Bettina García

Vie, 12/04/2015 - 20:45
La cascarosa mostró su lado más dulce junto a su pequeña Bettinita y nos reveló que ama ser mamá.
¿Cómo fue la primera vez que viste a Bettinita?
¡Ay, lo máximo! Apenas te la ponen  para que la veas, ¡super-“pritty”, el mejor momento del mundo! Cuando la vi, lo primero que dije fue: “¿Está perfecta?” y los médicos dijeron que sí. La vi y dije: se parece a JC, y me la comí a besos.
 
Ahora que mencionas que se parece a tu esposo, ¿en qué cosas?
Físicamente es idéntica, por ejemplo, el segundo dedo del pie lo tiene más largo que el dedito gordo, igualita a su papá. Todo el mundo me dice que tiene la cara del papá y es verdad, no se parece en nada a mí. 
 
¿Lo mejor de esta fase de ser mamá?
¡Ay, todo! Es divino, uno lo disfruta un montón. Lo mejor para mí es pararme en la mañana e ir a la cuna donde está ella y verla ríe. Eso es lo mejor.
 
Estás en La Cáscara y la radio, ¿cómo te ves con una familia más grande?
Trabajando igual, hay gente que dice: “Ahora es mamá y mírala”. Pero siento que puedo hacer lo que hacía, ser mamá no cambia tu vida, o sea, lo único es que tienes que dedicarte a tu bebé, darle amor, todo lo que necesita y listo. Seguiré haciendo lo que amo, que es trabajar en la televisión y la radio. Uno no tiene que cambiar su vida, tiene que seguir  con tremendo acompañante. 
 
¿Cómo ha sido ese calor de tus fanáticos?
Uff, “full”, siento que es un manera de agradecerles también. Todos estuvieron pendientes del embarazo, de Bettinita, me daban consejos, etc. Es increíble el cariño que uno recibe en las redes y, sobre todo, con  ella. 
 
Cuéntame, para las lectoras, algo que nunca te dijeron del embarazo
Sabes qué, más bien me dijeron más cosas de las que debía saber. El consejo que doy es que no le hagan caso a nadie de nada, que si te van a dar mareos, que si vas a vomitar, nada. Porque cada persona es distinta y los embarazos son diferentes. Se me acercaba gente preguntándome si era cesárea y me decían: “Ay, la cesárea me dolió seis meses”, a mí la verdad es que a los tres días no tenía dolor y fue perfecto. También tuve un supermédico, que influye un montón. La verdad es que nunca pasé dolor y lo que uno tiene que hacer es no escuchar a nadie. Uno vivir su propia experiencia y listo.   
 
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