¡Que la sal no te sale la vida!

Lun, 10/05/2015 - 16:23
El nuevo lema que se debe adoptar en todos los hogares al momento de preparar los alimentos es: “Aquí se cocina bajo en sal”. Pero, si aún no lo contemplas, presta atención, ya que un alto consumo de sal está asociado a diferentes afecciones, a tal grado que un estudio realizado por la revista médica “New England Journal of Medicine” —realizado en 187 países— publicó que la sal es causante de 1.6 millones de muertes anuales. Lo que significa que existe cierto grado de desconocimiento sobre el tema, por lo que te lo explicamos.
 
Diferencia entre la sal y el sodio
Lo primero que debes saber es que no son la misma cosa. La sal de mesa que usamos para salar los alimentos contiene cloruro de sodio y está formado por cloro y sodio (40% sodio y 60% de cloruro). El sodio, por otra parte, es un mineral encontrado en los alimentos que consumimos de manera natural, por ejemplo: las remolachas, el apio, entre otros. Sin embargo, aquellos que son industrializados también tienen altas concentraciones, ya que además de ser utilizada para el sabor, es un poderoso preservante; he aquí cuando se vuelve peligroso para nuestra salud. Algunos alimentos por mencionar serían: los pasteles, yogures, los embutidos, el queso, salsas, aderezos, mantequilla, aceitunas, y muchos más.
 
Efectos en el cuerpo
Lo primero que debes saber es que nuestro organismo necesita del sodio para que funcione correctamente, ya que tiene la función de controlar la presión arterial y el volumen sanguíneo. Así también es importante para que los músculos y nervios funcionen correctamente, explicó el reconocido portal de salud Medline Plus. No obstante, la problemática radica cuando su ingesta es excesiva.
 
Entre algunas de las consecuencias están:
Retención de líquido. Esto favorece el aumento de peso y la aparición de celulitis.
Hipertensión. El sodio atrae el agua y una dieta alta en sodio dirige el agua hacia el torrente sanguíneo, lo que aumenta el volumen de la sangre y, con el tiempo, puede aumentar la presión arterial. La presión arterial alta (hipertensión) obliga al corazón a trabajar más y puede dañar los vasos sanguíneos y los órganos, lo cual aumenta el riesgo de padecer enfermedades del corazón, enfermedades renales y derrames cerebrales.
Pérdida de calcio. El consumir demasiada sal puede afectar el estado de tus huesos, ya que “ante un elevado consumo de sal, el cuerpo pierde más calcio a través de la orina, y para compensar esta pérdida remueve las reservas de calcio que se encuentran en los huesos”, explicó la nutricionista Lariza Páez.
Gastritis. Un excesivo consumo en la dieta se ha asociado a mayor incidencia de gastritis y de úlceras.
 
¿Cuánto se aconseja consumir?
Según el portal Alimentos.org y otros sitios dedicados al tema, la cantidad mínima de sodio recomendable para el consumo diario, en condiciones ideales, es de unos 1500 miligramos (mg) diarios. Esto es menos de 1 cucharadita de sal de mesa. El nivel máximo recomendado de ingesta de sodio es de 2.3 mg por día.
Lo que sucede es que si sumamos la cantidad de sodio que se consume desde el desayuno hasta la cena, lo más probable es que sea el triple de lo que recomiendan los doctores y demás organizaciones de la salud. Por ello, una de las recomendaciones sería prestar atención a la etiqueta de los productos en el supermercado; un nutricionista podría dar la orientación para aprender a leerlas. La Agencia de Alimentos y medicamentos de EE.UU. recomienda prestar atención a frases como: “bajo en sodio”, “muy bajo”, “sin sales añadidas”. O sea, preferir las versiones de todo los alimentos que tengan menos sodio.
 
 
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