¿Para quién nos vestimos?

Vie, 09/25/2015 - 20:28

Hace un tiempo, la editora de la revista “Marie Claire” y jurado del programa Proyect Runway, Nina García, en su cuenta de Twitter escribió que las mujeres deberían vestirse para sí mismas. Y es que se dice que nosotras compramos la ropa y proyectamos una determinada imagen, pero, para otros.

¿Hasta qué punto es cierto esto? ¿Somos o no competitivas?  Nuestra entrevistada, Lizamor Cesar, abogada de profesión, opina que los hombres a diferencia de las mujeres, no prestan atención sobre lo que usamos, “ellos no saben si el bolso y los zapatos son de marca o si la ropa que estás usando es la misma de hace dos fines de semana, por lo tanto, pienso que es cierto que nos vestimos para las demás” . Otro punto de vista tienen las chicas de Shopadelia, portal de moda femenino, quienes opinan: nos vestimos para nosotras, para resaltar nuestros poderes… algo así como los superhéroes”.

 

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La competencia

La presión social, ocasionada en parte por el consumismo, en donde los mensajes publicitarios indican que para ser, se debe lucir o verse de alguna manera específica, ocasiona confusión en las mujeres, dice la psicóloga y terapeuta familiar Marine Peyronnet y añade que Incluso, las películas pintan a la mujer exitosa como aquella que viste de cierta forma glamurosa y que tiene ciertos atributos físicos.

 

Esta influencia mediática puede ser causante del comportamiento de rivalidad entre féminas. Muchas pueden sentirse superior a otras debido a lo que visten, lo que también las lleva (inconscientemente o no) a una competencia de estatus o de ser vista por el sexo masculino, en otras palabras: “elección de pareja”, explica la experta y añade que hay que prestar atención a cómo el género se va construyendo desde la niñez, ya que la mujer en su crecimiento va absorbiendo tanto del hogar como de afuera estos mensajes, influenciando en la percepción de ella misma, de lo que le corresponde proyectar o hacer.

 

Por otro lado, la competencia femenina no solo está dirigida a lo que se lleva puesto o al mejor look. El estudio Good Mother Syndrome”, realizado por la universidad Edith Cowan de Australia, demostró que las madres se comparan a sí mismas con otras. La investigación, realizada por el doctor Bronwyn Harman, demostró que la competencia se desarrolla en aspectos como: las que trabajan vs. las que no lo hacen; aquellas que usan pañales de tela contra las que usan desechables; el tipo de alimentación que reciben los bebés; y, por supuesto, su aspecto físico.

Dicho esto se podría decir que la competencia es parte de la naturaleza humana y ha sido clave para la supervivencia. Mientras que para algunas féminas es un tema de ropa o de quién luce mejor, habrá otras que les importa ser la mamá perfecta. En cambio, en otras culturas, el tema podría ser quién es la más fértil y así sucesivamente.

 

En lo que nos fijamos de las demás 

 

La tienda online Swimwear 365 realizó una encuesta a 2000 mujeres sobre el tema, el resultado fue: las mujeres emplean más tiempo en observar a las personas de su mismo género que el que invierten los hombres. Entre los principales aspectos en los que nos fijamos las mujeres están:
primeramente la ropa, seguido por el peinado, el bronceado, la talla, el escote, la celulitis, el color de pelo, el tamaño del pecho, los zapatos y el bolso. La encuesta indicó que algunas veces se hace por el simple hecho de observar, mientras que en otros casos el resultado fue la intención de evaluarse a sí mismas comparándose con el resto de las mujeres.

Según las féminas encuestadas, esta práctica es por mera diversión y el 80% reconoce que donde más disfruta hacerlo es en la playa, ya que resulta más difícil maquillar las imperfecciones. Adicionalmente, una de cada diez afirmó compararse con las demás e intentar destacar sobre ellas, mientras que el 40%, a pesar de examinar a “la competencia”, mencionó no hacerlo de manera negativa.

 

En cuanto a los cumplidos, la mitad de las mujeres que participaron en la encuesta reconoció hacer siempre alusión al físico o a la vestimenta, y el 50% aseguró que tiene más en cuenta un halago cuando procede de una mujer, mientras que el 43% no se lo cree si proviene de un hombre. Quizá por este motivo, el 42% asegura que se viste para impresionar a las de su mismo género, en lugar de a los hombres. Con lo que pretenden destacarse por encima de sus compañeras de trabajo, amigas e incluso desconocidas con las que se cruzan en el camino.

 

Autoestima y el mundo de la moda

El sitio online Jezebel entrevisto a Carine Roitfield— en su momento editora de la edición francesa de la revista “Vogue”— opinó que ella se vestía para sí misma. La diseñadora Isabel Toledo concordó con Roitfield, e indicó que esto le hacía sentirse poderosa. En cambio la actriz Anne Hathaway opinó que muchas mujeres se viste para sus amistades “fashionistas”. Isabel Toledo resaltó que la ropa, después de todo, solo es un pedazo de tela, hace falta personalidad y confianza para saberla llevar.

 

Para culminar, debemos saber que antes de pensar en los demás, debemos hacerlo primeramente en nosotras. No tiene nada de malo el querer vernos lindas. Escoger qué vestir, lejos de causarnos estrés o de buscar aceptación, debe ser algo agradable y divertido. Algo así como especie de terapia femenina, ¿qué opinas tú?

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