Annie Pereda

Mié, 10/21/2015 - 19:35
Su inspiración son las situaciones cotidianas que todos vivimos, toma lo mejor de ellas para traducirlas en divertidos diseños que se han convertido en icónicas prendas de moda.

¿Qué es “La Fábrica de Malvaviscos”?

Todo comenzó con la necesidad de hacer un proyecto significativo para mí. Solía trabajar en publicidad en ese entonces y quise hacer algo que realmente me llenara, ahí nació la fabulosa Fábrica de Malvaviscos. Es un mundo que sale de mi cabeza en el cual existen personajes, que interpretan situaciones habituales con un toque de magia; el propósito es transmitir la felicidad y el positivismo que hay en la Fábrica. 

                             

¿Cómo es ese momento en el que finalmente ves materializadas tus ideas en productos o accesorios?

La verdad es que desde que nació la Fábrica, siempre quise convertirla en una marca con piezas y productos que fueran estéticamente lindos. A través del tiempo me he interesado por hacer que estos productos no solo sean lindos, sino que sean funcionales. Me pone contenta el hecho de que estén de moda, pero me interesa más hacer piezas que trasciendan en el tiempo y que se conviertan en parte de tu día a día.

 

Has trabajado para importantes marcas como Adidas, Niko’s Café, entre otras, ¿cómo han sido estas experiencias?

¡Muy gratificantes! En cada proyecto he ganado experiencia y he aprendido muchas cosas. Gran parte de lograr proyectos tan eficaces y bonitos como estos es que las personas con quien trabajas confían en ti y en lo que haces. Respetan tu criterio y deciden poner en tus manos sus marcas. Yo creo que he sido afortunada de trabajar con buenas marcas y buenas personas.

 

Algunos dicen que no se puede vivir del arte, ¿qué opinas?

Ser independiente significa vivir un poco de la incertidumbre. Puedes planificar algunas cosas, pero también es no saber qué va a pasar en los próximos meses. Qué proyectos se abrirán o en qué estarás trabajando. Es más complejo que un trabajo de 8 a 5 en oficina, con una paga segura. Demanda un gran esfuerzo, enfoque, dedicación y disciplina. Es un camino difícil, pero que se puede lograr. Lo importante es ponerte una meta, mantener la visión y tomar caminos que te llevarán a lo que quieres.

 

Al haber estudiado un postgrado en Argentina, ¿cómo ves el futuro del arte en Panamá en relación a otros países?

No sé si es porque estoy metida en el área del arte y por eso veo que cada vez están pasando cosas más interesantes. A diferencia de Argentina, Panamá es un país que es prácticamente nuevo. Somos un país que necesita apoyo para desarrollar su potencial. Falta que se le dé el valor que esto realmente tiene. Somos un país que no tiene una cultura desarrollada, hay gente que ni siquiera sabe lo qué es. No se incentiva en las escuelas, que es donde debe comenzar todo. Hay talento en Panamá para desarrollar proyectos beneficiosos para el país, la comunidad y el desarrollo de la cultura que a su vez beneficiarían al artista.

 

¿Dónde convergen tus dos pasiones: deporte e ilustración?

Como dices, la clave es la pasión. Eso es lo que te mueve a hacer las cosas. Aunque a veces tengo temporadas en las que no puedo darle tanto al deporte como quisiera, uno siempre encuentra un espacio para hacerlo. Sobre todo, porque el deporte o running, que es lo que yo hago, me ayuda a drenar tensiones.

 

¿Cómo las redes sociales han ayudado a difundir tu arte? 

Son un medio magnífico para darse a conocer. Ahora con facilidad puedes llegarle a muchas personas de diferentes partes del mundo. Es como tener un contacto a distancia, pero más personal. Gracias a la viralidad que tienen, mucha gente que nunca imaginé ha conocido mi trabajo. Recientemente, me escribió un editor de libros de diseño de Europa para exponer algunos de mis trabajos en su último libro.

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