4 aspectos básicos a la hora de elegir tu alfombra ideal

Las alfombras son elementos decorativos que ayudan a dar otro aire al espacio, también puede separar áreas en caso tal no tengamos paredes divisorias. Las hay de múltiples colores, formas y diseños que nos permitirán utilizarlas en combinación con otros elementos.

No siempre las paredes serán el centro de atención de la casa, una buena alfombra ayudará a centrar las miradas en el piso. Para lograr este impacto visual debes saber cuatro aspectos necesarios a la hora de escoger la alfombra ideal.

1. Estilo y calidad

Para elegir una alfombra, estilo y calidad van de la mano, ya que el precio de una alfombra se basa en varios elementos especiales que una persona común no podría ver. La calidad de una alfombra se evalúa si fue hecha a mano o de manera industrial; normalmente, las industriales no son consideradas como de buena calidad.

Mirar dónde se elaboró la alfombra ayuda a definir su calidad. Estos son los mejores orígenes:

• Las persas con dibujos curvilíneos y florales, de colores vivos y resistencia al paso del tiempo. Las hay de seda.
• Las de origen pakistaní con un diseño más geométrico y con tonos más neutrales.
• Las de la India con motivos decorativos inspirados en los persas, con una paleta cromática de terrosos.
• Diseños afganos de seda con tonos rojizos,  formas curvas, líneas muy dinámicas y simetría perfecta.
• En cuanto a los estilos, los clásicos, contemporáneos, coloridos y las formas geométricas ayudarán a dar un toque especial a la zona.

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2. Material

Las hay de fibra, algodón, seda, yute, lino o bambú y, el material más habitual es la lana, que se lleva de maravilla con nuestros pies ya que crean una sensación de comodidad. También debes ver que sea fácil de mantener y resistente a las manchas, en este caso las de fibras naturales son las más indicadas ya que aguantan el paso del tiempo.

Las de fibra natural ayudan a:

• Absorber el exceso de humedad
• Mantienen un ambiente seco
• Ayudan a sacar las cargas electrostáticas.

Las de fibra sintéticas, como el acrílico, polipropileno, nylon, poliéster o viscosa:

• Permiten tener una aliada en la limpieza, dado que resultan más sencillas de limpiar en el día a día, además de no acumular tanta “basura y polvo”.

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3. Tamaño y forma ideal

Esto va a depender del lugar en el que queramos poner una alfombra.

• Entrada: los tapetes pequeños son los ideales, permiten limpiar los pies y ayudan a soportar la humedad y el alto tránsito de personas que nos visitan.
• El comedor: en este espacio se coloca por debajo de la mesa y sillas. El tamaño va desde el ancho y largo de la mesa más un metro a cada lado la alfombra.
• La sala: para la sala hay miles de alfombras, de distintos tamaños y diseños. Para utilizarla es necesario medir el espacio que ocupan los sillones y deben estar puestas por delante de los sillones y que las patas la sostengan.
• Los dormitorios: normalmente debes colocarlas a los lados de la cama para cuando te levantes no sea un contacto directo con el piso frío. Puede ser pequeña o grande cubriendo toda la zona de la cama y sobresaliendo unos 60 cm. Para la habitación de los pequeños puede ser igual y un tapete redondo en el centro para que juegue o se siente a ponerse los zapatos.

Las formas de las alfombras también pueden variar según su uso, pero las encontramos:

• Rectangulares. aptas para pasillos, pues crean un espacio visualmente más largo.
• Cuadradas: que se pueden usar en planta rectangular.
• Circulares: sirven para crear una zona en un lugar mágico como el cuarto de los niños.
• De pelo largo y corto: el objetivo que se busca con ellas, normalmente, es el de lograr un look cálido y confortable, sin olvidar la apuesta por la sencillez. El diseño corto está pensado para aquellos que no quieren renunciar al confort de las alfombras, pero tampoco se quieren pasar horas limpiando.

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4. Los colores

Esta parte es importante ya que esto atraerá las miradas de los visitantes. Importante definir si queremos que nuestras alfombras sean unificadas a los colores de los muebles o texturas ya existentes o si queremos hacer un contraste.

• Colores lisos. Para los menos atrevidos en decoración o para aquellos que no quieren cansarse rápidamente con su elección existen estos modelos que, aunque sin estampados, tienen varias texturas.
  • Rojo: en degradados para evitar saturar.
  • Granate: combina muy bien con los muebles.
  • Cálidos/terrosos: muy buena elección.
  • Azul oscuro: mejor no utilizar gamas claras dentro de los azules.
  • Beige: tono con carácter neutral.
• Colores estampados. Una alfombra con cualquier tipo de estampado realzará cualquier ambiente sobrio y apagado.

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Al final nuestra alfombra debe ser ese punto que rompe con la composición o el unificador de espacios dentro de nuestra casa.

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