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Investigadores de la Universidad de Yale descubrieron que las personas que ven el estrés como una oportunidad para crecer, reportan una mejora en su vida.
Aunque suene o parezca extraño, cambiar tu forma de interpretar el estrés puede frenar su impacto negativo en tu vida e incluso conducir a resultados positivos. ¿Lo sabías?
En esta nota, gracias a los conocimientos de nuestra gestora de bienestar integral, Sara Escobar, podrás descubrir cómo puedes utilizar esta emoción como potenciador para tu día a día o proyectos en general.
"Son muchas las sensaciones que experimentamos cuando estamos en el medio de una situación altamente estresante o muy desafiante. Muchas investigaciones científicas confirman que el estrés está vinculado a seis de las principales causas de muerte en el mundo; sin embargo hay también muchísima evidencia que confirma que la forma en la que interpretamos el estrés, es lo que verdaderamente afecta nuestra salud más que el estrés en sí mismo", explicó Sara.
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Investigadores de la Universidad de Yale descubrieron que las personas que ven el estrés como una oportunidad para crecer, reportan una mejora en su vida, menos síntomas de depresión y ansiedad, niveles más altos de energía, mayor rendimiento en su lugar de trabajo y una mayor satisfacción general con la vida que aquellos que lo viven exclusivamente como una amenaza.
Pero...¿cómo se hace para interpretar el estrés como un potenciador? Escobar explicó que un buen ejercicio para ello es pensar una situación estresante que hayas enfrentado recientemente y observa detenidamente los síntomas que la misma produjo para ver si estos, en realidad, podrían haber estado ayudando a tu cerebro y cuerpo en ese momento. ¿Lo tienes?
Ahora, es momento de aplicar los tres pasos que la investigadora Kelly McGonigal recomienda.
- Observa tus sentidos corporales. En tu experiencia estresante, ¿se agudizaron tus sentidos? ¿Te latía el corazón? ¿Estabas sudando? ¿Se aceleró tu respiración? ¿Se centró tu atención en las fuentes de estrés? Si es así, tus sentidos agudizados te estaban recordando lo importante que era esa situación para ti, mientras te brindaban la energía, la motivación y la concentración necesarias para enfrentar el desafío, con el fin de que hicieras lo que debía. Toma nota de que puedes ver la respuesta de tu cuerpo al estrés como una ansiedad debilitante o como una emoción energizante.
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- Observa si precisabas conectarte con otros/as. En tu experiencia estresante, ¿sentiste la urgencia de estar cerca de tus amigos o familiares? ¿Tuviste una sensibilidad más aguda hacia las emociones de los demás? Si es así, tu estrés te empujaba a conectarte con otros/as. A esto la investigación denomina “reacción prosocial”. Observa cómo el estrés puede funcionar para unirnos más a los demás, amortiguando nuestros miedos individuales y aumentando nuestra valentía para proteger, apoyar o defender a quienes valoramos o amamos.
- Fíjate si has aprendido. Al final de tu experiencia estresante, ¿todavía te sentías mentalmente energizado/a y lleno/a de emoción, incluso después de que tu cuerpo comenzó a calmarse? ¿Repetiste el evento en tu mente, lo analizaste, trataste de darle sentido o buscaste a una persona que te pudiera escuchar para hablar sobre el mismo? Si es así, tu estrés te estaba ayudando a procesar e integrar lo que había sucedido, y a aprender y crecer, mientras restauraba tu sistema nervioso para equilibrarlo. Observa cómo puedes elegir ver la reflexión -e incluso el pensamiento rumiante que el estrés produce- como parte del proceso de crecimiento.
Mira a continuación el video de nuestro programa Mujer donde aprenerás más sobre este interesante tema:
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