- Cultura
Hay buenas nuevas para la niñez y juventud panameña, nuevos proyectos que incluyen creatividad al máximo llegan a los pela’os.
Canciones con letras que hablan del barrio han sido el medio de desahogo de muchos jóvenes. “He venido creciendo en un barrio mortal. Como no trabajaba yo me puse a pensar. Que de todo lo ajeno me quería adueñar...”, canta El Rookie. Sus letras reflejan una realidad: los niños y los jóvenes carecen de sitios de esparcimiento donde puedan compartir, aprender y divertirse de manera sana, y no tienen una puerta de salida a la violencia. Además, no cuentan con opciones sanas que ayuden a construir su intelecto mediante otras actividades, que no sea todo fútbol o jugar Playstation, porque hay ‘pela’os y pela’as’ que tienen otros sueños, y no son precisamente los que presentan las telenovelas.
Esta oportunidad de tener otra opción de vida es la que están teniendo los niños, jóvenes y adolescentes de Brooklincito, un barrio ubicado en el corazón del llamado desarrollo de la ciudad, muy cerca de la Universidad de Panamá y de otras escuelas.
El proyecto —que nació en el 2013— ‘llamado Pela’as y Pela’os te cuenta...’ viene involucrando a la gente joven y alegre de Brooklincito en el arte, “mediante la exploración de técnicas y lenguajes artísticos y comunicativos (palabras, sonidos e imágenes)”, explicó Carolina Ángel Idrobo, quien es la directora creativa. Ella se describe como otra “pela’a” que llegó de Colombia a Panamá en el 2011 para trabajar en un periódico de la localidad. Según explicó, después de contar historias de gente invisibilizada y grupos vulnerables, entendió que uno de los problemas base en la espiral de violencia que empieza a formarse en el país es el estigma y exclusión hacia la población juvenil y sus representaciones y formas de ser y vivir. Y es así como aparece en la escena ‘Pela’as y Pela’os te cuentan...’.
Para Joseph Michael Griffith (14 años), residente de Brooklincito, “ser parte de pela’as y pela’os es una experiencia muy bonita, ya que en el grupo podemos crear colectivamente un nuevo barrio y una mejor ciudad. Aquí he aprendido que uno no nace sabiendo, pero que sí puede aprender haciendo. Yo al principio decía que sabía todo y cuando nos pusieron a practicar, me di cuenta de que no sabía nada y, entonces, me dieron ganas de aprenderlo todo”, y añadió, “aprendí que para aprender hay que escucharnos...”.
De Brooklincito, la iniciativa se expande y llega hasta La Chorrera —otro lugar con una densidad alta de jóvenes, de los cuales muchos están en riesgo social—. Eduardo Barrios (22 años) viene de Panamá Oeste y cuenta: “Ser pela’os es aprender nuevas cosas, transmitir lo aprendido a otros jóvenes que les interese salir del mundo de violencia por medio de la cultura, el arte, la música y la literatura. Aquí he aprendido un poco de todo, en los talleres de guión, arte, cámara, producción y dirección”. Eduardo se enfocó en el taller de cámara, pues cuenta que es fotógrafo; “y más que haber aprendido, diría yo que me ayudó a reforzarme en ese ámbito...”. Para él, la cultura, el arte y la música son el mejor medio para combatir la violencia e ir saliendo de ella poco a poco.
¡Las producciones!
Y, ¿qué ha hecho este talentoso grupo? Pues bien, su directora creativa mencionó que los chicos de una manera muy especial, analizan su ambiente, debaten, se interrogan, cuestionan, salen a las calles con lápiz, papel y grabadora en mano y cámara al hombro: entrevistan gente, se ponen a explorar y finalmente, entre crónicas y guiones, fotos e ilustraciones, arman sus propias producciones que son: cuatro revistas, tres videos, dos canciones, dos grafitis y un podcast.
Los Pela’os en el cine
Una de las grandes oportunidades se dio el año pasado durante el Festival de Cine de Panamá (IFFP), el cual los invitó a contar el cine de la región. Los chicos participaron entusiasmados y mientras se imbuían en el hacer del cine, inspirados por el proceso de retratar la importancia de la ‘otra mirada’ (-aquella de los cineastas que se las ingenian para hacer sus películas con pocos recursos económicos y técnicos), inventaron el guion: “El Niño Fugitivo”, que este año con una protagonista femenina se llama “La niña fugitiva”. La producción incluye una quinta revista y un cortometraje y se realizará en conjunto con los chicos de la red de creación colectiva uniéndose a los chicos refugiados colombianos de RET.
Quizás uno de estos talentosos chicos sea el próximo productor, editor o director de cine, a lo mejor sean ellos los personajes que continúen aportando con su talento para que ya no falte “otro en el barrio”, como canta El Rookie.