Piel de hongo: nuevos materiales en el mercado de lujo de la moda

Jue, 04/19/2018 - 15:23
Con un fuerte sentido de sostenibilidad, el mercado de la moda está estudiando otras alternativas como materia prima para la elaboración de sus productos.

Por: Clara Auñón

Los materiales orgánicos y producidos de manera "artificial" para imitar piel, cuernos e incluso diamantes se postulan como potenciales materias primas de la industria del lujo, que recurre ahora a la investigación científica para encontrar alternativas sostenibles a los recursos naturales del planeta. Estos nuevos tejidos han sido la principal propuesta de la segunda y última jornada de Condé Nast International Luxury Conference, que hoy cierra las puertas de su cuarta edición, celebrada en Lisboa.
 
Las aportaciones más reveladoras del día llegaron de la mano de Sophie Hackford, experta en innovación tecnológica, quien habló de nuevos tejidos, como la "piel obtenida de hongos" o los cuernos fabricados artificialmente para su uso en joyería. "La idea de que estamos limitados a los materiales que nos da el planeta está bastante anticuada", aseguró Hackford, quien, por otro lado, reconoció que el desarrollo de estas nuevas materias primas sigue siendo "demasiado caro".
 
La sostenibilidad estuvo presente en la conversación entre Suzy Menkes y Claus-Dietrich Lahrs, director ejecutivo de Bottega Veneta, una firma cuyo ADN cuenta con un importante componente peletero. A pesar de ser el responsable de una firma que trabaja habitualmente con piel, Lahrs evitó la pregunta de Suzy Menkes sobre la posibilidad de sustituir los materiales de procedencia animal por otros alternativos.
El empresario aseguró que la responsabilidad medioambiental del lujo no se limita a los materiales empleados, la sostenibilidad puede aplicarse a la manufactura del producto: "Si miras la manera en que producimos, no lo hacemos de forma estacional, sino que nuestras creaciones van más allá de la temporada actual".
 
El poder comunicativo de la moda fue otro de los temas sobre la mesa de debate, especialmente en las intervenciones de los diseñadores Philipp Plein y Hervé Pierre. Dos creadores con visiones de la industria tan diferentes como el perfil de sus clientes: mientras Plein es el favorito de futbolistas como Cristiano Ronaldo y Leo Messi, Hervé Pierre es un huésped habitual de la Casa Blanca, donde ha vestido a Hillary Clinton, Laura Bush, Michelle Obama y, ahora, a Melania Trump.
 
Plein inauguró la jornada en una conversación con Menkes centrada en la paradoja de la industria del lujo, un sector que "no te permite envejecer", pero tampoco "hacer planes de futuro", apuntó el diseñador. "Este mundo está cambiando demasiado rápido como para planificar, ni siquiera de aquí a los próximos cinco años", explicó el alemán, quien contempla el lujo como un capricho: "Si te compras una camiseta porque te hace falta, no es lujo, el lujo empieza cuando se compra sin necesidad".
 
Menkes tampoco logró esclarecer los planes de futuro de Hervé Pierre, aunque en su caso se ha debido a la discreción del diseñador, uno de los pocos que visten a Melania Trump. El creador ha sorteado con su elegancia francesa las directas preguntas de la periodista sobre su relación con la actual primera dama estadounidense, de la que solo ha comentado que "no habla mucho, y eso le da a la ropa más capacidad narrativa para crear misterio entorno a ella".
 
Preguntado por la repercusión de los estilismos de Melania Trump, dijo con humor que debe ser "muy cuidadoso" con sus elecciones. "Si le pongo un vestido de rayas la gente empezará a decir cosas del estilo 'madre mía, está vestida de rayas, va a ir a la cárcel'", contó entre risas.
 
La cosmética de lujo fue la novedad de la jornada, introducida por la ex-modelo y actriz Marisa Berenson, quien, como fundadora de su firma homónima de productos de belleza, planteó la importancia del "cuidado de la salud de manera natural".
Su conversación con Menkes pronto derivó en el recuerdo de Elsa Schiaparelli, abuela de Berenson, quien recordó con cariño que la icónica y surrealista diseñadora "no quería que fuera modelo y formara parte de la industria de la moda" para protegerla del ritmo de vida que "iba a tener si entraba en este mundo".
 
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