¡Panamá en Rusia!

El sueño que en algún momento parecía imposible, se cumplió; y el día del debut que mirábamos tan lejano, por fin llegó. El lunes 18 de junio en el Fisht Stadium de la ciudad rusa de Sochi, Panamá juega en su primer mundial mayor de la Fifa ante la selección de Bélgica. Un día que quedará para la historia en la memoria de todo un país. 

 

Si el camino para llegar a clasificar al mundial fue difícil, la senda después, rumbo a Rusia, fue interesante: sacó lo mejor y, por momentos, lo peor de un país al que le gusta ser ganador y estar entre los mejores; pero  pocas son las veces que lo hemos podido lograr. 

 

Se vino una avalancha de publicidad y promociones, una corredera por ahorrar para ir a Rusia, por comprar la camiseta y por llenar el álbum. Todos nos volvimos expertos en análisis de planteamiento táctico, que si el 4-1-4-1 o el 5-4-1 ¿o quizás 3-6-1? Exigíamos o nos conformábamos, nos gustaba o no “Bolillo”, queríamos o no a los “viejitos” en la selección. Todos los días había algo para debatir, alguna novedad, y era la primera vez de todos (selección, fanáticos y prensa) viviendo algo así. 

 

Precisamente, por esa locura de los últimos meses, no sé ustedes, pero yo... ¡estoy aliviada de que ya el mundial este aquí! Relajada de que ya arranca la fiesta del deporte más lindo del mundo, de que empiece a rodar el balón y haya fútbol. 

 

Este Mundial de Rusia 2018 hay que disfrutarlo al máximo, porque por primera vez lo viviremos de una manera diferente. Panamá, ¡nosotros estaremos allí! Y ya ningún mundial previo y ninguno después tendrá ese mismo valor. Escuchar nuestro himno,  ver nuestra bandera en la tele y a nuestra gente en las gradas, mirar la toma del bus que dice Panamá recorriendo las calles y entrando al estadio, observar a nuestros jugadores ante el mundo... Todo esto ocurrirá por primera vez. Y claro está, que solo hay una primera vez. 

 

Que la alegría sea lo que reine en esta época del mundial del fútbol, que realmente disfrutemos la experiencia de estar por todo lo alto en Rusia con los mejores, que esto nos dé a todos —pero sobre todo a los más jóvenes— una licencia para soñar en grande. Niños y niñas queriendo ser técnicos, anhelando narrar goles y comentar partidos, ser mundialistas, ser agentes, quien arma la logística del estadio, o quizás el director de cámara de la transmisión... ¡Lo que les permita su imaginación! 

 

El poder que tiene ver a Panamá en un escenario es tan grande e importante como un mundial de fútbol:  tiene la capacidad de mover y motivar de manera increíble a los más jóvenes. 

 

Panamá en Rusia es un alivio, es literalmente “alcanzar por fin la victoria”. Es el premio al esfuerzo de muchos que quisieran estar en la cancha del Fisht Stadium, pero que se complacen con saber que dieron su granito de arena para que ese sueño se cumpliera. 

 

Hubo una frase repetida hasta la saciedad en los camerinos de Panamá en la eliminatoria por Gabriel Gómez, quien ha vestido la camiseta de Panamá más que cualquier otro jugador: “Nadie es mejor que todos juntos”. Esa frase resume esta historia en todos sus aspectos, porque juntos hoy iniciamos un nuevo capítulo.