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La fiesta oficial después de los Premios Óscar no solo reúne a las celebridades del mundo del espectáculo, también es sede de una de las gastronomías más exquisitas y mixtas.
Además de ser una de las celebraciones más exclusivas del mundo, el Governor’s Ball, fiesta oficial posterior a los Premios de la Academia, cuenta con uno de los menús más exquisitos y únicos. Este año, ha sido creado por el chef austriaco Wolfgang Puck, quien está a cargo de deleitar a los 1,500 invitados que asistirán al evento.
Wolfgang contará con un equipo de 850 camareros y ayudantes, y 300 cocineros que crearán unos 4,800 platos. Un total de 136 kilos de ternera Wagyu, 15 kilos de caviar, 400 pizzas, 250 langostas, 800 patas de cangrejo, 50 pargos, 159 kilos de atún, 200 kilos de salmón ahumado, serán utilizados para crear algunos de los más exquisitos platos.
Los tradicionales panecillos con siluetas del Óscar (cerca de 6,500), y los minis-Óscars de chocolate (se repartirán alrededor de 7,000) también estarán presente. Habrá cerca de 1,400 botellas de champagne Piper-Heidsieck junto a vinos selectos de la bodega Francis Ford Coppola de las cepas Chardonnay y Cabernet Sauvignon.
La comida que no sea utilizada será donada a la ONG “Chefs to End Hunger” (Chefs para acabar con el hambre), quienes la repartirán entre los refugios donde se alimenta a las personas sin hogar. La decoración de la fiesta rendirá homenaje a los 90 años de los Premios de la Academia, recordando sus ediciones pasadas e incluyendo imágenes de las estatuillas y filmes más icónicos.
"Solo lo hacemos una vez al año y es sin duda la semana más excitante para mí y mi equipo. Es la fiesta más grande y todos estamos emocionados. Uno no se cansa de este trabajo", expresó Puck. "Siempre estamos probando cosas nuevas y mantenemos algunos platos que son muy exitosos siempre, como el pastel de pollo, las patatas con caviar o las trufas negras provenientes de Francia."
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