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Los investigadores buscaban el martes a los posibles cómplices del suicida que detonó una bomba al final de un concierto de Ariana Grande en Manchester. La explosión dejó 22 muertos y provocó una estampida de jóvenes, algunas con las orejas de gato características de la estrella pop y aferrando globos rosados.
El grupo Estado Islámico se adjudicó la responsabilidad de la carnicería del lunes por la noche, en la que hubo víctimas de apenas 8 años de edad, y dejó 59 personas heridas. La policía británica allanó dos lugares en la ciudad, provocó una explosión controlada en uno de ellos y arrestó a un hombre de 23 años en otro.
La primera ministra Theresa May y la policía dijeron que el agresor murió en el ataque, algo que no mencionó el anunció de ISIS, que tenía varias discrepancias con los sucesos descritos por las autoridades. El funcionario de inteligencia de Estados Unidos, Dan Coats, dijo que el gobierno estadounidense aún no confirma la responsabilidad del grupo extremista.
El jefe de la policía de Manchester, Ian Hopkins, identificó al sospechoso como Salman Abedi, de 22 años de edad, pero no reveló más detalles. Un funcionario de seguridad europeo dijo a la AP que era británico de ascendencia libia. Los archivos oficiales revelan que Abedi tenía su domicilio registrado en la casa allanada por los investigadores, en la que se realizó una explosión controlada.
Natalie Daley, quien vive en una vivienda cercana, dijo que se asustó con el estallido del martes, y con los gritos de la policía: “¡Vuelvan a sus hogares y aléjense de las ventanas!”.
“Cuando ocurre a dos segundos de tu casa, por la que pasas todos los días, vives con miedo”, reconoció Daley.
Manchester, a 260 kilómetros (160 millas) al noroeste de Londres, es una de las ciudades más grandes de Gran Bretaña, y la Manchester Arena es una de las salas de conciertos más grandes del mundo.
Se suspendieron las campañas para la elección nacional del 8 de junio tras el atentado, el más letal en Gran Bretaña desde que cuatro atacantes suicidas mataron a 52 londinenses en el metro y un autobús en julio de 2005.
Al atacar el concierto, el agresor tuvo como objetivo un público lleno de adolescentes. Gritos aterrados de adolescentes llenaron la Manchester Arena después de la explosión del lunes por la noche, mientras los asistentes se atropellaban en su intento de huir.
El ataque provocó una búsqueda durante toda la noche de seres queridos: padres en busca de los niños a los que habían acompañado o esperaban para recoger, y amigos que se vieron separados a causa del estallido. Twitter y Facebook se llenaron de desconsoladores mensajes en busca de los desaparecidos.
“Llamé a los hospitales, a todos los lugares, a los hoteles en donde decía que se habían llevado a los niños y también hablé a la policía”, relató entre lágrimas Charlotte Campbell al programa Good Morning Britain de la televisora ITV. La hija de 15 años de Campbell, Olivia, y quien asistió al concierto con una amiga, resultó herida y recibe atención médica en el hospital.
“No ha despertado”, dijo Campbell de su hija. “No podemos comunicarnos con ella”.
Entre los muertos había una niña de 8 años _la víctima más joven que se sepa hasta el momento_ y su madre y hermana estaban entre los 59 heridos en lo que la primera ministra británica Theresa May calificó de “monstruoso ataque terrorista”.
“Nos resulta difícil comprender la mentalidad perversa y retorcida que ve en una sala atestada de niños no una escena para atesorar, sino una oportunidad para la matanza”, dijo.
Algunos asistentes señalaron que la seguridad no fue muy estricta antes del concierto, ya que se revisó a algunas personas y a otras no. El estallido ocurrió hacia el final del evento, cuando el público comenzó a dirigirse hacia la principal estación de tren de la ciudad.
De acuerdo a testigos, el estallido esparció tornillos y esquirlas de metal, con la aparente intención de maximizar el número de víctimas.
“Fue una masacre. Todo el mundo se aplastaba, fue una carrera por salir de ahí”, dijo Charlotte Fairclough, de 14 años, quien recibió sus boletos como regalo de Navidad.
“Cuando salimos hacia Victoria Station, había personas en el suelo cubiertas de sangre”, contó Ryan Molloy, de 25 años. “Mi compañero intentaba detener la hemorragia de una persona. Le brotaba la sangre de la pierna. Fue horrible”.
La estación del tren, aledaña a la arena, estará cerrada durante los próximos días, informaron las autoridades.
Con el transporte público suspendido, varios servicios de taxis se ofrecieron a llevar gratis a casa a asistentes que se habían quedado varados, y vecinos de la zona se ofrecieron a alojar a gente que no pudiera llegar a casa tras el cierre del transporte público. Usuarios de Twitter crearon el hashtag #MissinginManchester para ayudar a las personas a localizar a sus familiares y amigos.
Grande, que no resultó herida, tuiteó horas más tarde: “Destrozada. Desde el fondo de mi corazón, lo siento tanto, tanto. No tengo palabras”.
Hayley Lunt había llevado a su hija de 10 años, Abigail, a su primer concierto. Dijo que las explosiones ocurrieron en cuanto Grande salió del escenario.
“Corrimos tan rápido como pudimos para salir”, dijo Lunt. “Lo que debió ser una noche magnífica ahora es una tragedia.
La reina Isabel II, acompañada por su esposo el príncipe Felipe, su hijo el príncipe Carlos y la esposa de éste Camila guardaron un minuto de silencio en la escalinata del Palacio de Buckingham el martes, mientras se entonaba el himno nacional.
La primera víctima confirmada fue Georgina Callander, cuya muerte fue reportada por su ex escuela. La Iglesia Bishop Rawstorne de la Academia Británica en Croston, al noroeste de Manchester, publicó en su sitio web una imagen de Georgina, sonriendo y con su uniforme. La describieron como “una adorable joven que era muy popular entre sus compañeros y el personal”.
Saffie Roussos, de 8 años, es la víctima más joven en ser identificada y se le describió como “simplemente una niña hermosa en toda la extensión de la palabra. Todos la querían por su calidez y amabilidad y será recordada por siempre”, dijo la directora de la Escuela Primaria Tarleton Community en Lancashire.
La atribución del grupo Estado Islámico es igual a otras que han hecho los extremistas en ataques realizados en Occidente, pero debido a los escasos detalles se abre la posibilidad de que se trate de un intento oportunista de hacer propaganda.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de gira por Israel, dijo que el ataque fue en contra de niños y que “debemos acabar con esta ideología trastornada. Y acabar con ella por completo”.
Después de Manchester, Grande preveía realizar conciertos en Londres el jueves y viernes y posteriormente en Bélgica, Polonia, Alemania, Suiza y Francia. La gira continuaría después en América Latina y Asia.
La gira de Grande no ha sido cancelada o pospuesta pese a reportes en internet que indican lo contrario, informó una persona con conocimiento de la situación y quien habló a condición de anonimato debido a que no contaba con autorización. La Arena Manchester pospuso los conciertos del grupo Take That que se realizarían de jueves a sábado.
No es la primera vez que terroristas atacan en conciertos de música pop. El más reciente ocurrió en noviembre de 2015, en el que murieron 130 personas en la sala Bataclan de París.
Manchester también ya había registrado ataques en el pasado, aunque no tan letales. El Ejército Republicano Irlandés detonó un artefacto en 1996 en el centro de la ciudad, dejando a más de 200 personas heridas, aunque no se registraron decesos. (AP)
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Hui informó desde Londres y Hinnante desde París. Gregory Katz, Brian Rohan, Paisley Dodds y Sophie Berman en Londres; John Leicester en París; Eileen Putman en Washington; Leanne Italie en Nueva York y Mesfin Fekadu en Jersey City contribuyeron a este despacho.