- Nutrición
Los pequeños son uno de los mayores consumidores de azúcares simples añadidos a través de alimentos infantiles como cereales, bebidas y otros que aparentan ser muy nutritivos.
Aunque nos sorprenda, los niños son uno de los mayores consumidores de azúcares simples añadidos a través de alimentos infantiles como cereales, bebidas y otros que aparentan ser muy nutritivos, pero que en realidad pueden no serlo.
Para un niño, según la Organización Mundial de la Salud, el consumo de azúcares no debe rebasar el 10% de sus calorías diarias totales, e incluso entre menos mejor. Una bebida frutal procesada puede abarcar hasta un 50% de ese aporte diario máximo.
Recientemente, se publicó un estudio realizado por Noble, Emily et al. Donde, a través de un modelo de roedor, se muestra como el consumo de azúcares simples en edades tempranas puede afectar funciones cerebrales como el aprendizaje y la memoria en edades posteriores. Los científicos explican que la razón de esta disrupción puede estar ligada a un cambio en la micro biota intestinal, ya que el consumo de azúcares simples promueve la proliferación de cierto tipo de bacterias que pueden llegar a afectar las funciones cerebrales ligadas al hipocampo, una estructura que está en desarrollo en dichas edades.
Y es que, como hemos explorado en notas anteriores, al intestino se le conoce como el segundo cerebro, por la conexión tan íntima que mantienen e incluso la existencia del eje intestino cerebro, por lo que en los últimos años se ha reforzado la relevancia entre lo que comemos y nuestras funciones cerebrales, aunque faltan muchos más estudios que afirmen estos hallazgos.
¿Dónde se encuentra el azúcar añadido?
Los niños pueden estar ingiriendo este componente en productos como:
Zumos envasados, salsas como ketshup, barras de cereal tipo granola, cereales para el desayuno, galletitas, yogurts de frutas, chocolates en bebidas, cereales para el crecimiento, sopa de vegetales envasadas, entre otros.
Por ello, es importante promover el consumo de alimentos naturales, caseros y leer los ingredientes y el etiquetado nutricional.