Virgen en dos horas

Jue, 07/30/2015 - 09:45
¿Borra la himenoplastia tu pasado?

 

Cada año se pone más de moda la “reconstrucción del himen”; en Panamá, mujeres mayores de 21 años lo están haciendo.

 

Casi siempre tiene un color rosa pálido, a veces algo transparente... Es diferente en cada mujer, al igual que los nódulos de las orejas, la nariz o labios. Hace un par de años, la Asociación Sueca para la Educación Sexual (RSFU) le designó el nombre de corona, aseguran que esa es la verdadera forma del himen, ese tejido mucoso que más pasiones -en su mayoría bajas- despierta. Lo cierto es que el himen, virgo, membrana o corona, sea el nombre que se le quiera atribuir, ha sido tema de debate desde hace miles de años, pues en muchas culturas es sinónimo de castidad, razón por la que cada vez son más las mujeres las que no dudan, por diversos motivos, en someterse a la llamada himenoplastia o reconstrucción del himen.

 

Pero esta tendencia —por llamarlo de alguna manera— no es algo nuevo, se realiza desde hace muchísimo tiempo, por ejemplo en el siglo XV, La Celestina, famoso personaje creado por Francisco de Rojas, se dedicaba al oficio de hacer renacer la pureza de la mujer; tres veces reconstruyó el himen de una criada a la que vendió como virgen. A La Celestina se le atribuía haber “hecho y deshecho” más de 5,000 hímenes. En la actualidad, hace escasos 7 años, en Madrid, España, una prostituta de 25 años pasó ocho veces por el quirófano de la famosa doctora María José Barba (pionera en la materia) en búsqueda de su virginidad, superando así a la criada de La Celestina. Esta joven ha encontrado en esta cirugía un nuevo nicho para su negocio. Pero para la doctora Barba, esta chica no es la única, por su consultorio ha pasado una cantidad de clientas de todas partes del mundo, desde España, su país natal, hasta París, Alemania, Egipto y Turquía, todas con el mismo objetivo: que unos puntos de sutura les devuelvan su apariencia de pureza.

 

Panameñas quieren ser ‘señoritas’

En Panamá, la situación no es distinta, y es que ahora, además de buscar tener una nueva nariz, senos grandes o hacerse una liposucción, las panameñas también desean recuperar su himen. Sí, así como lo lees, aunque la cultura en muchos países es totalmente diferente, aquí en tierras canaleras se realiza la himenoplastia con láser desde hace aproximadamente ocho años, así lo dejó saber el doctor en ginecología Mario Vega Rich.

 

En cuanto al procedimiento, este dura de una a dos horas, y según explicó el doctor, es una cirugía bastante delicada, ya que requiere de láser para reavivar los bordes rasgados y de múltiples puntos muy finos absorbibles para unir los bordes, también se necesita de anestesia local. Después de la operación se deberá esperar 40 días para que quede todo cicatrizado y se hayan absorbido las suturas, pero como toda cicatrización toma tiempo, la mujer deberá esperar 6 meses para poder tener relaciones sexuales.

 

Vega Rich reveló que en su mayoría atiende a mujeres de más de 21 años, quienes acuden a su consultorio en el Instituto de Rejuvenecimiento Vaginal, en Punta Pacífica, con el interés de que les de vuelva su virginidad; las razones son diversas, van desde psicológicas hasta culturales. Confesó, además, que por el costo de esta cirugía —mayor al de un implante de senos— no es tanta la demanda de panameñas en comparación con otros países como España, en donde cada día las cifras aumentan.

 

¿Cuáles son las razones?

Motivos hay varios. Primero está aquel de fuerza mayor, es decir, para pasar el examen de virginidad –antes de la boda– que todavía exigen algunas culturas, en las que esa pequeña membrana, llamada el dios griego del matrimonio, es la muestra de la decencia, pero sobre todo es la prueba de que el hijo que se engendrará de esa unión es, realmente, del novio. En el caso de Panamá: “hay pacientes que están afectadas por la forma en que perdieron su virginidad, en casos de violaciones o decisiones de las que ahora se arrepienten. También están aquellas que por costumbres religiosas y hasta parejas con matrimonios establecidos que desean renovar sus votos matrimoniales”, reveló el cirujano.

 

Para la sexóloga Yunilca Brett, una mujer no vale más por tener su himen, “y es que esto no garantiza que la mujer nunca haya tenido sexo, el sexo no es solo penetración vaginal, hay sexo oral y anal; además hay mujeres que tienen orgasmo sin necesidad de introducirse algo en su vagina”, explicó. Mencionó que los hombres deben de preocuparse por ser los últimos en la lista de una mujer y no los primeros. Y es que en realidad lo más importante en una relación es la química o compenetración que haya entre ambas personas.

 

La virginidad también se ha convertido en un buen negocio para prostitutas o cualquiera que necesite dinero y esté dispuesta a vender su himen, intacto o reconstruido, en su mayoría lo anuncian a través de internet. Un caso muy sonado fue el de la brasileña Catarina Migliorini, la chica creó su propia página web en la que en octubre del 2012 subastó su “primera vez”, resultó ganador un japonés. La joven aseguró que lo único que deseaba era poder estudiar medicina y necesitaba el dinero. Un año después, curiosamente, Catarina volvía a vender su segunda-primera vez, solo dijo que entre ella y el japonés no había ocurrido nada, ya que esperaba a un hombre de 53 años y, al final le llegó un jovencito de 21 años... Todavía está la duda. Pero de entre todas las razones posibles para decidir realizarse una himenoplastia, sin duda, la más incomprensible, para muchas personas, es la de ciertas mujeres sin ningún tipo de interés económico ni imposiciones culturales y religiosas que optan por celebrar sus bodas de plata, como diría la canción de Madonna, “Like a virgin” (Como una virgen); es el regalo que dan a sus esposos. Sobre este punto, la psicóloga Myriam Serracín considera que “si se llega a reconstruir el himen, con esto no eliminará el hecho de lo sucedido, ya sea por haber perdido la virginidad con la persona “equivocada”, por abuso u otro factor. Lo que haya sucedido hay que procesarlo a nivel mental y emocional para poder aceptarlo”.

 

Serracín no tiene dudas de que se trata de un hecho más psicológico que físico, en el que la parte emocional de la mujer resulta afectada, por ello hay que analizar bien la decisión que se vaya a tomar. Un detalle muy importante es que el hecho de que el himen no esté intacto no significa que la mujer haya dejado de ser virgen en términos estrictamente sexuales, este tejido puede romperse por la introducción de un dedo en la vagina, un tampón, montar a caballo o un desafortunado golpe en la zona genital femenina mientras se hace deporte (por ejemplo, es típico perderlo en una clase de educación física cuando se es niña). Según las estadísticas, una de cada mil mujeres nace sin himen.

 

¿Especie de engaño?

Aunque para sus críticos, la himenoplastia es el resultado de un código cultural que trata el cuerpo de las mujeres como objetos para mantenerlas castas hasta el matrimonio o simplemente es una “virginidad mental”, existen opiniones diversas. No cabe duda de que cada día son menos los hombres que se preocupan por la virginidad de su pareja. En sociedades como la panameña, el fenómeno resulta bastante interesante, ya que no se trata de una cirugía estética porque no hay ninguna apariencia que se deba mejorar y la himenoplastia no hará que las mujeres sean aceptadas dentro de un grupo como ocurre en el mundo árabe.

 

Absurdo, engaño, irrelevante fueron algunas de las palabras con las que calificó un grupo de hombres entrevistados la himenoplastia; “para mí es algo absurdo, es gastar el dinero en algo a lo que yo no le tomo importancia”, dijo Guilber, de 29 años de edad; mientras que Alcides, de más de 50 años, manifestó: “el hombre busca amor, felicidad, a la mayoría no le interesa si la mujer es virgen o no”, solo por mencionar algunas de las respuestas obtenidas. Sea cual sea el motivo de las mujeres que se apuntan a esta tendencia, para el doctor Rich, ellas están en el derecho de corregir, con cirugía estética o cosmética, la parte de su cuerpo con la que no estén satisfechas. “Es una decisión de aceptación personal, sin duda habrá casos en los que se desea engañar, pero no es la mayoría de las veces. Es cuestión de imagen corporal o satisfacción de la mujer con su condición”, dijo.

 

Los expertos coinciden en que la mujer es libre de decidir qué hacer con su cuerpo, sin embargo, la psicóloga recomienda que antes de tomar una decisión es muy importante y necesario pensar en lo que es mejor para su salud mental y física, ya que estas no deben verse afectadas nunca. Cabe mencionar que a pesar de la moda y del “trending topic” relacionado a este procedimiento, también existen otros tratamientos o cirugías que están teniendo mucha demanda. Está: el aumento del punto G, el relleno de los labios vaginales, la vaginoplastia con láser, la perineoplastia, la lipoplastia vulvar, el blanqueamiento anal que en el campo de la ginecología está muy de moda. En cuanto a los motivos por los que las mujeres se hacen los procedimientos antes mencionados, en primer lugar y casi único, es el disfrute de sus relaciones sexuales. La pregunta es ¿vale la pena invertir tanto dinero —el costo de la himenoplastia, en Panamá, es mayor al de un implante de senos— en la operación de un tejido que en tan solo minutos será roto?

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