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El cemento, antes conocido como un material de construcción, se ha convertido en un objeto del deseo, ¡mira!
El cemento, además de ser un material sumamente resistente para la construcción, ha tenido un auge en su popularidad como material utilizado en la decoración de interiores. Lo vimos aplicado en la arquitectura de los años 50, en los “lofts” de los años 90 y ahora, su uso ha dado un giro total.
De aspecto minimalista e industrial, las nuevas tendencias han permitido usar de nuevas formas este material. Y lo mejor es que es muy accesible.
Actualmente se utilizan distintos tipos de hormigón para conseguir los acabados más flamantes y modernos, estos son: el cemento pulido, el microcemento y el hormigón impreso.
El cemento pulido se basa en un proceso mecánico de devastado, mediante una máquina pulidora con lijadora de diamante. En su aspecto final, notarás formas y tonalidades de los minerales que lo componen.
El microcemento, por otro lado, suele utilizarse mucho más para revestimientos, tanto de suelos como de paredes. Es un material ideal porque no deja fisuras ni juntas.
Para poder utilizarlo de manera correcta es importante conocer con qué otros elementos puedes combinarlo, ya que solo dará un aspecto frío. Una de las combinaciones ganadoras es con la madera, esta agregará un toque de calidez y, al mismo tiempo, le restará peso visual.
El cristal o vidrio, por otra lado, le agregará ligereza visual manteniendo su minimalismo y modernidad.
Para agregar algo de alegría y diversión en un ambiente deberás combinar el cemento con colores brillantes o neones. En cambio, si lo que quieres es agregar calidez y suavidad, te recomendamos mezclar este material con colores pasteles. Quedará un estilo escandinavo perfecto.
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