La historia de tus pechos

Mar, 09/15/2015 - 18:36
vintagegaze

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¿Cómo fue tu experiencia  cuando  empezaron a asomarse tus senos? ¿Recuerdas aquel momento en el salón cuando  tus compañeras ya tenían pechos y tú no? O cuando conversaban sobre quién las tenía más grandes... sin duda muchas historias deben haber en este tema. Para algunas esta parte del desarrollo femenino   provocó   sentimientos de vergüenza e incomodidad, mientras que para otras la presencia de sus senos   era una señal de triunfo femenino  sobre las que no tenían, pues sí... las mujeres podemos ser bastante competitivas, ¿o no?

Los senos, “las bubis”, tetas (entre otros nombres) a  lo largo de la historia han tenido su participación como perpetuadoras de   la especie humana.  El reportaje  de Documentos TV sobre las operaciones de aumento de pecho, menciona que en los años 50 eran alzados como dos  torpedos; un ejemplo, la actriz Marilyn Monroe; mientras que en los años  60 con la liberación de la mujer y la revolución sexual, el  sujetador fue rechazado y visto como  un yugo opresivo.  En los años 80 regresan y se ponen de moda, y en los 90 aparece y revoluciona el mundo femenino el famoso sostén “wonderbra”.  Desde ese entonces y hasta la fecha,  medios y anuncios  publicitarios  envían otro tipo de mensaje: que entre más grandes, más atractiva te verás  para ellos.

 Pero, ¿qué dicen las mujeres sobre este tema?  Consultamos con tres chicas de diferentes tallas y le preguntamos qué representa para ellas su busto. Y a ellos, si realmente les atrae el tamaño.   

 

 

Mónica, 30 años, diseñadora

“Para mí representan una evidencia física de una parte de mi feminidad, independientemente del tamaño” y añadió, “tenía nueve  años cuando me empezaron a crecer, recuerdo que mi primer sostén me lo compró mi papá; poco antes de iniciar el primer día clases, fue medio vergonzoso”. ¿Importa el tamaño? “No creo que tenga algo  que ver para garantizar ningún tipo éxito, aunque vivimos en una sociedad que les hace creer a las mujeres que son más ‘sexy’ con una copa más grande, lo que es falso, para mí”. “Lo cierto es que cuando empecé a usar ‘brassier’, sentí que tenía algo que proteger”.

 

Laurie, 28 años, vestuarista y bióloga

“Para mí, el no tener senos grandes es lo mejor, no  tengo dolor de espalda y puedo usar ropa sin “bra”, eso me encanta”. Así también comentó, “sin duda alguna  es un atractivo sexual que  radica en la biología para los machos, las mujeres que tienen pechos grandes y curvas  están representadas inconscientemente como buenas para parir crías”. A parte de esto, Laurie  opinó que hay mujeres que obtienen  cosas por su cuerpo, “hay mucha gente con ese “trip” físico, no sé cómo se dice, pero es casi una cultura: el culto por el cuerpo”, puntualizó.

 

Mery, 29 años, abogada

“Para mí son una fuente de vida, fuente de alimento, expresión de feminidad. Cuando por fin asomaron tenía 11 años, fue una experiencia traumática por la vergüenza que supone desarrollarse, pero también muchísima curiosidad por saber qué vendría con esto, y me refiero específicamente si me vería tan grande y bonita como mis amigas”, y agregó que lo único que  garantizan es muchas miradas incómodas, “no el éxito,  eso te los ganas con la perseverancia, la inteligencia y el trabajo constante”, acotó.

 

Natalia, 28 años, estudiante

“Yo las veo como una parte más de mi cuerpo y no como un objeto que tengo que estar exhibiendo”.  En cuanto a  la edad,  Natalia  comentó: me salieron aloaños, “fue una etapa traumática en mi vida, ya que el solo hecho de que se me notaran me daba demasiada vergüenza.  Desde chica me gustaba compartir más con los niños porque las chicas hablaban más de hombres, y eso me daba mucha pereza”, y añadió: “A medida que fui creciendo y mis  senos fueron cambiando, así también mi pensamiento hacia ellos, ya quería utilizar “brassier”, hasta me sentía atractiva”.   Considero que la capacidad de una mujer no se mide por el tamaño de sus senos, pero sí sé de muchas que viven en la competencia de quien esté más bella tiene más oportunidades, expresó.
 

Ellos opinan

No hay por qué generalizar; sin embargo, hay hombres que tienen sus gustos y su manera de pensar al hablar de senos. Para Mario Grenald, quien es doctor y  cirujano, el tamaño es algo  a lo que, en lo personal, no le da importancia; él opina que no es lo mismo preguntarle a un adolescente hormonal que a un hombre que ya pasó por esta etapa, “uno  va variando  con el tiempo,  va madurando. Aunque  sí creo que hay una influencia cultural fuerte hacia lo grande, por lo tanto —las lolas— llaman la atención inconscientemente. Incluso las mujeres se le quedan viendo a una ‘tetona’ con escote”.

Para Walter (arquitecto de 34 años):  “La mujer es un paquete entero, no solo algo material”. Él, al igual que Mario, concuerdan en que todo tiene una etapa, la cual ya pasaron; “en este momento no me siento inclinado a un tamaño en especial, me fijo más en la mujer en sí que en sus pechos”.

 

 

Lo que dicen los profesionales

El inicio de tanta disconformidad en el tamaño de los senos  tiene que ver con que muchas publicaciones, revistas, entre otros medios, centran el tema de los pechos grandes como algo que tienes que tener para ser atractiva, que solo así les vas a gustar a los del sexo opuesto, explicó la psicóloga Carmen Pérez en el reportaje “Tetas: un valor en alza”, y  agregó: “Si se empieza en el cómo tienes que estar para gustar a los  chicos y no en el cómo  tienes que gustarte a ti, entonces se empieza mal”.
Por otro lado, la psicóloga y terapeuta panameña Maritere Lee mencionó que desde el punto de vista psicológico y de sexualidad “los senos en el papel de la mujer tienen la función de atraer y seducir... y el más importante: establecer fuertes lazos de intimidad y afectividad humana”.
Un estudio realizado por la Universidad de Florida referente a los beneficios psicológicos obtenidos por las mujeres, después de someterse a una intervención para aumentar el tamaño de sus senos, publicó que según los resultados obtenidos después del procedimiento quirúrgico,  no solo lograron mejorar su autoestima, sino que les brindaron una valoración más positiva de su vida sexual. No obstante, los investigadores  de dicho estudio recalcaron en   que las mujeres no deberían ver la cirugía estética como una cura para todos los problemas de autoestima y sexualidad. 
 

 

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