- Maquillaje + Piel
Nada es tan simple como parece...
Pareciera una actividad más que sencilla. Un jabón o gel, agua, tus manos, y ¡voilá!
Sin embargo, existen unos cuantos errores que se pueden cometer en la rutina de limpieza de tu rostro. Eston son los 5 más comunes:
1. No estás removiendo al 100% tu maquillaje
Muchos de nosotros cometemos el error de pensar que nuestra piel está limpia sólo porque se ve limpia, pero esto no siempre es el caso gracias a los restos de residuos de productos. Trata de añadir otro pequeño paso en tu rutina mediante el uso de un removedor de maquillaje y luego un limpiador. Cuando estés utilizando el limpiador, debes esperar a que este haga efecto, no lo enjuagues de una vez, déjalo actuar al menos por 35 segundos.
2. No estás lavándote las manos primero
Un error muy común. Nuestras manos tocan toneladas de superficies sucias durante todo el día, así que, es mejor que puedas asegurar su desinfección antes de tocar tu rostro. Esto disminuirá la posibilidad de traspasar gérmenes a tu rostro.
3. Estás exfoliando tu rostro muy seguido
No hay nada como experimentar una limpieza profunda que deja tu piel suave y pura, sin embargo, no podemos abusar de este procedimiento. Si lo hacemos muy seguido, corremos el riesgo de estar rompiendo los vasos sanguíneos en la piel, causando enrojecimiento innecesario y daños. Para gozar de los beneficios de la exfoliación, te recomendamos realizarla únicamente una vez a la semana y quizás buscar un producto más suave.
4. No estás utilizando el limpiador correcto
Sabemos que en el mercado hay muchísimas opciones para escoger en cuanto a la limpieza de tu rostro. Algunos están destinados para necesidades específicas, como lo son las pieles acneicas o grasosas. Lo primero que debes conocer es qué tipo de piel tienes, en base a esto, busca uno que se adecue a tu caracterísica. Además, te recomendamos mantenerte alejada de productos que contengan lauril sulfato de sodio.
5. Estás utilizando agua muy caliente
Ten cuidado con la temperatura porque el agua que está demasiado caliente puede realmente tener daño a largo plazo en tu piel. El agua caliente puede estallar los capilares, causando mucho enrojecimiento. También puede alterar el equilibrio natural del aceite de la piel y secar. Lo peor de todo, esta sequedad puede comenzar un ciclo sin fin haciendo que su piel produzca más aceite para compensar, lo que tiende a conducir a brotes.