Mónica Díaz

Jue, 03/09/2017 - 14:16
Una voz y una cara conocida por su forma de ser en la farándula panameña. cree que el fortalecer su núcleo familiar es su manera de contribuir en la sociedad.

Mucha gente no sabe, pero estudiaste mercadeo y publicidad, eres locutora y empresaria. ¿Cómo empiezas en los medios?

Desde los cuatro o cinco años estuve en una academia que se llamaba Tía Dora, de ahí me  llamaron para estar en un segmento   infantil del Panamá América, que se llamaba “Lalo y Lulú”, donde había una fotocuentos y yo era la niña que salía. Luego hice teatro hasta los 16 años con el Inac. Más tarde, entro a trabajar en Copa, digamos que esa fue mi parte seria, y estuve  ahí tres años. He tenido la bendición de trabajar en cosas que me gustan,  si no me gusta, se me dificulta hacerlo. Estaba en una etapa en la que no encontraba un trabajo que quisiera hacer y que me diera un soporte económico importante,  estaba viendo la tele y anunciaron cursos de locución y mi mamá me inscribió. Dentro del curso había personas que tenían proyectos independientes, entonces me llamaron para hacer “castings” y quedé trabajando en un programa de cine en Eco TV y paralelo  quedé haciendo un programa de turismo en Travel Panamá. En radio trabajé con Zito Barés un tiempo,  luego estaban buscando una locutora para el “morning show” de los 40 Principales, fui al “casting” y fue como si conociera a Foncho de toda la vida. Estuve un año ahí, y  empecé en  YXY a hacer “El Mañanero”, creo que ese fue el momento que más disfrute porque tenía más libertad creativa. Entrando al programa, salgo embarazada  de María Paula y preferí quedarme en casa. Como no me gusta estar desocupada, me puse a diseñar joyería (la familia de mi esposo se dedica a eso en México) y me dio la oportunidad de poder hacerlo. Me fue bien vendiéndolas y decido abrir “The Hype”.        

 

¿Qué podrías decir que tiene de diferente hacer radio vs. la televisión?

Me gusta más la radio por el tipo de formato, es en vivo y tienes la oportunidad de recibir el “feedback” instantáneo. La radio tiene siempre ese toque de espontaneidad que en la televisión no se puede tener, al ser más controlada y medida.   
 

¿Qué es lo que más te llama de los medios?

Hacen falta las mujeres como yo en los medios, me refiero a que los hombres siguen dominando, pero de una mala manera. La mayoría de las mujeres que están en el medio quizá en privado piensan y se expresan de una manera, pero públicamente perpetúan el machismo. Mujeres que prefieren mostrar su cuerpo, siendo interesantes y teniendo otras cosas que mostrar, pero creen que es la única manera de llamar la atención. Mujeres que les dan palo a otras mujeres por su comportamiento; por ejemplo, si una mujer sale con muchos hombres, se le tilda de perra. Pero esa es su libertad sexual, puede ser que no estés de acuerdo con vivir la vida de esa manera,  pero no tendrías que llamarla de esa forma.  A veces siento que hacen falta mujeres así, para que las demás no se sientan solas y se sientan orgullosas de su forma de pensar.  

 

¿Se les toma en serio a las mujeres en TV?

Depende, creo que hay muy pocas a las que se les toma en serio. Me atrevería a decir a las de noticias, pero no todas, hay muñequitas bonitas de plástico o porcelana que están sentadas ahí repitiendo algo. La única que siento que sí, pero difiero en algunas cosas, es Alejandra Araúz, que tiene fuerza en su voz y el mensaje que transmite.  

 

¿Qué hay que hacer para sobresalir en la pantalla?

No siempre hay que ser complaciente, si eres de una manera, sé de esa manera  porque luego esa máscara se cae. Si finges que eres una buena persona, pero te ven en un semáforo diciendo palabras sucias, el teatro se cae. El encanto de la televisión, por lo menos en los programas en que he estado, es siempre ser tú mismo con respeto. Ser fiel a tu esencia y a lo que piensas. 

 

¿Te trajo enemigos o situaciones indeseables el comentar de la vida del “Chollywood”?

Por supuesto, eso es lógico, una cosa que te da tantas cosas buenas siempre tiene que darte cosas malas; es balance básico de la vida. No todo el mundo tiene el criterio para separar las cosas. Creo que al final terminaron entendiendo mi personalidad o yo terminé expresando bien cómo soy, hay muchas personas que quieren o estiman a las figuras públicas  y que alguien te diga algo que tú no quieras escuchar  va generar que a uno lo odien. Pero ese malestar no dura  nada.      

¿Por qué la doble moral del panameño de no gustarle estos programas, pero los ve?

Tú misma lo has dicho, ¡es doble moral! Yo me sorprendí del alcance de la diversidad del público que los ve. Generalmente, este tipo de programas  la gente piensa que los ve  la gente que no tiene educación o cierto estrato. Pero te equivocas de una manera abismal, mi mamá tiene más de 20 años de trabajar en el Club de Golf y  me sorprendió saber que muchísimos de los socios lo veían todas las noches. Y ni siquiera porque les importara saber quién es El Tachi o Bossy o lo que sea, sino para reírse. Creo que la gente lo oculta porque el admitir que le gusta el chisme te pone en un nivel intelectual “bajo”, sin embargo, a todos les gusta. Todo el mundo habla de todo el mundo, es algo intrínseco del ser humano.  

 

Pusiste en tus redes  un “post” sobre el acoso callejero, ¿qué está haciendo mal la sociedad?

Creo que es un tema de  crianza por parte de los padres, nosotras como mujeres tenemos la responsabilidad y la oportunidad de criar a los hombres del mañana. Digo las mamás  porque, lastimosamente, en la mayoría de los casos, en los hogares los padres se van. Son cosas tontas, desde que un niño toque las partes íntimas de una mujer y se lo celebren, esos son mensajes  que quizás por cultura  mandas. Cuando el hijo de uno es un niño correcto, oyes decir: “Ese pela’o es un tonto”. Una como mujer, si te faltan el respeto en la calle y hacerlo ver como algo normal, también es mandarle el mensaje a tus hijos de que es normal y aceptable. Los hombres  tienen que ponerse a pensar ¿te gustaría que a tu mamá le faltaran el respeto?, entonces no le faltes el respeto a la mamá de otra persona. 
 

¿Te gustaría involucrarte de alguna forma en un movimiento en pro de la mujer?

Claro que sí, pero aún no encuentro un balance. Estoy de acuerdo con algunas cosas con el tema del empoderamiento de la mujer, pero otras que rechazo completamente. Por ejemplo,  creo que hace falta un hombre y  hace falta una mujer, y si la mujer no quiere un hombre, tiene que tener la libertad de hacerlo. Es lo que no me gusta de los movimientos feministas extremos, que quieren condenar al hombre por haber nacido con pene. Tampoco es así.    
 

Madre de cuatro, ¿cómo separas la Mónica mediática de la que ellos conocen?

En principio, mis  dos mayores son mis hijastros, digo que son mis hijos porque he vivido mucho con ellos y hay cosas que sé más de ellos que sus padres, por eso siento el derecho de incluirlos como mis hijos. Cuando  ven que hay mucho movimiento en redes, me preguntan cómo estoy y lo entienden. Con el que tiene 13 años es un poco más complicado porque le preguntan cosas de mí, por eso evito subir fotos de él, para mantener su identidad protegida. Y con la chiquita, María Paula,  a ella no le importa nada, además es pequeña y no tiene acceso a redes sociales.   
 

Fuiste una madre muy joven, ¿cómo la maternidad cambió tu vida?

Creo que no todas las personas deberían ser padres y madres, pero es algo que de cierta forma la sociedad te impone. A mí me cambió la vida muchísimo porque tenía muchas expectativas y planes, pero se trastocaron. Pero tuve la oportunidad de que mi mamá y mi abuela me ayudaran.  Cambié para positivo porque no tenía la presión de tener hijos, como ya tenía hijos, sabía que no tenía que hacer todo bien, esa presión en mí se niveló y me permitió hacer las cosas a mi tiempo. 

 

¿Algo que le quieras imprimir a tu pequeña?

Fuerza y voluntad para salir adelante, dejar las cosas malas atrás. A lo largo de la vida, uno va a pasar por muchas cosas, generalmente más buenas que malas. Pero las malas son más frescas en el recuerdo, son más accesibles para uno acordarse.  
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