Jeannette Combe

Lun, 01/25/2016 - 18:29
Conocida como la ‘Mujer Maravilla’, la reina de Calle Abajo de Las Tablas de 1983 se sentó con nosotros para relatarnos las mejores experiencias y vivencias que le trajo esta aventura.
¿Qué representa ser Calle Abajo de Las Tablas?
Ser Calle Abajo de Las Tablas es un orgullo, es un sentimiento que se vive. No es una tuna, es algo que corre por tus venas, lo llevas en tu corazón, en tu mente, es algo que te motiva a estar siempre ahí. El que no es tableño no entiende, el que no vive esta idiosincrasia no la entiende, pero nosotros sí. Yo amo a mi Calle Abajo de Las Tablas y me erizo cuando mi tuna se destaca.
 
¿Cómo se mantienen las costumbres de una generación a otra?
Desde pequeña yo solo escuché hablar de Calle Abajo, específicamente te hablo del Carnaval. Mis cuatro abuelos son oriundos de Calle Abajo. Nunca escuché otra palabra, eso es de generación en generación, yo personalmente siempre soñé con ser reina. Recuerdo que de pequeña iba del brazo de mi mamá, veía a la reina y decía “algún día quiero estar allá arriba”. Hoy día tengo tres hijos que me acompañan a los eventos, ellos disfrutan del Carnaval de otra manera. Ellos no pelean tuna, pero en el fondo saben que la Calle Abajo merece un respeto, porque su mamá fue reina, y así la han aprendido a querer.
 
¿Cuál ha sido el consejo más valioso que le diste a tu sobrina Gabriela, reina de Calle Abajo 2015?
A Gabriela la vi nacer y crecer, desde que ella tenía ocho años empezó a subirse a los carros alegóricos. Desde pequeña la fui entrenando, le decía te van a decir esto, y tú haces aquello, eso sí con gracia y sin gritos. El consejo que le he dado para los Carnavales es que disfrute al máximo, tiene que ser un recuerdo maravilloso que ella va a conservar el resto de sus días.
 
Como mujer, ¿cómo crees que esta experiencia enriquece?
Calle Abajo abre puertas, es una oportunidad para todas y la prueba está en que después entran a concursos, quedan en una buena posición laboral o se preparan profesionalmente.
 
¿Crees que ahora es más fácil ser reina o sigue siendo un reto?
Ser reina del Carnaval es un reto, sobre todo de Las Tablas, nuestro Carnaval requiere mucha preparación: física (porque las tunas duran cuatro horas), mental (eres la reina, la que va a brillar y debes llevar una sonrisa) e intelectual (porque debes dar entrevistas). También debe ser madura, y no de edad, hay que estar preparada para treparse a un carro alegórico, no es solo tirar besito, hay que aguantar sol y cositas que no te gustan.
 
¿Cuál es tu postura acerca de las cirugías plásticas?
En mi época era algo que no existía, eras al natural, pero estoy de acuerdo con ellas. Si te tienes que poner o quitar algo, por qué no. Siempre que no abuses. Estamos en una era moderna.
 
¿Por qué has sido una de las reinas más recordadas?
Tengo que darle las gracias a Dios, porque me dio la oportunidad de ser reina en 1983, y lo digo con mucho orgullo. Me considero una mujer con suerte, pero creo que tiene que ver mi forma de ser, nunca me he separado de mi tuna y apoyo las reinas que vengan. Hoy día les digo mis niñas, porque si yo hubiera tenido una hija, ya hubiera sido reina.
 
¿Cómo elegiste el vestido de la Mujer Maravilla?
Yo no quería usar ropa normal en los culecos, antes de mí se estilaba a usar “shorts”. Entonces creé con mi abuela los disfraces que usaría los cuarto días. Ese vestido de la Mujer Maravilla lo compré en Miami y lo usé el Lunes de Carnaval.
 
Después que pasó tu reinado, ¿a qué te dedicaste?
Después del reinado siguió el paso de los concursos por varios años, luego estudié Relaciones Públicas. Conocí a mi esposo, pero su carrera no le permitía conocer de farándula. Tuve a mis hijos y nos fuimos a vivir afuera por cinco años.
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