Mar, 02/27/2018 - 17:19
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La expasante de la Casa Blanca, Mónica Lewinsky, aseguró que la aventura que conllevó al fallido proceso de destitución contra el entonces presidente Bill Clinton no fue violencia sexual pero sí "constituyó un flagrante abuso de poder".
Mónica Lewinsky, de 44 años, que sostuvo una relación con Bill Clinton entre 1995 y 1997, que consistió en nueve encuentros, que incluyeron sexo oral, en la residencia presidencial; escribió en la edición de marzo de Vanity Fair que está impresionada por el valor auténtico de las mujeres que han confrontado "creencias e instituciones arraigadas". Lewinsky lloró recientemente cuando una dirigente del movimiento #MeToo le dijo: "Siento mucho que tú estuviste tan sola". A la expasandte le han diagnosticado estrés postraumático por haber sido "públicamente aislada y marginada" y elogió al movimiento "#MeToo" por ofrecer "la seguridad que deriva de la solidaridad".
"Hay muchos más hombres y mujeres con opiniones e historias que necesitan ser escuchadas antes que la mía. (Incluso hay algunas personas que creen que mis experiencias en la Casa Blanca no tienen cabida en este movimiento, debido a que lo que pasó entre Bill Clinton y yo no fue violencia sexual, aunque ahora reconocemos que constituyó un flagrante abuso de poder)", escribió Lewinsky.
Bill Clinton negó inicialmente el amorío pero en 1998 lo admitió. El presidente demócrata fue absuelto por el Senado. "Ahora, a los 44 años, estoy comenzando (solo comenzando) a considerar las implicaciones de la diferencia de poder que era tan inmensa entre un presidente y una pasante de la Casa Blanca", dijo Lewinsky. "Estoy comenzando a considerar la noción de que bajo tales circunstancias la idea de consentimiento bien podría ser irrelevante. (Aunque el desequilibrio de poder -y la capacidad para abusar de él- sí existe, incluso cuando la relación sexual ha sido con consentimiento)", escribió Lewinsky.
Lewinsky explicó que fue una “relación consensuada”. Pero también expuso que la desigual relación de poder entre ambos facilitó que Clinton se aprovechara de su subordinada. “Cualquier abuso vino después, cuando se me convirtió en un chivo expiatorio con el propósito de proteger su posición de poder”, criticó Lewinsky, quien tiene 27 años menos que Clinton.
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