Familias en transición: cómo pueden afectar a los niños

Lun, 09/27/2021 - 12:00
Cuando los padres divorciados se vuelven a casar, el niño se convierte en “el que viene a veces” a casa del padrastro o la madrasta, y esto le puede crear ansiedad e inseguridad.
POR DRA. NANCY ÁLVAREZ
Doctora en psicología clínica con maestría y post grados en terapia familiar, de pareja y sexual
www.NancyAlvarez.com

 

Por mucho que la gente se divorcie o se separe, la constante es que se unan o casen de nuevo, creando las llamadas “familias en transición”, o las famosas familias de “los tuyos, los míos y los nuestros”.

 

Cuando se vuelven a casar, quien pasa a criar el niño, por el periodo que le toque al padre, es la madrastra. Esta se siente confundida y se pregunta: ¿debo poner disciplina a este niño que no es el mío? ¿Debe él cumplir mis reglas en la casa, o lo trato como si estuviera de visita? Lo mismo pasa con el padrastro.

 

El niño se convierte en “el que viene a veces”. No tiene un cuarto, siente que no pertenece a ningún lugar, y eso afecta a su identidad, entre muchas cosas más. Quizás su cuarto es el más pequeño, o tiene que compartirlo con un hermano. Esto crea celos. Su hermano tiene una habitación más grande, no se siente importante ni tomado en cuenta.

 

Muchos niños dicen a los psicólogos cosas como estas: “es que a mí nadie me preguntó si era feliz viendo a mi padre jugando pelota con mi hermano, algo que nunca hizo conmigo”. ¿Quien le ha preguntado a ese niño con quién quiere estar o dónde se siente bien?

 

Otro tema es dormir. Si el niño siente miedo, pesadillas o temores nocturnos, en su casa mamá puede llevarlo a su cama o acudir ella a su cuarto, para que se tranquilice. Eso no pasará con papá, ya que su madrastra no lo permitirá. El niño siente ansiedad y miedo de ir donde papá. Es que las dos dinámicas de las familias no son compatibles. Y es él quien sale perdiendo.

 

Si esto termina en la corte, ahora es asunto de dinero. El pleito dura mientras los padres tengan dinero, y el que tenga más es quien gana. Además, los estudios demuestran que la razón número uno por la que la gente se casa y se divorcia en EEUU, es el dinero.

 

La corte, abogados y jueces, que no saben nada de psicología infantil, ni de terapia familiar; toman la decisión, sin oír al niño o adolescente. Están bregando con asuntos difíciles y con una pareja que fracasó en resolver sanamente sus cosas. Muchas veces, la guerra sigue a través de sus hijos o hijastros. Si la madrastra es un tanto tóxica, la guerra de los padres se tornará aún más agresiva. Y muchas veces entran en este caos las abuelas, y los ex esposos o esposas. Al único que están dañando es al niño.

 

En estados más avanzados que Florida, y en países más avanzados que EEUU, no se da el divorcio hasta que los padres llegan a buenos acuerdos y superan sus guerras. La justicia no puede tener tanto poder. No solo con la familia y los niños, sino con otras grandes decisiones del país. Zapatero a tus zapatos.

 

Leer más:  http://www.mujer.com.pa/familia/es-posible-tener-un-divorcio-exitoso-sin-conflictos

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