolescencia, menciona el artículo: “Guía para sobrevivir a la adolescencia de su hijo”, del sitio KidsHealth, indicando que la mayoría de las personas piensan en pubertad como la etapa en que se desarrollan las características sexuales adultas, las cuales son signos más visibles de la pubertad y de la adultez, pero los chicos que presentan estos cambios físicos pueden estar experimentando un sinfín de cambios que no se pueden percibir desde afuera, los cambios de la adolescencia.
Entendiendo a los adolescentes
La adolescencia es una época de cambios, de transición y de transformación, explicó Emiliani, en donde él o la joven no es un(a) adulto(a) y tampoco es un(a) niño(a), y añadió, “en esta fase se descubre la identidad psicológica, sexual y de autonomía individual”. No obstante, lo que pasa es que los adolescentes no se encuentran preparados para adquirir ciertas responsabilidades porque “adolecen” de ciertos mecanismos o herramientas para ello, mencionó la especialista. Identificando las señales Además de los cambios físicos notables, también hay emocionales, los cuales son la raíz de muchos de los problemas en las relaciones familiares.
Por ejemplo, muchos jóvenes se tornan un tanto rebeldes, quieren tomar decisiones propias, se encierran en sí mismos, parecen no escuchar consejos; otros se tornan apáticos, y/o perezosos, y/u ociosos; “esta etapa muchas veces es consecuencia de las anteriores, de cómo fueron criados por sus padres”, apuntó Emiliani.
¿Estás lista?
A diferencia de nuestras madres y abuelas, hoy tenemos la gran ventaja de tener acceso a temas de crianza, aquí algunos consejos:
- Hay que leer. En librerías e internet se puede encontrar gran información sobre la adolescencia; los expertos en estos temas dicen que mientras más se sepa, más se estará preparado(a) para afrontar esta etapa.
- Hable con tu hijo(a). Una de las mejores armas es mantener una buena comunicación —desde pequeños—, es importante explicarles sobre los cambios que van a tener, respondiendo sus dudas sin saturarlo de información.
- ¡Escuchar! “Aunque le duela al padre o a la madre. No ‘imponerse’ a sus criterios. La imposición es nefasta, rompe cualquier intento de comunicación. Los adolescentes esperan de sus padres sus consejos, pero que no se metan en su vida”, indicó la psicóloga Geraldine.