Paola Schmitt

Mié, 09/23/2015 - 18:51
La lluvia no fue impedimento para que llegáramos a nuestro destino: entrevistar a Paola Schmitt, autora del blog que lleva su nombre.

Paola es más que una bloguera, es madre de dos pequeñas (Ana y Mar), esposa, artista, “coach” de vida y sobreviviente de cáncer de seno.  Es una mujer con una chispa que contagia. 

Al llegar nos abrió la puerta, había visto sus fotos en su blog y sin duda alguna   es igual —y hasta más expresiva— en persona, con algo de humor negro. Y nos dice: “Bienvenidos a mi laboratorio”, seguidamente nos llevó por cada cuarto de su estudio, también llamado por ella: su cueva. Una cueva con buen gusto, con una decoración que mezcla el gusto por el arte con detalles románticos y mensajitos motivadores. 

 

RM: Paola, ¿cuántos años tienes?

"43  y recién cumplidos, ja, ja, ja, estoy polluela, con las expectativas de vida de hoy en día, yo no voy ni por la mitad”.

 

RM: Y bueno, hablemos, tienes toda una trayectoria, has estado involucrada en mil cosas, e incluso, podría decir que eres hasta aventurera porque te fuiste a vivir a Bocas del Toro y abriste un café, ¿de dónde sale toda esta energía para estar siempre involucrada en nuevos proyectos?  

"Sí, una de mis necesidades de vida incluye la creatividad y la diversidad, me encanta crear ideas, proyectos, hasta el proceso de hacerlos: un restaurante, una galería, artista, he sido  productora de arte y   ahora tengo un año oficialmente trabajando como “coaching”, me siento muy realizada, una de las cosas más gratificantes”. 

 

RM: ¿Y cómo está tu relación con el arte? Conocí tus escritos en una ocasión que buscaba información sobre la artista plástica María Raquel Cochez.

 “Yo escribo y pinto, a veces me da más por una vena que por la otra,  desde que tuve mis hijas dejé a un lado la parte artística en  artes plásticas y me dediqué más a las letras, escribí un libro.  Pero el año pasado empezó a levantarse el gusanito y dije, bueno, me voy a poner a pintar, empecé  a sacar pinceles, lienzo, y me sentí como un reloj viejo oxidado.  Entonces, hablé con mi amiga María Raquel Cochez y le dije, dame como si fueras  “couching” de arte porque estoy  oxidada.  Estuvimos trabajando juntas, pero me di cuenta de que la pintura no estaba llenándome, me tomaba un año hacer un cuadro, entonces, para que me tome un año no es algo que me está despertando.  Yo estoy en un momento en el que digo que  todo en la vida pasa porque tiene una razón,  y   tengo esta  metáfora que dice: Yo solo tengo que avanzar con la seguridad de que Dios y el universo me sostienen”. 

 

RM: Existen muchas opiniones respecto a compartir sobre la vida de uno en blogs o redes sociales; sin embargo, Paola se ha caracterizado por dejar a los lectores entrar a muchos detalles de su vida, por ejemplo, cuando estuvo en tratamiento por cáncer de seno. ¿Alguna vez te sentiste vulnerable?

 “Yo  tengo mi blog  desde el 2006; soy una persona que como que todo se me desborda, ja, ja, ja, todo lo voy cantando por delante. Y cuando quedé enferma, empecé a buscar y encontré que a mí me ayudaban mucho los blogs de personas que estaban y/o habían pasado por lo mismo, y esto me ayudó muchísimo.  Hay mucha gente parecida a uno en el mundo y cuando compartí cosas más vulnerables, más crudas, recibí una acogida mucho más fuerte, he recibido comentarios como: ‘Sabes, has puesto en palabras lo que yo estoy pasando’. Entonces, estoy exponiendo, pero al mismo tiempo estoy conectando”.

 

RM: ¿Cómo tú reacción al tener el diagnóstico?

“¿Qué vamos hacer al respecto?...”.  “Leí, busqué información. Siempre lo vi como un cómo vamos a trabajar esto. Para mí el quedarme pensando ante todo lo que me iba a pasar no era una opción. Entonces, la parte médica estaba en los médicos y la otra estaba en mí, en qué podía hacer de mi parte”. Y  añadió: “Tuve unas experiencias enormes de fe, de certeza de que Dios estaba conmigo, y acontecimientos con ángeles. Yo creo que una de las lecciones que aprendí fue a dejar soltar y aprender que  no podía controlar, a decir que necesitaba más caballos para llevar esta carreta.  En otra situación hubiera  sido lo que voy hacer,  ahora era lo que vamos hacer.  Seguí trabajando, atendiendo clientes. Mi marido tuvo un papel más de protector en casa”.

 

RM: Una de las partes más difíciles es la quimioterapia,  ¿fue así en tu caso?

“En el segundo periodo me pusieron una inyección que produce una subida enorme de los glóbulos blancos, que los crea la médula, entonces la subida fue tan alta que la médula se ensancha,  sentía que me estaba rompiendo de adentro hacia afuera, fue una semana horrible, estaba tirada en la cama, no podía levantarme. Ya no tenía mi   actitud de luchadora, ya no podía más.  Pero, bueno, mi doctor me decía aguanta, aguanta, es una semana, ya empiezan a bajar. Yo me quito el sombrero por la gente que tienen quimioterapias mucho más agresivas, los admiro de corazón porque cuando me iban a poner la última quimioterapia yo ya no podía más, ahora entiendo por qué la gente se ahoga en la orilla”.

 

RM ¿Y la caída de tu cabello? 

"Sí me afecto muchísimo porque yo no quería que se me cayera por mis hijas, yo creo que la manera más cruda de ver a una mujer es sin cabello, es un recorderis constante de que estás pasando por una enfermedad; pero bueno, no era un menú a la carta donde uno dice esto sí quiero y esto no quiero. Había una posibilidad de que no me pasara por el tipo de quimioterapia, pero pasó. Entonces cuando empecé a verme los huecos en la cabeza, porque no todo se te cae de una vez, le dije a mi hermana Beatriz, túmbalo todo y me afeité la cabeza. Para mí fue muy liberador, era muy chocante verme a pedazos. A la calle salía con pañuelos y pelucas, pero la verdad es que nunca me acostumbré a usarlas".

 
RM: En tu rol de mamá, ¿qué es lo más importante para ti en transmitirle a tus hijas?  

"Para mí es súper importante decirles que todo tiene solución y todo es la actitud que uno le ponga a las cosas, por ejemplo: si se les cae un plato o rompen algo, agarrar y caerle a regañones es reforzar el problema y lo que quiero que se enfoquen es en que si hay un problema, hay una solución. Es encontrar soluciones y lecciones y aprenderlas. Esa es la mejor herramienta de vida que uno le puede transmitir a los hijos".

 
RM: Paola,  ¿Cuál sería tu mensaje a quienes están pasando por una situación similiar?

"Para mí es súper importante que hagas un grupo de apoyo, por supuesto que cada quien tiene su manera de procesar. Para mí el exteriorizarlo me permitió sentirme bien, sentirme acompañada y apoyada. No necesariamente tienes que ir a Facebook, sino que tienes que tener un grupo de apoyo en vida, no de gente que te va a tratar como enfermita. Gente que te acompañe en vida. Eso es súper importante". 

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