Cerremos el 2015

Se acerca el fin de año, y junto a eso vuelve el ya famoso sentimiento que llamaré “cada año pasa más rápido que el anterior”. Como sea, el cierre del 2015 está a “la vuelta de la esquina” y muy pronto se iniciará un nuevo año y con él, nuestra capacidad de volver a empezar, a soñar y desear o lograr lo que queramos. Claro, con tal de que estemos listos para todo eso.

 

Y es que así como en los años, en la vida también hay cierres. Que nos guste o no: hay que tenerlos. Llámenlos como quieran: sea cerrando puertas, capítulos, o círculos, el ser humano necesita poder tener ciertos “closures” para vivir cosas nuevas, para crecer y madurar; para simplemente ser. Muchas veces si no cerramos, es muy difícil avanzar. O nos perdemos oportunidades nuevas o dejamos cosas entreabiertas que cuando aparecen las nuevas, viene el pasado a estropear lo bueno de lo nuevo con lo pendiente de lo viejo.

 

Tomemos un tiempo de reflexión y veamos qué cosas necesitan un cierre: posiblemente algunas metas quedaron sin cumplir, algunas relaciones terminaron antes de empezar, algunos conflictos quedaron sin resolver y muchas situaciones inesperadas que te habrán marcado de una forma u otra.

A pesar de que el cambio es lo único constante, el ser humano es increíblemente resistente al cambio. No nos gusta salir de lo que ya estamos acostumbrados y nos cuesta perder o decir adiós a las cosas y personas que vivimos y conocemos en nuestro viaje personal. Pero así como no podemos ser adultos si nunca dejamos de ser niños, tampoco podemos anhelar cosas nuevas si estamos siempre atados a nuestro pasado. Si siempre tenemos las manos ocupadas, ¿cómo vamos a tener espacio para recibir cosas nuevas?

 

En este fin de año, te animo a soltar lo que ya no funciona, lo que te hace sufrir, lo que no se logró, o aquella persona que ya no está. Rescata la lección, atesora los recuerdos, perdona o perdónate, acuérdate de lo bueno y deja ir lo que ya se fue.

 

A soltar lo que ya no debemos sostener y abrirnos a las mil posibilidades que nos depara el 2016. Aceptando que las cosas solo pueden cambiar. Con voluntad y esfuerzo por lo que queremos, siendo receptivos a lo nuevo, expresando gratitud por lo que hemos recibido y enfocándonos en el presente: La vida siempre encontrará la manera de sorprendernos.  

Así que a dejar ir y a dejarse llevar. ¡Felices fiestas y próspero 2016!