- Nutrición
Algunas recomendaciones prácticas y sencillas para lograr el reto de seguir comiendo sano, sin gastar demasiado, en la pandemia.
Bajo las circunstancias que atraviesa nuestro país y el mundo entero se hace importante buscar formas de estirar lo más posible el presupuesto familiar para la comida. El reto es seguir comiendo sano, sin gastar demasiado.
Es por esto que hoy te traemos algunos consejos que te ayudarán a lograr este objetivo.
Existen dos acciones que te recomiendo aplicar la mayoría de veces que puedas: La primera, hacer una lista de lo que necesitas antes de ir al supermercado, esto evitará que te salgas demasiado de tu presupuesto. La segunda es hacer un bosquejo o menú semanal de lo que pretendes preparar con los alimentos comprados y los que ya tenías, esto te facilitará planear con anticipación y podrás contemplar aspectos como variar, reutilizar o hacer de un alimento ya preparado la posibilidad que se convierta en 2 o más platillos.
Es cierto que existen productos en el mercado que son saludables y tienen un costo más elevado que otros, sin embargo, no es imperativo que los añadas en tu lista ni te aseguran bajar de peso solo por comerlos; por ejemplo: las harinas de almendras, la quínoa o la bebida de almendras, son productos realmente buenos, pero puedes optar por otros muy sanos y con un costo menor.
¿Qué debes tomar en cuenta para lograr una compra accesible y saludable?
Elije productos nacionales y que estén en estación: Tu menú familiar debe ser versátil y ajustarse a las temporadas del año, de este modo aprovecharás, por ejemplo, el aguacate cuando esté más económico; cuando su precio sea más elevado, podrás consumir otro tipo de fuente de grasa como las aceitunas o simplemente algún aceite saludable.
Es una buena idea, si te es posible, comprar en mercados libres cuando vas a comprar cantidades más grandes, así te ahorraras algunos centavos.
Lo empacado a veces puede ser más costoso: Sobre todo con los productos como empacados al vacío, frescos pero ya pelados, e incluso algunos congelados. Ese trabajo extra que nos ofrecen tiene un valor adicional; si bien es cierto nos ahorrará mucho tiempo a nosotros comprarlos en esta presentación, también podrías organizarte una sola tarde para pelar todo y congelarlo de la misma forma, así tenerlo listo durante la semana y ahorrarte ese dinero adicional. Es más común en el caso de las verduras, frutas y otros.
Siempre comparar: A veces nos dejamos llevar solo por el precio, pero es importante que compares el contenido en gramos neto del producto; de este modo sabrás si te es más conveniente congelado o fresco. Ambas formas son saludables, pero no olvides el enfoque: ahorrar dinero.
Busca opciones alternativas: Aunque no queremos gastar tanto, no debe significar que escojamos opciones de poca calidad nutricional o con ingredientes que nos perjudiquen la salud. Eso sería ahorrar hoy, pero gastar mañana, ¿no crees? Es por eso que debemos tener especial cuidado con los enlatados, en general te recomiendo que cuando los compres leas sus ingredientes, si tienen mucho más de 5 ingredientes, es probable que sea un producto muy procesado. Idealmente debe contener el producto en cuestión, ejemplo, guandú, y adicional agua, sal, y quizás algún aditivo como antioxidantes. Evita aquellos enlatados que tengan colorantes artificiales, glutamato mono sódico, azucares refinadas mayores al 10% de su peso neto e igualmente aceites como soya, girasol, maíz y palma.
Algunas opciones alternativas como ejemplo son: En lugar de carne, comer arroz + menestra, al unir ambos se complementan y forman una proteína de buena calidad nutricional. También podrías comer atún enlatado o sardinas enlatadas, el huevo también es una genial y económica opción.
No botes nada, todo sirve para después: El congelador es tu mejor aliado, por eso es importante hacer los pasos desde la lista de mercado, porque así te tomas los minutos para ver qué hay en la nevera y la alacena, qué está por expirarse, qué tiene mucho tiempo allí y ya debe usarse antes de perder ese dinero; si no te es posible usarlo, siempre tendrás la opción de congelarlo o dárselo a alguna familia que esté cerca y lo pueda aprovechar.
Algunos alimentos que van muy bien congelados son: proteínas como el pollo, la carne en sus guisos, menestras, arroz, pasta, verduras ya peladas, vegetales a punto de dañarse (los puedes usar para el guiso licuándolos), entre otros.
Haz un huerto casero: Según tu disponibilidad de espacio y herramientas, esta es una idea útil para esta temporada en la que estamos. Te recomiendo utilizar las semillas de lo que vas comiendo (tomates, ajíes, culantro, etc.) y puedes buscar videos que te ayuden a ir creándolo paso a paso.