Mar, 04/14/2020 - 12:58
- Educación
Anayansi Barrantes, encargada de las actividades infantiles y juveniles de la Biblioteca Nacional, comparte algunos consejos para hacer de los niños y jóvenes buenos lectores.
La cuarentena por la pandemia del coronavirus ha cambiado la dinámica social. La educación es uno de los campos que se ha visto afectados, pues los niños no están yendo a las escuelas. Ya sea que tus pequeños estén recibiendo clases virtuales o no, en este tiempo vale la pena desarrollar en ellos el hábito de lectura, que les ayudará en todas las etapas de su vida.
La base de la educación es la lectura. Es sabido que quien no lee, tendrá dificultades para aprender bien cualquier materia. Cuando se habla de leer no siempre se hace referencia a un libro clásico o a eso mismo que le gusta a papá o al maestro. Las opciones son amplias y de eso habla Barrantes.
Anayansi Barrantes es la encargada de las actividades infantiles y juveniles en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R. A ella se le ha entrevistado con el objetivo de proporcionar a los padres herramientas que les permitan tener una mejor relación con sus hijos en los procesos de enseñanza que les toca emprender en casa.
“La lectura no tiene edad. El niño debe leer lo que le gusta, digo esto por experiencia. Desde mis inicios como promotora de lectura, he visto muchos casos donde el padre no deja que el niño haga su propia elección. No se dan cuenta que tienen buenos lectores, a muchos les gustan las historias de Julio Verne, a otros los cuentos tradicionales como los de los Hermanos Grimm, a otros les gustan los cómics o las sagas como Harry Potter", reflexiona la experta en promoción de la lectura.
Ella aconseja a los tutores respetar los gustos de los alumnos, dejarles desarrollar su propio gusto. Orientarles, pero darles libertad.
Incluso, sigue diciendo, "hay niños que no les gusta leer, pero les gusta la música, por ejemplo. Entonces se le puede invitar a buscar historias sobre música y poco a poco se le lleva en esa línea. Cuando menos se lo espera, el chico está atrapado en la lectura".
Otro error que se suele cometer es forzar largas jornadas de lectura (peor aún si es un libro que el niño no quiere), lo que es contraproducente. La idea es animar, no asustar. "Bien se puede iniciar con unos 10 o 15 minutos de lectura diaria", aconseja Barrantes. Tiempo que se puede acordar con el niño, de tal manera que sea en los términos más placenteros, sin apuros.
Ninguna de las partes involucradas en este proceso debe transmitir que es una obligación, mucho menos el adulto. Es aquí donde también entra en juego el ambiente, explica Anayansi. La ventilación y la luz son fundamentales. Los padres o tutores deben elegir el mejor lugar del sitio donde están, recalca.
En el Rincón Infantil de la Biblioteca Nacional y de las bibliotecas públicas los libros a la vista son una invitación casi innegable a lectura. Con esto, su encargada invita a tener expuestos libros infantiles, colocados como atractivo, quizás como parte de la decoración. Esto hace que el proceso sea más orgánico. No se les está imponiendo algo extraño, se les incentiva a algo que ven con frecuencia en su ambiente.
Predicar con el ejemplo
El rol del adulto es fundamental. No es decirle al niño “siéntate y lee”, es ser parte de la lectura. Eso es lo que se conoce como “predicar con el ejemplo”.
“Un consejo que les doy a los padres cuando sus hijos llevan los libros en préstamos a domicilio, es que traten de acompañarlo por lo menos en una de las lecturas o sea que lean con ellos”, insiste la promotora. Parte de estos pasos es preguntar de qué trata la historia, dónde inicia, cuál fue la parte de la historia que más le gustó.
Continúa diciendo Barrantes, “pueden jugar con las historias cambiando los títulos, los personajes, realizando las lecturas en voz alta, de esta manera les ayudarán en la comprensión lectora”.
Youtube puede ser un gran aliado si sabemos qué buscar, aporta la experta. “Para los más pequeños aconsejo ponerles cuentos como: Feliz cumpleaños luna; ¿A qué sabe la luna? Hay muchos otros divertidos, también encontrarán narradores de historias con los cuales pueden aprender a contar sus historias favoritas y muchísimas actividades de animación a la lectura”.
Todos estos consejos se deberían convertir en rutinas, no solo ahora que hay que estar en casa, sino siempre, porque de esta manera se forma a los lectores y esto impacta positivamente en los procesos de aprendizaje a los que se exponen los niños y adolescentes, incluso hasta su vida adulta.
La Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R. y la Red de Bibliotecas Públicas realizan un trabajo constante en el reforzamiento de la comprensión lectora. Desde que inicia el año escolar los encargados de estos programas acompañan a docentes de diversos planteles en sus actividades académicas. Este año el COVID-19 se ha interpuesto en esta faena, ha llegado para interrumpir abruptamente las rutinas acostumbradas por todos, pero es posible seguir leyendo de manera divertida en casa. ¡Anímate, descubrirás un mundo maravilloso junto a tus hijos!
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