Brenda Lau

 

Sí, si trabajas por ello. Me han llegado muchas oportunidades;  una vez me presentaron a un productor que hace música urbana para que grabara con él. Le llevé el disco a mi mamá y le pregunté si le gustaba esa canción y ella me respondió: ¿y a ti te gusta? Y pues la verdad, no. Entonces, yo digo:  haz lo que te gusta y lo que no, no. Lo que el corazón dicta. De pronto muchas personas pensaron que dejé una gran oportunidad.

 

En Panamá piensan que para hacer música, y que sea rentable, tienes que cantar música urbana, pero no todos pensamos igual. A mi criterio, no creo que sea cierto. En Panamá hay muchos géneros musicales. No solo lo urbano manda. En lo personal, me gusta mucho el reggae de verdad, lo que cantaba Nando Boom, El General. Hoy, la industria es tan fuerte con el reguetón que uno piensa que solo debe cantar eso para sobrevivir, pero ya eso está cambiando. Mi amigo Joaquín Rodríguez lleva 8 años haciendo música. Él, con sus esfuerzos, está logrando que otros géneros tengan un espacio. Admiro a Javier Medina Bernal, Carlos Méndez es un genio de la música.  Hay  gente que los apoya y busca la forma de escucharlos. 

Me autocritico y soy muy exigente conmigo; cuando grabé “Amor u obsesión” —letra de Javier Medina Bernal, me identifiqué porque  cuando era joven yo no sabía amar— le decía a Iván Barrios y a Javier quiero grabarla otra vez, Iván se enojaba y me decía: “Pero por qué eres tan indecisa”, “yo cuando te digo que eso está bien, eso está bien, no seas terca”. Y bueno, como los tiempos de estudios cuestan dinero, entonces lo dejamos así. Como que no terminaba de gustarme escuchar mi propia voz. 

 

Lo disfruté demasiado, pensé al principio que podía ser un guacho, porque cómo fusionar los ritmos  orientales con el  ritmo africano. En ella también participa la folclorista panameña y violinista Graciela Núñez. Fue una gran  experiencia y la disfruté mucho. Cuando la oyes después es como, ¡wao! Así nació “Chimbombó”, Iván me ayuda a cambiar las letras porque mi léxico no es muy bueno. En estudio lo importante es la interpretación, no la voz. Eso es lo importante.

 

Yo  asisto todos los sábados que tengo disponible a la fundación,  porque quiero que los muchachos tengan entusiasmo. Me dí cuenta de que, además de dibujar, les gusta la música, se ponen contentos. Ellos me consideran como si fuera parte del equipo. La música puede curar a mucha gente, hacerle terapia, no es un mito, es la realidad. Entonces  pienso, incluso, que me ha ayudado a ser un poco más abierta, a compartir mejor. 

Estoy haciendo un tour de radio  con mi amigo Joaquín Rodríguez, con quien canto la canción “Dime hasta cuándo”, la cual promociono. Le había pedido a Joaquín hace años que me escribiera un tema y un día me dijo que tenía algo, lo escuché y   me enamoré la primera vez que la escuché, y le  dije que debía ser dúo y que debía ser junto a él.  

 

No tengo un disco, algo que la gente está esperando. Pero tengo varias canciones escritas,  cuando tenga el dinero para grabar,  grabaré una por una, y cuando tenga de 8 a 10, hago la producción con Iván Barrios.