Mitchelle Quiñones

Vie, 10/23/2015 - 19:00
Aunque no es una profesión popular decidió que la orfebrería era lo suyo, logrando crear prendas que además de ser chic son una declaración de la individualidad de quien las utilice.

1. Estudiaste Biología en la Universidad Nacional, ¿cómo se dio este giro de una carrera científica al diseño?

Creo que cada persona es un mundo, y que somos seres complejos y con muchos intereses. Me sentí atraída hacia la biología por mi amor a la naturaleza, y por la inmensa curiosidad que tengo por prácticamente todo. Pero a la vez había una fuerza creativa en mí que peleaba a gritos porque la dejara salir, y una vez abrí las puertas, no ha dejado de fluir.

2. ¿Y cómo fueron esos primeros pasos?

Soy una diseñadora empírica y ya llevo muchos años experimentando con diferentes materiales, siempre tratando de escapar de lo cotidiano, y rompiendo los moldes. Me inicié durante mis años universitarios, cuando descubrí que vendiendo mis diseños podía costearme viajes, aunque fueran al estilo mochilero. De ahí nunca me he detenido. Con el tiempo me llegó la oportunidad de aprender orfebrería, me encantó, y decidí que era a lo que me quería dedicar. Además de que al ser dueña de mi propio tiempo y teniendo mi taller en casa, puedo pasar más tiempo con mi hija, lo que es un gran “plus”.

3. Al hablar de tus piezas, es curioso ver que incorporas materiales como circuitos electrónicos, ¿por qué esta fascinación?

Creo que soy un reflejo de la sociedad en la que vivo, en la que hay una fascinación por los “gadgets” electrónicos, que a su vez tienen un tiempo de vida muy corto, y nos hemos vuelto una sociedad de consumo y desecho. Por una parte, es eso de poder llevar puesta una pieza artística, que sea chic y a la vez de un mensaje de conservación de los recursos. Por otra parte, siento que tengo la capacidad de ver la belleza en lugares inusuales, y por alguna razón, las entrañas de estos equipos electrónicos me causan gran fascinación.

 

4. ¿Con qué otros materiales te gusta trabajar?

Una constante en mis piezas es la plata. Si la sabes trabajar, la plata es un metal precioso que resulta muy plástico, y la imaginación es el límite. Además es duradero; y su mantenimiento, fácil. También me gustan las piedras, aunque aquí no se consiguen muchas. Entre estas: turquesa, amatista, lapislazuli, jade, ágata, onix, jaspe, labradorita, entre otras.

5. ¿En qué se diferencia un trabajo hecho a mano, a lo que se puede adquirir en las tiendas?

En mucho, creo que es casi incomparable, no es lo mismo llevar puesta una cosa que fue hecha industrialmente por máquinas que pueden hacer un millón de copias en un santiamén, a llevar puesta una pieza que es única, hecha a mano con todo el cuidado, la dedicación y la fuerza creativa de una diseñadora.

6.¿Crees que en Panamá se necesita más apoyo a los orfebres y cambiar la manera en que se percibe esta profesión?

Nos hace falta mucho a la hora de valorar y promover nuestra vida cultural y a los artistas en general. Profesiones no tradicionales como la de la orfebrería u otras carreras que tienen que ver con el diseño y el arte, apenas empiezan a abrirse paso en nuestro país, y nos hacen falta todavía, espacios donde poder mostrar nuestras habilidades, ideas y productos.

7. ¿Nos podrías contar sobre tus próximos planes y cómo se te puede contactar?

A finales de este mes, formaré parte de una exposición colectiva en la galería Arteconsult. Para nuestro país, esta sería la primera exposición colectiva de diseñadores orfebres, la cual se llevará a cabo, gracias al reconocido maestro orfebre y escultor cubano Rafael Bello. La mejor manera de contactarme es a través de mi página de Facebook: www.facebook.com/MitchelleQ.

 

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