Ingrid Iviana González de Gómez

Lun, 06/18/2018 - 17:03
“Toca ser como los gitanos: un día en un lugar y otro día en otro, conociendo culturas diferentes, sin tener amistades, dejando todo en tu país por ir en busca de una mejor vida”
Cuando en 2016 Ingrid González fue a visitar a su hermano Donaldo González al hotel donde se hospedaba, no imaginó que conocería al amor de su vida.
 
Donaldo era arquero de la Selección Nacional de Fútbol Panamá  y se encontraba con el resto de los compañeros del equipo; uno de ellos era el volante Gabriel “Gavilán” Gómez, quien de inmediato insistió en obtener  el Messenger de Ingrid. Así comenzaron a hablar y a conocerse. Hoy están casados y tienen unos mellizos de 7 años: Isabella Victoria y Gabriel Andrés.
 
Sobre Gabriel, Ingrid resalta que aunque tuvo muchas dificultades en su niñez (es huérfano de madre desde los 6 años), pudo salir adelante. Al futbolista lo enoja  “la mentira, la impuntualidad y cuando tiene hambre”, revela su esposa.
 
Ingrid vive donde se encuentre el jugador. “Toca ser como los gitanos: un día en un lugar y otro día en otro, conociendo culturas diferentes, sin tener amistades, dejando todo en tu país por ir en busca de una mejor vida”, afirma. Actualmente, la familia vive en Colombia porque el volante juega para su equipo el Atlético de Bucaramanga del fútbol colombiano.
 
Pero la privación no fue en vano: el esfuerzo dio frutos con la clasificación del seleccionado panameño al Mundial de Fútbol de Rusia 2018. “No solo es una alegría, es un sueño hecho realidad, una lucha que se volvió triunfo y una espera que sabía íbamos a lograr llegar”. 
 
Que su esposo sea parte de este gran hito histórico, luego de una lucha de años, llena de orgullo a Ingrid. “Muchas personas perdieron la fe; yo siempre estuve firme y pidiendo a Dios que todo se diera en el momento justo. Este es nuestro año y debemos disfrutarlo al máximo como panameños”, exhorta. 
 
¿Cómo es Gavilán como esposo y como papá?
Gabriel como esposo es muy respetuoso, atento y muy responsable; aunque su carácter es un poco complicado, pero nada que no se pueda manejar.  Como papá es muy atento con los niños, comparte con ellos el poco tiempo que tiene disponible, los complace en todo, los ayuda en sus tareas, es muy pendiente de ellos que son su vida. Los niños le dicen 'el papá grito'... es que Gabriel habla fuerte.
 
¿Qué fue lo que te enamoró de él?
Cuando lo conocí Gabriel era un hombre muy atento, cariñoso, servicial, y creo que esa fue la flecha que Cupido lanzó. 
 
¿En qué etapa de su carrera lo conociste?
Lo conocí cuando apenas él estaba empezando a hacer su nombre. Él estaba jugando en Colombia, en el Independiente Santa Fe, y yo en ese entonces iba a competir por Miss Panamá en el Reinado del Café, en Manizales; nos vimos en Bogotá, donde él estaba, y de allí me pasaba a visitar.
 
¿Cómo es él fuera de la cancha?
Dentro y fuera de la cancha Gabriel es la misma persona. Obviamente, cuando tiene sus partidos está enfocado en eso, pero es una persona tan normal como tú y como yo.
 
¿Qué se siente ser la esposa de un futbolista reconocido?
No siento más que nadie, soy una persona normal como las demás, que lleva una vida diferente a las otras, llena de críticas, alegrías, logros, tristezas, etc... es un tema muy difícil de llevar; pero siempre salimos adelante con la ayuda de Dios. Soy alguien que a veces tiene que contenerse ante situaciones que no son tolerables, una persona de carne y hueso que siente igual que todos.
 
¿Consideras que tu apoyo como esposa le ha ayudado en su trabajo?
El apoyo como esposa es muy importante para ellos. ¿¡Sabes qué es perder y llegar a una casa vacía, sin que nadie te reciba!? Allí es donde entramos nosotros como familia a dar ese apoyo, ese abrazo y tratar de levantar el ánimo para que sienta que no está solo; porque no sólo es un equipo allá en la cancha, también es un equipo en el hogar.  A veces toca ser psicóloga, técnica, maestra, para poder lograr que entre en razón... De que es difícil, lo es.
 
¿Quién manda en casa, él o tú?
Se sabe que en casa manda la mujer; pero ambos tenemos voz y voto.
 
¿Cuál ha sido el momento más difícil que han pasado juntos a causa de su trabajo?  
Hemos tenido tres ocasiones duras: a raíz de su trabajo nos tocó estar lejos cuando estaba a la espera de los bebés; en ese entonces Gabriel estaba muy lejos, por Chipre, y yo tuve que quedarme porque el embarazo era de alto riesgo (yo iba a tener trillizos y al tercer mes de embarazo se me complicó todo con un bebé, me tuvieron que hacer un procedimiento riesgoso donde estuve sola y perdimos a una de las criaturas, quedando dos que gracias a Dios hoy están sanas).
 
En ese momento Gabriel no estuvo presente y tampoco pudo estar cuando nacieron los niños, llegó al día siguiente.  Otro momento triste fue en 2015, cuando estaba esperando gemelos y los perdí; Gabriel se encontraba en una Copa Oro y se puso muy triste, pero ese día tenía partido y aun así salió a la cancha a jugar sin que nadie supiera lo que estábamos pasando. Por eso digo que a veces las personas lo insultan, hacen memes, etc. y no saben que inclusive en momentos duros y tristes ha salido a la cancha a defender los colores de su país. Eso es digno de admirar.
 
¿Qué es lo que más le gusta hacer a él cuando está en Panamá?
Cuando Gabriel está en Panamá  —que es muy pocas veces—, dedica tiempo para visitar a sus hermanos, tratamos de ir a pasear en familia porque prácticamente nunca podemos estar de vacaciones por temas de la selección o de su equipo. Nos vamos al interior aunque el tiempo no nos alcanza.
 
¿Cómo te manejas con el tema de las fanáticas ¿Qué sientes cuando lo asechan? 
Siempre he dicho que uno como mujer debe darse a respetar. Ellos (los futbolistas) tienen muchas fanáticas, tanto respetuosas como otras que se pasan de la línea, pero obviamente como profesionales saben quiénes son así y quiénes no. No soy de ponerme a pelear por redes ni nada de esas cosas, sin embargo, sí  miro y a veces eso molesta, aunque esto debe saberse manejar.  Clar, que si a mi me tocara aterrizar a alguna, lo haría sin  pensarlo.
 
Cuando pierde su equipo ¿cómo le ayudas? 
Ellos ya están muy acostumbrados que en el fútbol se gana, se empata o se pierde; claro que se ponen de mal humor, pero hablando y buscando soluciones, todo se arregla. El fútbol es cuestión de saber llevar las cosas y que es una ruleta: un día se gana, otro día no... y así.
 
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